Estamos a mediados de los cincuenta, es verano, y una célebre estrella femenina de Hollywood llegaba a la Riviera Italiana para darse un baño
de multitudes.
Las noches están presididas por las fiestas, bailes y los flirteos en las grandes mansiones con lo más granado y de alta alcurnia tanto
italiana como francesa.
Eran veladas de lujos y excesos pero ella siempre amanecía radiante y con ese aire hollywoodiense de quien parece que siempre está perfecta para una entrevista, un posado o para lucirse con garbo en cualquier televisión. ¿Su secreto? Igual era la brisa del Mediterráneo, las cálidas aguas o quizás los baños de
sol........ el caso es que cada noche aparecía siempre vestida de manera impecable y con un
aura de glamour arrebatador, algo que ni se compra ni se aprende, eso es la “clase”.
Y así viven muchas estrellas, aunque no todas tienen playas
como esta que luce casi impertérrita como allá por los gloriosos cincuenta.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
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