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Desde la distancia |
La música elegida para hoy está
"AQUÍ".
En ocasiones, en muchas ocasiones la sencillez es sinónimo de belleza pero si la mano del hombre está detrás esa sencillez adquiere si cabe mayor relevancia.
Un poblado, un asentamiento, un pueblo o una ciudad nacen en torno a algo, siempre hay un motivo para que nuestros antepasados decidieran vivir y construir sus casas en determinados lugares.
Esta introducción en el día de hoy obedece al viaje que os invito a realizar conmigo por un diminuto pueblo……
PALS en plena comarca catalana del
Bajo Ampurdán.
Cuando me encontré hace unos días en dicho enclave no pude más que imaginarme aquel lugar hace dos o tres siglos (por no retroceder más), seguro que lo que ahora es una carret
era asfaltada que facilita la llegada al pueblo, antaño debió ser un simple camino de tierra transitado por carros, carretas, y toda clase de animales de carga y tiro.
Hablaba de sencillez porque eso es lo que me transmitió entre otras cosas caminar por el casco histórico de este diminuto pueblo y donde la piedra es la protagonista. Las calles, las casas, las torres, la iglesia están todas ellas levantadas utilizando como principal materia prima, la piedra, pero además una piedra de color marrón que en su conjunto transmiten calidez.
Si caminar por el interior de Pals es hermoso y transporta a otras épocas donde seguramente el tiempo transcurría mucho más despacio, la percepción desde la distancia como en estas imágenes que hoy os muestro, es mucho mayor. Su línea y recortes son simples, llenos de sencillez que personalmente creo es donde reside su mayor encanto.
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Tras una reja.... |
Crucial para mi encantamiento con este pueblo es la época del año en la que nos encontramos; es una época donde se produce la transición de primavera a verano y eso le confiere a los días y a los campos un aspecto diferente. La luz es preciosa y el calor todavía no agobia como en plena época estival, y precisamente todo esto hace por ejemplo que los campos de trigo luzcan como nunca. Ese dorado que se mece por la brisa y donde la monotonía del paisaje la rompen algunas encinas u otras especies arbóreas mediterráneas me producen una sensación de belleza de lo más intensa.
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Subiendo hacia el casco antiguo |
Precisamente éste es el principal motivo que me obliga a salir los fines de semana de la ciudad, de un piso, para reencontrarme nuevamente con sensaciones, con situaciones con las que viví siempre hasta que me trasladé a la "jungla". Sí a eso le unimos la afición fotográfica entonces todas las piezas del puzle encuentran su sitio; y es que la fotografía de paisaje de la que en numerosas ocasiones me habéis oído hablar, no es fruto de la casualidad, tiene en lo que anteriormente os explicaba, parte de su porqué.
Alguno puede pensar que imágenes como éstas que hoy os traigo o las que ofrezco en otras ocasiones de aspecto o naturaleza similar obedecen a ir uno despistado y hacer "click" con la cámara en el primer lugar que te "pilla", ni mucho menos.
He comprobado hablando con amigos y aficionados como yo a este arte de plasmar lo que ves, que en muchas ocasiones nuestra mente, nuestro cerebro visualiza una imagen, una fotografía, antes de que ésta se haya realizado; es como pensar para uno mismo que es lo que querría hacer en un determinado lugar. Eso mismo me sucedía por ejemplo el pasado fin de semana mientras con el coche veía en la lejanía el hermoso pueblo, quería retratarlo como yo lo imaginaba y para eso primero fue necesario que transcurrieran unas cinco horas para tener el sol a mis espaldas y luego adentrarme por pequeños caminos rurales hasta meterme incluso como finalmente fue, en medio de unos campos de cultivo adyacentes a una casa de campo. Allí "planté" el trípode y jugué con diferentes encuadres hasta conseguir lo que horas antes había imaginado. Así y de este modo es como yo disfruto "construyendo" imágenes, es un placer el escenificar la situación, el lugar, esperar el momento óptimo y por supuesto y fundamental, todo ello sin prisas. Ahora está la segunda parte y que no es otra cosa que compartirlo con todos vosotros.
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Una vista desde lo alto de Pals, al fondo Torroella de Montgri y en lo alto de la colina su castillo |
Como podéis ver o mejor dicho, leer, apenas os cuento cosas del pueblo ¿y
para qué hacerlo? Prefiero que las imágenes hablen por mi y si os parecen lo
suficientemente atractivas alguna vez quizás os decidís a pasar por Pals;
además y como siempre hago en mis posts, os dejo enlaces a lugares donde puede
uno sacar más información extra.
Espero que os guste este post del día de hoy y con el cual abro una nueva
sección que estará dedicada a pueblos con encanto.
Besos y abrazos.
Ger.
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La torre de las horas |
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La belleza de toda una señora puerta |
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Todas las construcciones giran en torno a la piedra |
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La barandilla |
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Desde el lateral de la iglesia otra visión de la torre |
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Una arcada por la que adentrarse en las entrañas del pueblo |
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El interior de un torreón |
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La plaza del mirador de Josep Pla |
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Otro bonito rincón |
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Los arcos, siempre los arcos |
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Tenía que ponerle paciencia para conseguir que no aparecieran ... personas |
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Casi a los pies de la torre |
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También hay gente en Pals..... jajajaja |