Sí ayer felicitaba a los amigos de Andalucía que festejaban su día grande, hoy toca hacer lo propio con los de las Islas Baleares que también celebran el día de su comunidad autónoma.
La imagen de hoy es de hace apenas diez días; ese sábado tomamos rumbo hacia la Cataluña interior y concretamente hacia la capital de la comarca del Bages, Manresa. En mi afán de seguir conociendo los pueblos y ciudades del entorno en el que vivo, había pasado muchas veces por los alrededores de Manresa pero nunca me había parado a pasear por sus calles y conocer de cerca lo más representativo de su patrimonio histórico-cultural.
Hasta ese día desconocía por completo la relación de esta urbe, así como una buena parte de Cataluña, con el militar y religioso Ignacio de Loyola, fundador de la "Compañía de Jesús".
El primer lugar que visita Ignacio al llegar a Cataluña es Montserrat donde permanecerá cuatro días, y tras los cuales pondría rumbo a Manresa, según los estudiosos con fines de cierto retiro y descanso tras la peregrinación, corría el año 1.522.
Uno de los lugares que aproveché para visitar y que es además uno de los más conocidos de Manresa es la "Cueva de San Ignacio", un lugar donde nuestro protagonista de hoy se recluyó para ayunar y rezar además de escribir sus ejercicios espirituales.
Cómo suele ser habitual, alrededor de aquella cueva se acabó construyendo una capilla y un enorme edificio, visitable y que ha quedado como principal símbolo del paso de este personaje por la ciudad.
Una vez puestos en contexto, me apetecía plasmar una imagen que posiblemente sería la misma que tuvo Ignacio de Loyola cinco siglos atrás. Se trata de la visión del perfil del macizo de Montserrat desde los quince kilómetros que lo separan de esta cueva donde habitó durante varios meses.
En el apartado técnico y para los interesados decir que es una fotografía panorámica compuesta de tres tomas horizontales y realizadas con una lente 70-200 mm de Canon.
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