jueves, 15 de marzo de 2012

Una de delfines

En ocasiones es necesario la perspectiva del tiempo para valorar hechos o situaciones vividas por la magnitud o lo excepcional de las mismas, pero otras muchas te hacen ver y sentir desde el primer instante como estás asistiendo a algo increíble y que nunca podrás olvidar…. Esto es lo que me sucedió a mí hace unos meses en un lugar del Mediterráneo.
El lugar de estos acontecimientos es de por sí suficientemente hermoso como para que no hubiera necesidad de nada más, el parque natural de “Cap de Creus”……. pero lo hubo.
Situamos la acción, estamos en el mencionado parque natural de Cap de Creus  con una gratísima compañía, Gemma, Albert y otros “aventureros” como nosotros; el motivo de esa reunión no era otro que pasar un fin de semana a bordo de un catamarán para realizar avistamientos, entre otros,  de cetáceos.
 La idea de este fin de semana “diferente” nació de mi relación de amistad con una amiga, bióloga marina ella,  que me comentó la posibilidad de ayudar al estudio de los mamíferos marinos que residen en esta zona de la costa Mediterránea y como podíamos participar en una expedición durante dos días junto con su compañero de proyecto, Albert.
La verdad es que he de reconocer que cuando íbamos hacia la localidad gerundense  de Rosas, de cuyo puerto zarparíamos, pensaba que ver uno o dos delfines a 200 ó 300 metros estaría bien; me conformaba con eso y de poder disfrutar de dos días en el mar con gente agradable y encantadora que nos enseñarían muchas cosas acerca del medio marino.
Tras llegar al puerto pronto divisamos el catamarán que iba a ser nuestra casa durante ese fin de semana y allí estaba Albert, el patrón del “Dzul Haà  y superintendente de todo lo que pasaba a bordo. Tras darnos algunas indicaciones y consejos a todos los que habíamos embarcado (nuestro grupo era de ocho personas) ya sólo faltaba que llegara Gemma, la otra “Alma máter” de este precioso proyecto que es Projecte Ninam.
Zarpamos de Rosas con un día claro y soleado, una temperatura suave y expectantes ante lo que podríamos llegar a ver, casi todos íbamos provistos de prismáticos y en algunos casos como el de Gemma y el mío propio, con máquinas fotográficas réflex y teleobjetivos.
Gemma por conocimiento, experiencia y saber que es lo que estábamos buscando, llevaba la voz cantante prismáticos en ristre,  buscando aletas o restos de espuma propiciada por las zambullidas de delfines cuando estos entran y salen del agua.
Guapos

Por la mañana nos iban contando ella y Albert que las últimas semanas habían sido bastante flojas en lo que a avistamientos se refiere por lo que no nos hicimos desde el principio muchas ilusiones.
 Mientras reseguíamos la costa pudimos ver algunas aves marinas como gaviotas y sobre todo cormoranes; dada mi afición desde pequeño a la ornitología estos animales me resultaban bastante familiares, bueno por eso y por ser gallego de costa; los que  desconocía por completo eran los diferentes ejemplares de pez luna con los que nos topamos y que para mi eran toda una novedad.
De repente Gemma le hace indicaciones a Albert  para que cambie el rumbo del catamarán pues cree haber visto algo…. y efectivamente así era, se trataba de un grupo de delfines listados que se encontraban a una distancia considerable pero que pronto se acortó  gracias a nuestro cambio de rumbo y a que ellos también decidieron venir a “saludarnos”.
Pez Luna
No podía creer lo que lo que estaba viendo, cerca de una veintena de delfines saltando y haciendo todo tipo de cabriolas y piruetas se dirigían hacia nosotros. Es imposible poder transmitir, como sucede tantas veces,  la emoción que nos embargó a todos y el subidón de adrenalina ante semejante espectáculo. Aquellos delfines iban y venían unas veces por babor y otras por estribor, alternaban uno y otro lado  como si quisieran guiarnos por un camino imaginario dibujado sobre el mar. A menudo nadaban literalmente pegados a nuestra embarcación por lo que los teníamos apenas a un par de metros de nosotros…..  estábamos todos, sobre todos los nuevos como yo, (para Gemma y Albert esas escenas resultaban algo más cotidianas) como locos, sin saber porque lado del barco mirar, literalmente nos rodeaban. La cámara fotográfica “echaba humo”  y mi dedo índice estaba a punto de sufrir una “sobrecarga” del tute que le estaba dando con tanto disparo. Aquello era increíble………..  y mientras, yo para mis adentros, sonreía por lo que había pensado esa misma mañana (me conformo con ver uno o dos delfines a un centenar de metros…).
No sabía cómo iba a resultar el resto del fin de semana pero ya me daba igual, aquellos momentos valían por todo y más…. Esos momentos habían saciado con creces mis deseos de ver algún cetáceo, de cerca.
¿Y sabéis que? Lo mejor fue que ese encuentro matinal no fue algo aislado, durante el resto del sábado y también el domingo tuvimos la fortuna de seguir teniendo avistamientos  y de “jugar” con esos animales extraordinarios. Dos fueron las especies de delfines que pudimos observar, Delfines listados y también Delfines Mulares, ambas especies, las más “fáciles” de ver por estas latitudes y que resulta más complicada en el caso del delfín común; al final  lo que ya hubiera sido el broche de oro es poder avistar alguna ballena que también las hay en esta zona del Cap de Creus, pero tampoco se puede ser tan avaricioso y eso igual puede ser en otra ocasión.
Inmersión
El sábado a media tarde fondeamos en la bahía de Cadaqués y cenamos en la cubierta con esa maravillosa vista de Cadaqués de fondo. El día había resultado inmejorable por la climatología, por lo visto, por la gente encantadora que conocimos y con quien estábamos compartiendo todas aquellas experiencias, que más se podía pedir.
Al día siguiente domingo la cosa fue más o menos por un estilo como el día anterior, afortunados nosotros que volvimos a impregnarnos de la belleza y lo extraordinario que resulta ver a los animales en su hábitat y completamente libres; NUNCA un Zoo o un Acuario podrán transmitirnos ni enseñarnos cómo viven y se desenvuelven los animales en libertad y por eso esta experiencia en el mar resulta inolvidable.
Sí tuviera que quedarme con un momento, con un instante de todo ese fin de semana os diría varios,  pero que siempre son el mismo……..  muchas de esas veces en que me encontraba sentado en la cubierta haciendo fotografías mientras los delfines nadaban a dos metros de mí, me sobrecogía como en determinados momentos a través del agua cristalina, dirigían su mirada hacia mí y también hacia el resto del grupo, como en un intento de comunicación visual que en aquellos instantes y también ahora rememorándolo me producen un escalofrío de emoción.
Poco más puedo explicaros con palabras, como tantas otras veces lo único que puedo deciros es que viváis en primera persona una experiencia como esta, es un recuerdo imborrable para el resto de vuestra vida y al mismo tiempo colaboráis con un hermosísimo proyecto de estudio, difusión y conservación de estas especies a la que tanto amor, tiempo y dedicación le profesan Gemma y Albert desde su Projecte Ninam.
Particularmente lo vivido me gustó tanto que en el mes de Mayo repetiré experiencia aunque esta vez de un solo día.
Desde aquí mi reconocimiento a vuestra labor Gemma y Albert, y que os quede constancia de que somos muchos los que valoramos enormemente vuestro esfuerzo, dedicación y entusiasmo.
Para terminar, aquí dejo una pequeña muestra de algunos instantes de aquel fin de semana mágico así como un video que recorre algunos momentos de las salidas que en el 2011 se llevaron a cabo, y os animo a vivir en primera persona semejante experiencia.
Besos, abrazos y SALUD para todos.

Ger.





Aquí estoy...




La preciosa embarcación  "Dzul Haà"



Entrando en el agua tras una pirueta  :-)





Los teniamos ahí, apenas a un par de metros






Me encanta esta foto, la titularía "Al galope..."  jajajaja





Video de las salidas de Projecte Ninam en 2011 



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