domingo, 16 de diciembre de 2018

Una visita al San Carlo





En mi reciente visita  a la ciudad de Nápoles mi prioridad absoluta era visitar y conocer en persona el interior del teatro de ópera más antiguo del mundo todavía en activo y dotado a su vez de una belleza resplandeciente, el  teatro  San Carlo.

Elegí una visita guiada en italiano para recorrer las interioridades del teatro pero he de reconocer que poca atención le prestaba a nuestra agradable guía,  yo me dedicaba  más bien a buscar ángulos, encuadres, etc… para ir sacando fotos  y todo ello esquivando a otros turistas cámara o móvil en mano, con el fin de que en mis fotografías no saliera personaje humano alguno.

Era un viernes y ese mismo día por la tarde apenas una hora después de que se cerraran las puertas del teatro para los curiosos y visitantes tendría lugar el ensayo general de la ópera con la que dos días más tardes  se inauguraría la temporada lírica napolitana. Y como si de una premonición se tratara ese mismo viernes al mediodía me crucé en plena calle con uno de los napolitanos ilustres de nuestros días y uno de los más renombrados directores de orquesta del mundo, el inconfundible Riccardo Muti que precisamente abriría la citada temporada.

El teatro San Carlo, construido en apenas nueve meses y que fue inaugurado en 1737, ha sido el modelo a seguir por el resto de teatros líricos que a lo largo de los siglos XVIII y XIX  fueron levantados. Entre las muchas curiosidades que presenta este coliseo napolitano destacaría la presencia en todos sus palcos de un gran espejo cuya principal funcionalidad era que con su orientación el monarca pudiera ver desde su palco la cara de todos los asistentes a las pertinentes funciones, y lógicamente a la inversa pero con una particularidad importante y es que los asistentes a los diferentes eventos no podían  aplaudir si previamente no lo había hecho ya el monarca.

Al final, de la colección de imágenes cazadas aquel día me quedo con esta, una visión diferente desde la parte trasera y de acceso al palco real.

Esto es todo, besos y abrazos.





Ger.


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lunes, 27 de agosto de 2018

Primeras luces sobre la Ría

Ría de Vigo


Calificar en cualquier ámbito, algo como lo más bonito, lo más espectacular, lo más hermoso, etc… conlleva siempre una importante carga subjetiva y en ocasiones también emocional con lo que la objetividad es prácticamente nula. Es por ello que no voy a entrar en el debate estéril de hablar de la Ría de Vigo como la más bonita de entre todas las rías gallegas, simplemente se queda en una percepción mía y ya está.

De lo que cabe poca duda es que quizás es la que aúna más hechos de relevancia  histórica alrededor de sus aguas. Por citar algunas ahí tenemos la batalla de Rande en ese estrecho donde en un encarnizado enfrentamiento perecieron cientos de vidas y otros muchos galeones se hundieron dejando paso a las leyendas sobre los inmensos tesoros que dentro de los mismos todavía se conservan; ahí tenemos también la citación de la ría viguesa en la célebre novela de Julio Verne 20.000 leguas de viaje submarino  cuando el capitán Nemo se adentra en la misma con su nave; por no hablar al final de la ría donde el río verdugo realiza su desembocadura y en cuyo enclave de Pontesampaio se alza su imponente puente medieval en el cual se libró una célebre batalla que supuso el comienzo del fin de la ocupación de Galicia por las tropas francesas.


En esa imaginaria máquina del tiempo que algún día podría inventarse, poco me interesaría el futuro, me atrae el pasado, y con esta imagen tendría un nuevo motivo para usarla. Como sería  retroceder unos cuantos siglos y ver la fisonomía de esta zona sin la influencia que ahora mismo y desde hace décadas estamos ejerciendo en nuestro ecosistema. Seguro que esos montes tendrían otro aspecto, ausentes de eucaliptos por ejemplo, los poblados actuales serían muchísimo más pequeños y los elementos sobre el agua seguramente se reducirían a alguna diminuta embarcación,  nada de bateas, yates o barcos de gran calado.

Pero esa es la evolución de nuestro entorno con nosotros y nuestros deseos de cambiar muchas cosas para bien nuestro. Esto último sin duda lo pongo en entredicho como tantas veces, ya que pensamos que únicamente vivimos nosotros en este diminuto planeta.

Más allá de todo esto, desde una atalaya privilegiada decidí en estas últimas vacaciones estivales acercarme un día al lugar donde tantísimas veces de niño iba a ver ponerse el sol, pero en esta ocasión fue para disfrutar de las primeras luces.

Arcade, Vilaboa, Pontesampaio, Redondela, Sta Maria de Cobres, Vigo, Domaio, Cangas o Moaña son únicamente algunos de los poblados que viven de cara a esta inmensa lengua de mar que se adentra en el continente y cuyos guardianas son las hermosas Islas cíes.


Esto es todo, besos y abrazos.




Ger.


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domingo, 27 de mayo de 2018

"Robado en las alturas"

Estábamos tocando el cielo, después de una hora de ascensión y rodeados de pequeños y grandes saltos de agua alcanzamos nuestro objetivo de contemplar la explanada de Aguas Tuertas.

Lo que teníamos ante nosotros (y que ya os mostraré) era como ese imaginario paraíso donde nada sobra, donde nada falta. 

Y allí estaba Ella, contemplando a los imponentes buitres que nos acompañaron todo el camino, unas veces pie en tierra y el resto sobrevolando aquellas cumbres majestuosas que de algún modo ponían en ridículo nuestro diminuto tamaño.

Siempre la naturaleza, siempre la belleza.


Esto es todo, besos y abrazos.



Ger.


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martes, 10 de abril de 2018

"Transiciones"


Visitar las Bardenas Reales durante el principio de la estación primaveral es como ver y descubrir otra cara,  un rejuvenecer de  un territorio donde el resto del año solamente pueden apreciarse los colores tierra, ocres, y toda esa gama de tonalidades de amarillo pálido propia de las zonas desérticas y semidesérticas.

Pero en primavera la paleta de colores se amplia, y así primero se desperezan los verdes en infinidad de tonalidades, más tarde pequeñas motas de flores de diferentes colores destacando el amarillo chillón y finalmente hace su aparición una de las flores que triunfa en los campos de medio mundo, la roja amapola que en las Bardenas se llena de millones de pequeños puntitos rojos que dan color a este “famélico  paisaje.

Y como guinda a esta imagen panorámica, al fondo tenemos esas cumbres nevadas del majestuoso Moncayo que nos recuerdan este momento de transición del frío invernal hacia la suave y sensual Primavera.

Esto es todo, besos y abrazos.



Ger.


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miércoles, 21 de marzo de 2018

"Un día en las Fallas..."

La música de hoy estaba cantada, haz click "aquí".

Se trata de una de las fiestas de más renombre tanto a nivel nacional como internacional, y sin embargo como otras muchas, yo todavía no la conocía. Así fue que este fin de semana pasado y de manera exprés me acerqué a la ciudad del Turia para ver y vivir en directo la mencionada fiesta.
Además de la parte artística de esas esculturas llenas de ingenio y color me quedo también con el arte maravilloso plasmado en los trajes falleros, auténticas orgías de colorido y adornos; y por supuesto la música, ese sonido a pasodoble y pasacalles continuo por cientos de bandas y agrupaciones musicales.

En fin, ¡¡Visca Valencia!!

Aquí os dejo una muestra del  pequeño reportaje que hice en  ese paso fugaz por tierras levantinas.

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.


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miércoles, 7 de marzo de 2018

"Los refugios"


Imagen panorámica y pre-invernal del refugio de Colomers, en primer plano, y al fondo el antiguo. Desde este punto puede realizarse una ruta de senderismo que nos llevará por la mayor concentración de lagos glaciares, de todo el pirineo. 

En si no es una ruta excesivamente dura pero tampoco recomendable para aquellos que tengan dificultades en cuanto a movilidad ya que la misma no transcurre por caminos y sendas “normales”.

El lugar es de una belleza extraordinaria donde los diferentes lagos son auténticos espejos donde se refleja todo a su alrededor.

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.


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miércoles, 14 de febrero de 2018

"Las imágenes del sudor..."


Esta fotografía no me costó sangre ni tampoco lágrimas pero si algo de sudor….., tenía claro la localización desde donde debía realizar la toma y así lo intenté hace una semana pero entonces algunas circunstancias me impidieron tomar la imagen. Volví una semana después decidido a conseguir aquella panorámica de tan hermoso valle pero con lo que no contaba ahora era con los 30 y 50 cm de nieve caídos durante los días precedentes y sobre los que tendría que caminar hasta llegar al mirador. Fue aproximadamente una hora de ascensión enterrándome en la nieve lo cual dificultaba el avance además de desgastar a uno físicamente.

Las ganas, y la cabezonería además de ciertas travesuras me permitieron finalmente situarme donde yo había imaginado que podría ser el mejor lugar y así realicé siete tomas verticales que luego “cosí” para confeccionar la fotografía panorámica que hoy os muestro.

Esas cumbres nevadas (un trocito de los Pirineos) se encuentran a más de cuarenta kilómetros en línea recta de donde yo estaba, no es que los haya medido pero así me lo ha confirmado la utilidad de Google Maps. Para los que conocen un poco la cordillera, ahí en frente están entre otros: Vallter, Setcasas, Nuria, y el Pic de l’infern ente otros.

Una vista preciosa con todas esas cumbres nevadas como fondo del bello Vall d’en Bas en la comarca de la Garrotxa.

Esto es todo, besos y abrazos.

Ger.


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viernes, 2 de febrero de 2018

"Los Mitos..."

En Galicia llueve, hace frío, la gente es triste, los días son de cielos grises….. y podía seguir enumerando tópicos que todavía muchos foráneos tienen de un trocito de tierra maravillosa donde el mar y el campo van de la mano inseparables y haciendo que la vida de los gallegos gire en torno a los dos.

Rincones maravillosos tierra adentro y una costa no menos espectacular con lugares muy concretos llenos de una magia y una belleza exuberante.


Arenales de un blanco casi inmaculado es fácil encontrarlos en las tres provincias costeras pero si una zona es agraciada en playas y calas de una belleza muy especial es sin duda en las rías pontevedresas.

El color aguamarina del océano, la blanca arena, el verde de los pinos y un azul inconmensurable son la frontera de muchos lugares de costa gallego, hoy os dejo este, una imagen panorámica de una de mis playas favoritas, frente a las Islas Cíes y donde evadirse del mundo no requiere esfuerzo, el lugar simplemente te evade.

Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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lunes, 22 de enero de 2018

"Otoño póstumo"

Desde la localidad de Salardú puede tomarse una pista forestal que nos lleva a Banhs de Tredós y que así mismo nos puede dejar al comienzo de la ruta de los Lagos de Colomers.

La mencionada pista transcurre paralela al curso del río Aiguamog por uno de los valles perpendiculares al Valle de Aran y que es de una belleza extraordinaria. A lo largo del valle y sueltos con sus cencerros es habitual ver ganado vacuno así como gran cantidad de caballos.
Las laderas del mencionado valle están adornados por arboleda de hoja caduca especialmente hayedos, que ponen su toque de color en la estación otoñal.


Esta es una vista panorámica formada por cinco imágenes y donde puede apreciarse por la cantidad de hojas y de color como la estación del color estaba ya llegando a su fin.

Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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miércoles, 10 de enero de 2018

"Carreteras con encanto..."

Vista panorámica desde lo alto del “Conor Pass” el puerto de montaña más alto de Irlanda. Situado en la península de Dingle dicho paso sirve de ecuador para pasar de una orilla a la otra de la mencionada península.

Se trata de una estrecha carretera donde apenas pueden cruzarse un coche con otro por eso a lo largo de dicha carretera hay números y pequeños arcenes para que cuando dos vehículos se cruzan uno pueda echarse un poco a un lado; esto unido al mal estado de la mencionada carretera  hace que no sea una ruta muy transitada pero desde luego la recomiendo ya que su recorrido es una preciosidad y las vistas desde lo alto son toda una maravilla.


Señalar también el fuerte viento que suele hacer siempre en lo alto del puerto y que por cierto no me ayudó para la captura de las diferentes tomas con las que confeccionar esta imagen panorámica.






Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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domingo, 7 de enero de 2018

"Oasis en la tormenta..."

El cielo se abría y se cerraba cual compuerta y cada vez que se “cerraba” aparecía la niebla y la intensidad de la lluvia que caía del cielo me obligaba a meterme en el coche con mis cámaras para ponerlas a buen recaudo. Con esa misma velocidad que nos protegíamos, salíamos también de nuestro refugio cuando los aguaceros me daban un respiro y así, como en este caso, poder capturar ese cielo encapotado, esas nubes de niebla que dejaban entrever los poblados del fondo del valle y que con la mínima luz que se filtraba daba vida a los verdes y amarillos.


Tocaba disparar deprisa y volver a guarecerse nuevamente.






Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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jueves, 4 de enero de 2018

"La estampida..."



Amante de la naturaleza, soñador y amigo de evocar circunstancias un tanto diferentes de lo normal,  la imagen de hoy es una de esas que al primer golpe de vista mi cerebro descifró como algo onírico y poco real.

Sí uno no viniera en coche por una autovía procedente de una cordillera donde las cimas más altas alcanzan los tres mil metros y en una zona geográfica de clima suave y mediterráneo, sí no fuera por todo eso, quizás y solo quizás, habría un resquicio para la posibilidad que mi cerebro maquinaba; ese pensamiento no era otro que creer que lo que tenía delante de mí era la polvareda levantada por diez mil búfalos en plena estampida.

Evidentemente hay mucho de poético en mi pensamiento ya que ni el polvo iba a ser tan inmaculado ni el mismo tendría las texturas de estas preciosas nubes, pero como decía antes, uno es un soñador empedernido. Lo único cierto es que cada año de entre todas las fotografías que hago me quedo con un puñado de diez o doce que para mi tienen un plus extra que las hace estar en una escala superior dentro lógicamente de mi escala de valores estéticos, esta es sin duda la primera gran imagen de este recién nacido año 2018 y como toda fotografía, tiene una historia propia.

La fotografía nació mientras conducía desde el pirineo leridano regresando a Barcelona y como en un momento dado vi en el horizonte sobre el perfil del macizo montañoso de Montserrat, una especie de grupo de nubes apelmazadas a punto de estallar, visualizaba esa imagen y necesitaba “cazarla”. Esperé ansioso que algún cartel de la autovía anunciara la próxima salida de la misma y cuando así fue tomé la misma para dirigirme, no sabía a dónde, pero al menos a algún lugar donde pudiese aparcar el coche mínimamente bien y perpetuar la estampa antes de que el viento o cualquier otra circunstancia me borrara aquel panorama.

El coche lo dejé en el extremo de una rotonda pero desde donde no tenía visión del macizo montañoso ni de las nubes; con ese panorama no me lo pensé mucho, puse la cámara a la espalda y me dediqué a trepar por uno de esos taludes que hay en la autovías y autopistas, agarrándome a esa red plástica que se utiliza para evitar el pequeño derrame de piedras o elementos que puedan llegar a  la calzada. Tras la breve ascensión, ahora ya tenía mejor visibilidad, sólo me quedaba meter el objetivo de la cámara entre el dibujo de la verja que separa los aledaños de la vía impidiendo el acceso de peatones y/o animales.

Por fin ya pude recrearme durante cinco minutos tomando diferentes imágenes, aunque sin posibilidad de jugar mucho con el encuadre, tenía únicamente esta perspectiva.
Al final de entre todas aquellas fotografías me quedé con esta por un hecho diferencial; cuando estás disparando y abarcando grandes superficies uno intenta captar una escena, un momento, pero hay pequeños o diminutos detalles que pasan desapercibidos, es a posteriori cuando descargas las imágenes y las visualizas con calma en el ordenador donde te llevas en ocasiones alegrías extras o también pequeñas decepciones. En el caso de esta imagen hubo algo que me pasó desapercibido cuando la tomé, y que luego he podido observar y sobre lo que os llamo la atención, se trata de un avión del que puede apreciarse su silueta sobre las nubes en la parte derecha de la imagen, encima de las piedras y el cual muy posiblemente estaba realizando la maniobra de aproximación para aterrizar en el aeropuerto de Barcelona.


Esta sería la breve crónica de esta imagen que me ha gustado dejar en blanco y negro para que la misma gane en dramatismo y fuerza, espero que sea de vuestro agrado, personalmente yo la considero ya mi primer gran imagen de este 2018.

Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...