viernes, 17 de octubre de 2014

Mi querido Verdi...

Cartel callejero
La música para acompañar la entrada de hoy me ha resultado difícil elegirla, no por no tener claro que quería que se escuchara de fondo sino simplemente por tener que "deshojar" la margarita entre tantas maravillas compuestas por él....  al final me he decidido y esto es lo que os ofrezco, pinchar AQUÍ.

En el día de hoy  se cumplen dos siglos, un año, y una semana, del nacimiento del que para mí y otros muchos ha sido el más grande compositor de óperas, Giuseppe Verdi.

Desde mis años infantiles en que descubrí mi pasión por la lírica enseguida me quedé entusiasmado por la figura de Verdi y sobre todo por la fuerza y pasión de toda su obra; ello me llevó a ir recopilando biografías, documentos…  amén por su puesto de diferentes grabaciones de muchas de sus obras.

La admiración, así como el conocimiento, han ido creciendo con los años y hacía tiempo ya que tenía el empeño y la ilusión, ¡¡una gran ilusión!! de visitar tierras Verdianas. Pues bien, hace apenas un par de semanas, ese sueño se hizo realidad cuando con la excusa de conocer la Liguria y especialmente la zona de "Cinque Terre", decidimos pasar un día en la patria chica de Verdi.

Lo primero fue acercarnos a Parma donde además de conocer su centro histórico estaba previsto ir a conocer el Teatro Regio de dicha ciudad y que pasa por ser uno de los más exigentes, por parte de su entendido público, con los cantantes líricos que pisan su escenario, y es que sí algo representa a los parmesanos es su amor y gran conocimiento de la música.

Merche y Leo charlando
Nos dirigimos al teatro para su visita a la hora que estaba marcada su apertura al público y de entrada nos encontramos con una desagradable sorpresa que por suerte, después quedaría en nada.

Una mujer que estaba en una ventanilla de localidades nos indicó que nos acercáramos a una puerta allí cercana, donde nos indicarían como proceder a la visita del edificio; allí permanecíamos hasta que un hombre mayor que luego supimos que respondía al nombre de "Leo" se acercó desde el otro lado de la puerta y nos preguntó  - ¿que queríamos? Ante nuestra respuesta su comentario fue que ese día el teatro no se podía visitar por estar haciéndose pruebas sobre el escenario.

El "foyer" del Teatro Regio
No sé si fue nuestra cara de decepción o la magia que se produce  cuando hay empatía entre aquellos que amamos la música... que entonces nos dijo (todo ello en italiano)  "bueno, pasar cinco minutos". Pero no fueron cinco minutos, que va, fue una media hora larga ya que fue decirle a Leo que veníamos de Barcelona (donde él había llegado a trabajar en alguna ocasión en el Liceo) y sobre todo mi veneración por Alfredo Kraus... y al momento nos soltó una clase magistral de historia, acerca del teatro, con todo lujo de detalles.
El hombre más cerca de los setenta que no de los sesenta, hablaba con una dulzura y una riqueza propia de quien tiene un amplio bagaje a sus espaldas como lo dan esas siete décadas de vida. Allí permanecimos, en el "foyer" del teatro hablando durante esa media hora, intercambiando impresiones e incluso nos regaló un libro sobre la vida musical de Parma.
Mis biografías de Verdi

¡¡Vaya comienzo de día más fantástico!!

Siguiente destino "Le Roncole", la aldea donde nació Verdi y que pertenece al municipio de Busseto. Allí, lo que queda, es la casa donde el músico, hijo de Carlo y de Luisa, vino al mundo y en la cual los Verdi vivían regentando una ostería y la madre además se dedicaba a tejer.
La casa se ha mantenido prácticamente con la estructura original y hace unas pocas semanas se concluyeron unos trabajos de restauración que le han dejado la cara limpia. Frente a la entrada principal está un busto que se levanto a principios del siglo XX, poco que ver allí salvo la iglesia que apenas dista doscientos metros de la casa y donde Verdi llegaría a tocar el órgano siendo todavía un niño.

Continuamos hacia  Busseto; ya desde buena mañana noto en mi interior emociones y sensaciones de placer ante la inminente posibilidad de ver en primera persona todo estos lugares, dejando volar mi imaginación y retrocediendo en el tiempo dos siglos atrás para soñar con los acontecimientos que allí sucedieron y pensar en las andanzas del niño y del joven Verdi antes de que con la ayuda de su suegro, amigo y benefactor,  Antonio Barezzi pudiera ir a Milán a completar sus estudios con el maestro Lavigna.

Aquí empezó todo; Casa natal de Verdi en  Le Roncole
De Busetto lo más destacable es la plaza que hoy en día lleva el nombre del compositor y el palacio de Rocca Pallavicino, frente a este palacio y al otro lado de la plaza se encuentra la casa de los Barezzi que además era el almacén de un reputado comerciante como lo era su gerente, el ya mencionado Antonio.

Salimos de Busseto al mediodía en plena jornada de mercadillo y cuando los vendedores ambulantes, sobre todo de fruta y de productos de la zona, estaban recogiendo ya; la idea era ir dirección a la casa por antonomasia de Verdi, Sant'Agata,  donde el músico viviría sus años de madurez junto a su segunda esposa Giuseppina Strepponi.

Interior de la casa natal
Hasta las 16:00  que era la hora a la que se podía acceder a la villa, aprovechamos para hacer un picnic a pocos kilómetros, entre árboles y los campos de labranza de aquellas llanuras del río Po.

Estaba expectante por encontrarme en Sant'Agata, entre aquellas paredes donde se gestaron algunas de las obras más sublimes de la carrera de Verdi, y de la lírica en general.
La visita, que era guiada, resultó muy amena y además muy tranquila ya que éramos un pequeño grupo de ocho personas lo cual permitía escuchar relativamente claro, las explicaciones de nuestra guía. Para mi desgracia, tan solo estaba permitido hacer fotografías en las zonas exteriores de la casa pero no dentro de las dependencias que visitamos; una pena ya que me hubiera gustado dejar plasmados pequeños detalles... se han quedado en mi retina.

En la plaza que lleva su nombre en Busetto
La zona edificada es tremendamente grande y a lo largo de los años Verdi fue ampliando la edificación original. Ni mucho menos vimos toda la casa, tan solo lo que los herederos y dueños actuales permiten al público, entiéndase la habitación y vestidor de Giuseppina, la habitación de Verdi, su estudio, y la habitación donde falleció Verdi en el Gran Hotel de Milán y que fue trasladada a la Casa Museo de Verdi por excelencia.
En la parte trasera pudimos contemplar la colección de carruajes de Verdi cual si hoy en día cualquier adinerado tuviera en el garaje seis o siete coches.

Cruce de caminos
Si la vivienda es enorme, la finca y los jardines que la rodean no lo son menos; a Verdi le gustaba la botánica y así a lo largo de los años fue recopilando diferentes especies de árboles y arbustos de todo el mundo que plantaba en su jardín y que hoy lucen exuberantes en todo su esplendor; merece una mención especial, un ficus de dimensiones inauditas por el tamaño del mismo. Ese frondoso bosque y jardín transcurre mientras se pasea por un sendero que cruza el mismo y donde también es posible ver un pequeño lago.
En resumen, un entorno casi idílico para vivir aislado y con los pies bien enraizados en la tierra, como a Verdi le gustaba, pues no en vano siempre fue fiel a sus orígenes humildes y ligados a la tierra.

Y así, después de algo más de una hora, finalizó la visita que tan buen sabor de boca dejó en mí y suponía un colofón extraordinario a un día cien por cien  verdiano, para enmarcar vaya.
Por aquí os dejo unas cuantas imágenes de la mencionada jornada.

Besos y abrazos.

Ger.



Busto en el interior del teatro de Parma




Monolito al lado de la casa natal



La iglesia de Le Roncole donde llegaría a tocar el órgano de niño.



En un café de Busetto; Verdi, Callas, Del Monaco, Caruso... casi nada



Otra perspectiva de la plaza, esta vez en blanco y negro


Villa Verdi - Santa'Agata


En la parte trasera de Sant'Agata


Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...