En nuestro recorrido de la pasada primavera por tierras alemanas y concretamente por esa preciosa región de la Selva Negra, lo habitual era encontrar paisajes como este que hoy traigo hasta aquí.
Cuando uno piensa y escucha hablar de esos lugares denominados "paradisíacos", nos vienen a la cabeza en la mayoría de los casos, aguas turquesas que bañan playas de blanca arena y donde la única vegetación son un puñado de palmeras para hacer sombra y bonito, claro; efectivamente ese puede ser un modelo de paraíso pero yo creo que hay más, y este personalmente a mí me encanta, ver esa casa rodeada por ese manto de coníferas y con ese verde, me parece espectacular, no digamos ya con el acompañamiento de ese cielo cubierto de densas nubes que muy probablemente son portadoras del agua que en forma de lluvia es tan habitual en la zona y que gracias a ello permite mantener esta belleza.
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