lunes, 25 de julio de 2011

Costa Asturiana 1ª parte

Sábado 23
Las previsiones para el primer día de vacaciones por tierras asturianas no eran demasiado halagüeñas y más cuando nos levantamos y comprobamos el estado del cielo, se presagiaba lo peor…  por suerte y al mismo tiempo por desgracia, fue tan solo en la playa deLa Franca donde nos hizo relativamente malo y ahora lo entenderéis cuando veáis la siguiente foto.
Amanacer negro, negro, negro

Tras un comienzo de día titubeante la cosa empezó a animarse y pronto pudimos ver el azul en el cielo y un sol que calentaba de justicia; calor, empezaba a hacer mucho calor.
Primera parada en Llanes, un pequeño pueblo lleno de encantos por todas partes, desde sus casas indianas al puerto con ese dique de colores obra de Agustín Ibarrola o pasando por su conjunto medieval en el casco antiguo del pueblo.

Puerto de Llanes
Después de Llanes nos dirigimos hacia Ribadesella donde el sol seguía dándonos su mejor cara y así paseamos hasta poner rumbo a Villaviciosa y a continuación al bonito pueblo de Tazones.
Desde aquí nos fuimos a Gijón, ciudad que por cierto he de decir que me decepcionó bastante… ha resultado no ser nada del otro mundo y es más en algunos momentos lo mejor era no ver.
De aquí a Oviedo pudimos volver a observar el contraste azul del mar con los verdes de los pastos, de las montañas, etc….
Bueno, mañana veremos si el tiempo quiere acompañarnos o se cumple la previsión de que hará malo y las excursiones y lugares que teníamos previsto ver y hacer… pasan a mejor vida.

Domingo 24
Pues más o menos como estaba previsto el día amaneció nublado pero al menos la lluvia nos dejó tranquilos y no hizo acto de presencia.
Puerto de Ribadesella
El día empezaba en el siguiente tramo de costa donde lo habíamos dejado el día anterior y así pues nuestro primer destino era Candás en cuya localidad se encuentra otro de los faros que forman parte de la red de faros de la cornisa cantábrica (os he dicho ya que somos unos enamorados de los faros y a allá donde sabemos que hay uno allí vamos). Llegamos a Candás y gracias a las indicaciones de un guardia urbano conseguimos encontrar la mini carretera que nos debía llegar a lo alto donde estaba el faro. Desde lo alto se podía contemplar parte del litoral costero que hicimos el día anterior y el espigón más largo del puerto de Gijón. Una leve llovizna apareció durante unos segundo haciendo presagiar lo peor pero a los pocos minutos desapareció ante mi alivio y es que una cosa es que el sol no luzca para poder plasmar mejor si cabe toda la belleza de la costa pero ya si llueve “apaga y vámonos…”. 
El siguiente destino era Cabo Peñas y su faro; es este cabo el que sirve de frontera natural entre la costa occidental y oriental de Asturias además de ser el punto más al norte de todo el litoral Astur.
En la actualidad la casa faro presenta una muestra del entorno y sirve como lugar de concentración y protección de todo el ecosistema de una reserva natural que comprende cientos de hectáreas.
El accidente geográfico de Cabo Peñas es un lugar espectacular que puede apreciarse desde el pie del faro, desde una senda paralela al precipicios o incluso para los más intrépidos sorteando rocas, irse hasta el límite del cabo. Lógicamente yo fui de los que treparon algunas rocas y se alejaron mar adentro como si esta clase de estos sitios tuviera sobre mí el mismo efecto que un imán sobre los objetos metálicos. Vosotros os podéis aprovechar también de estas excursiones mías cual si fuera una cabra montesa (ja,ja,ja) para ver a través de las fotografías lo espectacular y bello del paraje.
Cabo Peñas

Proseguimos contorneando la costa por carreteras estrechas y muy a menudo de categoría comarcal o local para llegar a San Juan de Nieva donde está el faro de la ría de Avilés.
Se trata de un faro no muy grande pero si bonito y coqueto con el que “jugué” haciéndoles varias fotografías interponiendo entre él y yo, algunas plantas y flores que se mecían por la brisa que desde el mar lo zarandeaba todo.
Avilés

En este punto pensé que acabaría por hoy la “aventura” costera porque divisé como un frente de lluvia venía hacia mi desde el siguiente punto del itinerario Punta Vidrias; aún así me decidí a ir al encuentro del que sería nuestro último trocito de costa antes de volver nuevamente a Oviedo, ese lugar era Punta Vidrias; lo cierto es que por esas pistas de asfalto que no pueden llegar a considerarse carreteras me armé un lío y no llegué a donde quería sino más adelante pero la verdad es que mereció la pena.
Fui a parar justo frente a la isla más grande de todo el litoral asturiano, la isla de Deva, una isla de unos 500 mts de largo por 300 de ancho. Pues frente a esta isla se alzan unos imponentes acantilados que en gran parte pueden ser recorridos por su parte superior gracias a unas rutas señalizadas que discurren por unas sendas bien señalizadas y adaptadas para caminar o ir en bicicleta. Por unos instantes volvió a mi pensamiento esos paseos similares, que es posible hacer en mi querida y añorada Normandía.
Finalmente hoy también dormimos en Oviedo y esperamos poder darnos un homenaje en un lugar de ensueño gastronómicamente hablando y que ayer nos fue imposible por ir tarde y desistir pues nos dijeron que debíamos esperar hora y media para una mesa para dos. Ya os contaré como fue la experiencia culinaria.

Aquí van unas imágenes....

El puerto deportivo de Llanes, todavía por estrenar


Paseo sobre el mar

Playa de Llanes

Iglesia en el casco antiguo

Ribadesella


Tazones


Elogio del horizonte (Chillida) en Gijón

Candás (Faro)

Hermoso Cabo Peñas


Precipicio en Cabo Peñas

Costa con sus aguas cristalinas

Faro de Cabo Pañas desde el final del cabo

Faro de Avilés sobre verde

Jugando con hierbas y el Faro

La brisa lo agita todo


Mar y Tierra desde lo alto del acantilado

Pequeño barco faenando entre la isla de Deva y los acantilados

jueves, 14 de julio de 2011

Un día en el parque de Aigüestortes-Lago de Sant Maurici

Que más da que conociera este sitio, igual que me sucede con otros que visito con cierta asiduidad y repito, venir al parque nacional de Aigüestortes es siempre un elixir para el cuerpo y para el alma.
El único inconveniente, o ventaja según se vea, más bien ventaja diría yo para evitar las masificaciones, es que se encuentra a 270 Km de Barcelona y que traducido en tiempo son unas tres horas y media porque como comprenderéis no es una autopista lo que tiene que tomarse para llegar hasta allí.
Por este motivo y dado mis hábitos madrugadores, me levanté a las cuatro de la mañana, con la idea de salir a eso de las cinco cosa que al final hice y así a eso de las ocho y media de la mañana estaba aparcando el coche en el parking del parque.
Las tres horas y media desde Barcelona fueron muy amenas por el poco tráfico y por la compañía de Sinatra, Bublé, y a última hora la de mi querida María Callas. Como digo, el viaje perfecto y ya amaneciendo se presagiaba que iba a hacer un día precioso. Bueno, pues resulto que no fue precioso, fue superior…. había un cielo azul despampanante salpicado de nubes de algodón que parecían estar puestas a propósito para los aficionados como yo a la fotografía paisajística.

Primeros paisajes de la excursión

Como no había desayunado nada, en el mismo parking cuando llegué (no es un parking al uso, es una pequeña zona en medio de árboles y con unos listones de madera incrustados en la tierra que sirven para delimitar cada plaza) me comí un pequeño bocadillo de embutido y listo para disfrutar del día. La verdad es que en el aparcamiento ya había cierta actividad, coches con matrícula de Barcelona, Teruel, Bilbao, varios de Francia, alguno de la República Checa…etc.
Iban llegando y a medida que aparcaban los componentes se preparaban para pasar el día con sus mochilas, bastones y demás. Por mi parte lo único que llevo encima en estas salidas es un super-chaleco lleno de bolsillos donde voy repartiendo de todo, la mochila con el equipo fotográfico y un trípode.
Mochila a la espalda y cámara en mano comencé a caminar,  enseguida escuché el sonido del agua que bajaba generosamente por el río que atraviesa esta zona del parque, agua cristalina, inmaculada y muy fresquita.

El río precioso entre el frondoso bosque


En el río fueron mis primeras paradas para hacer fotografías e intentar retratarlo con un poco de efecto seda aprovechando que la luz todavía no era excesiva. Es en esta primera parte del recorrido que va del aparcamiento hasta donde se encuentra el lago Sant Mauricio se encuentran algunas de las zonas abiertas más interesantes y aquí fue donde la explosión de color era ya fastuosa. A los lados de la senda de tierra que todos los excursionistas utilizamos, se encuentras praderas verdes con motas de color en forma de flores cuyos nombres desconozco y que unas eran amarillas, otras violeta, otras naranja, azules, blancas…. parecía aquello, el jardín de Heidi en las montañas.

Color y delicadeza

 
Yo apenas avanzaba intentando captar todo ese lujazo de colores mientras los diferentes grupos de excursionistas que llegaron al parque más tarde que yo, me iban adelantando. La verdad es que mucha de la gente que viene a estos lugares u otros similares van simplemente a hacer rutas y a cubrirlas en el menor tiempo posible lo cual es muy loable también pero desde luego no tiene nada que ver con mi concepto de caminar por la montaña y es que a mí me gusta ver las cosas con detalle, sin prisas, ni marcarme un tiempo para llegar a un destino además de que necesito ver desde que ángulo  y como plasmar esos rincones con la cámara, captar estos lugares para recordarlos yo mismo en otras ocasiones y también para compartirlos con vosotros que ahora leéis este post y que quizás nunca hayáis estado en este lugar.
Mientras caminaba sonriente y feliz de ver tanta belleza daba las gracias a la vida, a mi manera, por tener la posibilidad de seguir disfrutando de momentos y de lugares como este, que compensan entre otros los del día a día en la ciudad donde me agobio con sus ruidos, su contaminación, y su “mogollón” en general..
Continuaba caminando y ya podía ver con el cielo azul de fondo, el perfil de la montaña que representa el emblema del parque, me estoy refiriendo a “Els encantats” una montaña que está como partida por la mitad y donde en el punto de unión se ve como lo que podrían ser el relieve de dos personas en torno a las cuales gira una leyenda de porqué se quedaron allí inmortalizados.
Estamos casi a mediados de Julio por lo que este pico así como el resto de los alrededores carecían de nieve en sus cumbres, tan solo algunos “neveros” permanecían como manchas blancas en determinados rincones de las montañas donde presumiblemente el sol apenas llega con sus rayos y calor para derretirlos.

Un nevero al pié de "Els Encantats"

Enseguida deje el espacio abierto ya que la senda continua por el interior de un bosque de abetos, precioso y donde me sigue acompañando el rumor del agua deslizándose por el lecho del río pendiente abajo; para entonces yo ya me había puesto mis auriculares disfrutando el doble de mi paseo gracias a la compañía de mi inseparable e imprescindible música.
Por fin paso a la altura de un indicador que dice “ 15’ para el lago Sant Maurici” y allí apareció, precioso, rodeado por esas montañas y ese techo azul que multiplicaban su belleza. Me recree desde luego con la cámara haciendo fotografías desde diferentes sitios;  el momento, el lugar y las condiciones bien lo merecían.
Hermoso Sant Maurici
En ese instante la fortuna quiso obsequiarme con un Arrendajo (pariente de las Urracas, Cuervos, etc,) sin duda y para mí el córvido más bonito, que se puso a “tiro” y pude inmortalizarlo en un árbol cerca del lago.
Después de quedarme un buen rato en el lugar, proseguí la marcha esta vez ya hacia la cascada de Ratera apenas a otros veinte minutos de este lago; la cascada se intuye a medida que te vas acercando porque el sonido del agua cayendo desde la altura es inconfundible. El espectáculo es hermoso tanto para verlo a simple vista como para inmortalizarlo por eso todos los que por allí pasaban no desaprovechaban la oportunidad de fotografiar la cascada.
Cascada de Ratera
Si seguimos ascendiendo llegamos entonces al segundo lago y de mismo nombre que la cascada; este lago es menos espectacular que el precedente pero quizás más auténtico como más natural y salvaje si cabe. Cuando llegué, un grupo de unos diez o doce aficionados a la fotografía, supongo que en una salida conjunta, se estaban colocando en uno de los extremos del lago con sus trípodes para “cazar” el instante; cómo no, japoneses comiendo al borde del lago (que curioso encontrarse hasta en estos rincones, turistas orientales) lo que más me encontré este día eran excursionistas de la vecina Francia, tanto gente mayor como incluso un grupo de jóvenes que podrían ser de algún colegio.
En este punto del recorrido ya éramos algunos los que nos íbamos adelantando, en unos casos ellos en otros yo…. en función de lo que cada uno se entretenía en hacer las fotos de cada sitio, ja,ja…
Lago Ratera
Dejé el lago Ratera atrás para llegar hasta el mirador de Sant  Maurici donde tenía previsto parar para comer y hacerlo desde ese majestuoso lugar donde uno tiene algunas montañas a tus pies. Como si estuviera en el nido de alguna ave rapaz, escudriñaba el valle y el horizonte desde los 2.200 metros de altura que tiene este promontorio. Aquí me deleité bien por media hora, comiendo y escuchando música desde aquel mágico lugar.

Vista desde el imponente mirador
Llegado este punto, mi intención era llegar a otro lugar alto pero solo la ida eran dos horas caminando…. había que contar con otras dos de vuelta y teniendo en cuenta que la previsión meteorológica decía que a final de tarde habría posibilidades de lluvia y tormenta preferí no correr riesgos por lo que después de rodear un pequeño promontorio desde el cual pude ver el refugio de Amitges donde muchos excursionistas pernoctan, comencé el descenso de nuevo al parking para luego quedarme en Espot a pasar la noche.
En el descenso aproveché para centrarme más en los pequeños detalles como florecillas, insectos…. Pero después de dejar atrás ya los dos lagos, la cascada, y a punto de pasar a la altura de la ermita  que hay pocos metros antes de llegar al lago Sant Marici, el destino me regala el MOMENTO del día…. una pareja de gamos estaban tumbados entre la hierba y a pocos metros su cría, un Bambi ya algo crecidito pero muy, muy hermoso; volví a sacar el teleobjetivo y con el máximo sigilo que podía, logré acercarme a unos cincuenta metros de ellos sin que se dieran cuenta y ya solo me quedaba retratarlos, en seguida aparecieron más personas que se percataron del maravilloso tesoro que delante nuestro había pero para entonces los animales ya se habían levantado y lentamente pero de manera decidida comenzaron a ascender y encaramarse a lugares más altos donde todavía pude fotografiarlos.
Pareja de gamos
Aquello era el broche de oro a un día maravilloso de plena naturaleza… seguí descendiendo y así a eso de las 18:30 llegué nuevamente donde había dejado el coche. De allí ya hasta el pueblo de Espot apenas  dos kilómetros         más abajo y a “Casa Colom” donde había alquilado una habitación para pasar la noche y no volver a meterme las tres horas y media de coche hasta Barcelona     en el mismo día como hiciera en otras ocasiones pero que es más cansado.
Os recomiendo esta casita rural para pasar uno o más días, un fin de semana y donde su dueña, una mujer ya de cierta edad de nombre Conchita, resulta ser una fantástica, alegre y simpática anfitriona. Veinticinco euros me costó la habitación con baño y ducha, sencilla pero muy tranquila, limpia y que resultó perfecta para darme una ducha y descansar. Al día siguiente Conchita me ofreció un fantástico desayuno  a base de  pan con tomate, aceite  acompañado de una tabla de queso y embutidos, también mantequilla y diferentes clases de mermelada, café con leche, ¡ah! y un par de huevos fritos que me supieron a gloria a esa primera hora de la mañana. Todo eso por 1 €uro. Pagar veintiséis euros por una habitación y ese fantástico desayuno no me pareció justo así que logré convencerla para que me cobrara 5 euros por el desayuno y así dejamos la cosa en 30€. Me despedí de aquella buena mujer con dos besos después de haber hablado un buen rato de su vida, de mis orígenes gallegos y ligados al mundo rural….. y así a las diez de la mañana me fui de allí no sin antes decirle que estuviera segura de que volvería a su casa y que también la recomendaría.
Margaritas

Y esto es todo, el día no invitaba precisamente a irse de allí sino a subir nuevamente al parque y a las montañas pero…..  será en futuras ocasiones.
Hasta pronto, y os emplazo a mi próximo post aquí que será sobre otro fin de semana maravilloso, el del 2 y 3 de Julio de cuando nos fuimos en busca de……. Delfines.
Besos y abrazos a tod@s.
Ger.

Y aquí os dejo unas cuantas imágenes más...



Otra perspectiva del lago Sant Maurici

Los pájaros carpinteros....

Sola y caprichosa entre las azaleas

Viejo y seco amigo

Agua que desciende desde las altas cumbres

Llegando al Lago Ratera

Una de las múltiples lagunas

Delicadas

Escondidas

Naciendo entre la roca

Remanso de paz

Color

Amigas de color de rosa

Abuelo abeto

Una de las múltiples cascadas

Contraste de verde

Sensuales

El bonito arrendajo

Mamá, Papá y en medio su cría

Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...