martes, 14 de febrero de 2023

Otros paraísos

En nuestro recorrido de la pasada primavera por tierras alemanas y concretamente por esa preciosa región de la Selva Negra, lo habitual era encontrar paisajes como este que hoy traigo hasta aquí.

Cuando uno piensa y escucha hablar de esos lugares denominados "paradisíacos", nos vienen a la cabeza en la mayoría de los casos, aguas turquesas que bañan playas de blanca arena y donde la única vegetación son un puñado de palmeras para hacer sombra y bonito, claro; efectivamente ese puede ser un modelo de paraíso pero yo creo que hay más, y este personalmente a mí me encanta, ver esa casa rodeada por ese manto de coníferas y con ese verde, me parece espectacular, no digamos ya con el acompañamiento de ese cielo cubierto de densas nubes que muy probablemente son portadoras del agua que en forma de lluvia es tan habitual en la zona y que gracias a ello permite mantener esta belleza.


Ger.

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lunes, 13 de febrero de 2023

Los abismos

Buenos días al comienzo de este nuevo día y en este caso también semana. Esta mañana al llegar al trabajo tenía esa temperatura ideal de 0º es decir, ni frío ni calor, je,jeje, pero hoy no hablaré de temperaturas, por delante se presentan días de fiesta y cachondeo como corresponde a los carnavales; y para una gran semana he pensado que la mejor manera era hacerlo con una imagen mayúscula, al menos a lo que a la grandeza del lugar se refiere.

Lógicamente no se trata de una foto actual ya que ahora mismo este rincón probablemente estará cubierto de nieve en gran medida; la de hoy, como tantas veces, es una fotografía que está “reposando” en mi archivo a la espera de que encuentre la ocasión y el día para darla a conocer y que salga a la luz.

 

Se trata de una estampa primaveral de mi querido Parque Nacional de Ordesa y concretamente de un tramo de la faja de Canarellos, uno de los lugares menos frecuentados por los excursionistas que visitan el parque con lo que uno puede disfrutar del paisaje con poca o nula compañía. Este día, detrás de mí venía una pareja que me sirvieron para dar perspectiva a esas enormes paredes de la faja y donde además puede verse al fondo el comienzo de la caída de agua de la cascada de Cotatuero.

 

Muy feliz semana y buen camino.


Ger.

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miércoles, 8 de febrero de 2023

La emoción del tiempo

La de hoy va a ser una entrada un poco más larga de lo habitual, o eso intuyo mientras empiezo a escribir, y es que transmitir en un texto emociones puede ser un poco difícil y yo quiero intentarlo.

Hace unos días ya expliqué que estaba preparando un escrito en el que hablaría de "la emoción de tiempo", pero si no lo desarrollo será complicado que alguien que lea este título, pueda entender el porqué del mismo. Soy yo muy dado a dejar volar mi imaginación en muchas ocasiones, pero otras veces, uno tan solo tiene que cerrar los ojos y dejarse llevar, el resultado puede ser increíble, vamos a por ello.

El último sábado del pasado mes de noviembre de 2.022, teníamos una de esas muchas salidas que realizamos en ocasiones, para conocer pueblos, montañas, bosques o cualquiera de las muchas cosas que suscitan nuestro interés. Ese día íbamos a adentrarnos en la comarca de la Noguera en la Cataluña de interior,  y como siempre que vamos a alguna zona desconocida, buscamos la mayor información posible sobre aspectos y cuestiones que pueden resultar interesantes.

Mientras realizaba esta búsqueda de lugares donde recrear el día, aparecieron en el mapa, dos reductos que nada más verlos, pensé que irremediablemente tendríamos que ir allí, si o si. Sólo ya de pensar lo que nos íbamos a encontrar, me emocioné como un niño, y os pongo en contexto. En la actualidad nos encontramos viviendo en el año dos mil y pico de nuestra “era cristiana” y que puede considerarse un tiempo más que considerable; sin embargo, resulta insignificante si os digo que aquel sábado nosotros íbamos a “retroceder” aproximadamente, 65 millones de años; ahí es nada. 

Estamos hablando de un tiempo y de una época en la que nosotros, el ser humano, todavía no existía, con lo que el simple hecho de imaginarlo ya me parece una pasada. Explico todo esto para poner en contexto la situación de aquella tarde, y es que lo que había visto unos días antes mientras buscaba información de lugares de interés por la zona, descubrí que era posible visitar algunas de las huellas fosilizadas de los que fueron algunos de los últimos dinosaurios de Europa. 

La verdad es que no sabía muy bien que me iba a encontrar, pero entre los muchos pensamientos que rondaban por mi cabeza estaba el de que seguramente esas pisadas en sí mismas ya me iban a impresionar. Y mientras, me impresionaba a mi mismo pensando en la cantidad de catástrofes, guerras, batallas, etc, a las que esos fósiles sobrevivieron. Aquellos grandes pobladores de la tierra no llegaron a convivir con nosotros, y es que los dinosaurios perecieron antes de que alguno de nuestros antepasados empezara a poblar el planeta.

Después de muchos kilómetros llegamos a una explanada y lo cierto es que en ocasiones no estás del todo preparado para imaginarte que es lo que vas a presenciar. Aparece entonces ante ti aquel suelo de gran dureza donde hay oquedades de formas más bien circulares y con dos tamaños bien diferenciados; las circunferencias pequeñas tienen aproximadamente la mitad de diámetro que las grandes. Aquello tenía una explicación, las más grandes corresponderían a las huellas de las extremidades traseras y las pequeñas a las de delante. Y ahí me quedé yo, absorto intentando imaginarme lo increíble que resultaba estar ahí, dentro y sobre esas pisadas de tan enormes animales. Hoy en día los documentales, las películas, etc. nos recrean como debieron ser aquellos animales, los primeros de gran tamaño que poblaron nuestro planeta. Por lo demás, estando ahí, bajo una luz en algunos momentos cálida gracias a los rayos de un sol a punto de desaparecer,  yo me preguntaba de qué modo podía trasladar a las fotografías, el tamaño, la profundidad, etc, de aquellas huellas para haceros partícipes y así tire de lo que tenía más a mano, el móvil y mi pareja.

El resultado ha sido esta selección en la que una de las fotografías es una panorámica de esas montañas bajo la dorada luz del crepúsculo y vista desde el lugar donde se encuentran esas huellas.

No hace falta que te gusten ese mundo de los dinosaurios, simplemente intenta situarte en un lugar con tanta y tanta historia y que en un momento dado tu estés ahí, casi setenta millones de años  te contemplan... no está nada mal ¿verdad?


Ger.

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Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...