Hay ocasiones en las que
uno no sabe muy bien la finalidad que se le darán a las cosas que se construyen,
esto sucede también en el ámbito de la arquitectura y hoy os traigo un ejemplo
muy significativo de ello.
Corría la década de los
años 30 cuando el arquitecto vasco Eugenio Cendoya levantó en pleno centro de Barcelona un
edificio que sería la sede del Banco de Vizcaya. Discípulo del arquitecto
modernista Lluís Domenech, Cendoya nos ha legado algunos edificios de empaque para
el recuerdo, quizás el más significativo el actual Museo Nacional de Arte de Catalunya que está ubicado en la montaña de Montjuic.
Pero vamos a referirnos al
primer edificio del que os hablaba, esa sede del Banco de Vizcaya que con el
paso de los años y desde hace unos meses se ha convertido en una de las tiendas
insignes de una de las firma de ropa más
florecientes de la actualidad.
Enterado de la existencia
de dicha tienda y ante la posibilidad de poder ver parte de las entrañas de tan singular edificio, no dude hace unos días
en hacerle una visita y realmente el interior del inmueble es de una gran belleza.
En el mismo destaca sobremanera una cúpula acristalada que realmente hizo las
delicias de mis ojos y por supuesto de la cámara con la que saqué estas
fotografías gracias (todo hay que decirlo) al personal de seguridad de la
tienda.
La verdad es que no parece
desde luego un edificio hecho para albergar una tienda de ropa pero hoy en día donde
la imagen y el posicionamiento marcan tendencias prevalecen sobre otros
aspectos.
Os dejo un par de fotografías
que espero que os gusten y a los que vivís en Barcelona os sugiero una visita
por el mencionado edificio situado en plena Plaza de Cataluña.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
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Panorámica de tres imágenes verticales |