viernes, 28 de septiembre de 2012

Otoño en París

Esta es la música para seguir este post, pincha AQUÍ si deseaS escucharla mientras lees y observas.

Hay ocasiones en que una fotografía puede sorprender hasta al que la ha realizado….  esto es lo que me ha sucedido a mi hace unos días, pero además dicha sorpresa resultó ser, al menos para mí,  muy agradable ya que sin pretender que la mencionada fotografía  tuviera  un determinado mensaje, en este caso estacional,  al final puede perfectamente decirse que sí lo tiene.
El domingo 23 de septiembre, es decir apenas hace una semana,  pasamos unas horas en París antes de tomar nuestro vuelo de regreso a Barcelona tras cuatro días por Normandía... y es que aunque ya hemos estado en diferentes ocasiones en la capital francesa, dado  lo mucho que nos gusta esta ciudad, siempre que se tercia, no desaprovechamos la ocasión para hacerle una visita aunque esta sea a contrarreloj,  como  en este caso.
Dada la escasez de tiempo, uno de los puntos que escogimos para deambular un rato, fue  el "Campo de Marte" al pie de la archiconocida Torre. Hice fotos, por supuesto, del  legado de Eiffel, pero evidentemente a estas alturas ese monumento está más que fotografiado desde todos los ángulos habidos y por haber…   por eso, con el rabillo del ojo siempre intento buscar algún elemento que me permita capturar una imagen diferente.
Los que saben ya de mis gustos fotográficos centrados sobre todo en el mundo del paisaje, saben también de mi gusto por fotografiar de manera indirecta, es decir, sobre todo a través de reflejos ya sea en cristales, un trozo de metal pulido, etc,  y por supuesto como primer aliado siempre intento que el reflejo se produzca en el líquido elemento y así conseguir esos, para mí, anhelados  "reflejos".
Así fue, ya nos íbamos hacia el coche cuando pegado a una acera vi un charquito y claro... estando donde estaba, no pude resistirme a ver si era posible captar algún elemento de la torre reflejada en el mismo y.... ¡si!, pero no solamente un trocito sino casi su totalidad. El caso es que me agaché, busqué el encuadre que me pareció mejor y decidí "disparar"; me di cuenta de diferentes manchas de grasa que había sobre el agua y que seguramente corresponden bien a combustible o aceite de los muchos autocares que diariamente  estacionan allí cerca,  transportando a esa ingente muchedumbre de turistas  ávidos de conocer y observar de cerca el icono de la Ciudad de la Luz.
Hice la foto, me gustó y la cosa se quedó ahí,  pero mi pequeña "sorpresa" fue cuando al descargar las imágenes de la cámara y al contemplarlas en el ordenador observé que en ese charco había otros elementos además de la grasa y el reflejo... una gran hoja seca y otras mucho más pequeñas. En ningún momento reparé en esas hojas que realmente a mi modo de entender le quedan de fábula o al menos a mí me gustan por ese toque otoñal y romántico que le concede a la imagen.
Contrariamente a lo que pueda parecer, esas hojas estaban ahí y doy esta  explicación ya que hay fotógrafos que cual pintores que preparan un "escenario" para realizar bellos cuadros de bodegones, tambien se preparan la escena añadiendo elementos que desean aparezca en la toma realizada  con su cámara.
Eso no tiene nada de malo, lo que pasa es que estas técnicas de "preparar" un poco el terreno no van conmigo ya que yo me autocalificaría  como un fotógrafo "realista" y es que no me gusta en ningún caso desvirtuar lo que veo a través de la cámara ya sea para añadir o quitar cosas.
Y esta es la pequeña historia de esta instantánea, espero os guste. ¡¡¡ Bienvenido Otoño !!!
Besos y Abrazos.

                                                                     ISO  100         20 mm          f/11

París - 2012

sábado, 15 de septiembre de 2012

Los hermanos Montgolfier


Esta es la música que he elegido para leer esta mini-crónica y contemplar la fotografía, pincha AQUÍ.

Y el hombre elevó su cabeza y vio a las aves volar…..
Así ha sido durante siglos, durante milenios, el hombre conquistaba tierras , mares y océanos pero los cielos le estaban vedados…
Los hermanos Montgolfier, han tenido un papel relevante en la conquista del espacio pues a pesar de diferentes versiones acerca de quién surco los aires por primera vez en un globo aerostático, lo que está claro es que ellos han pasado a la historia como presumiblemente los pioneros.
Hoy en día, el espacio, más cercano a nosotros, ya no nos resulta tan desconocido, hemos conquistado el mismo con todo tipo de artilugios pero el globo siempre quedará ahí como el más romántico y tranquilo.
Dos han sido las ocasiones en las que he realizado excursiones en globo y ambas en una de las comarcas más bonitas de toda Cataluña, la comarca volcánica de La Garrotxa.

La sensación de quietud, de silencio, de soledad hace de estos momentos a 2000 metros de altura algo único y difícilmente comparable con otras sensaciones que podamos percibir. Es como sí el tiempo se detuviera durante un par de horas y además resultaras inalcanzable por cualquier ser viviente estando ahí arriba.

La perspectiva que desde las alturas se tiene de todo, nos añade una dimensión totalmente nueva así como el modo de percibirla.

Esta fotografía es también fruto de la diosa fortuna que quiso que a primera hora de la mañana algunos bancos de niebla cubrieran volcanes y montañas a nuestro paso. Así fue como pude hacer esta toma en la que aparecen dos de los cuatro globos que conformábamos la excursión. Debido a la poca luz, la niebla y el paisaje que tenía alrededor me pareció interesante hacer la foto en blanco y negro.

Y esto es todo, buen viaje…
                                                                                                                                                                                        

                                                    ISO 200           17 mm        f/ 4.0

jueves, 6 de septiembre de 2012

Rande

Rande, es el nombre de una parroquia del ayuntamiento de mi pueblo, Redondela, y que a su vez sirvió en su día para dar nombre al punto más estrecho de la Ría de Vigo, el estrecho de Rande.
Enclave estratégico durante años para controlar la entrada y salida de barcos de la bahía de San Simón en los años setenta se erigió en lo alto de dicho estrecho un puente que pusiera en contacto y facilitara las comunicaciones entre los habitantes de la península del Morrazo con la ciudad de Vigo.

La fotografía está realizada con una cámara “Bridge”, y sin ninguna clase artilugio es más por no tener no tenía ni trípode en ese momento y por eso no se ve de manera perfecta la circunferencia del sol, la fotografía está hecha a pulso.

Ese color naranja es tal cual, como siempre ni he puesto ni quitado nada de la imagen, a veces las condiciones climatológicas y la luz del momento puede conferir unos colores espectaculares.
Esta imagen como digo está hecha a pulso y en la víspera de la Nochebuena de 2007 así que ya han pasado unos añitos, lo que sucede es que tanto entonces como ahora me sigue gustando mucho por eso he querido compartirla con vosotros.

                                               ISO 200       46,8 mm     f / 8.0

El puente de Rande 

Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...