Visitar las Bardenas Reales durante el principio de la
estación primaveral es como ver y descubrir otra cara, un rejuvenecer de un territorio donde el resto del año solamente
pueden apreciarse los colores tierra, ocres, y toda esa gama de tonalidades de
amarillo pálido propia de las zonas desérticas y semidesérticas.
Pero en primavera la paleta de colores se amplia, y así
primero se desperezan los verdes en infinidad de tonalidades, más tarde
pequeñas motas de flores de diferentes colores destacando el amarillo chillón y
finalmente hace su aparición una de las flores que triunfa en los campos de
medio mundo, la roja amapola que en las Bardenas se llena de millones de
pequeños puntitos rojos que dan color a este “famélico” paisaje.
Y como guinda a esta imagen panorámica, al fondo tenemos
esas cumbres nevadas del majestuoso Moncayo que nos recuerdan este momento de
transición del frío invernal hacia la suave y sensual Primavera.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
-Haz “click” sobre cualquier imagen y podrás verla a tamaño completo.