jueves, 31 de julio de 2025

El trigal

Y se nos fue julio, bueno queda el día de hoy pero como suele decirse, ya está finiquitado. Para mí esto es sinónimo de encontrarnos con la mitad del verano resuelto. Sé que no es cierto ni real, pero el verano yo lo condenso en estos dos meses, julio y agosto. y este fin de semana seguro que habrá bastante movimiento en todas partes, algunos regresarán de sus vacaciones y otros (la gran mayoría) las empezarán.

La fotografía de hoy tiene que ver con mi poco cariño hacia el sol y el calor, pero que cuando quieres retratar determinadas escenas, sobre todo en el campo, no queda más remedio que salir de casa. 

El mundo y su población tiene tres cereales sobre los que sustenta su alimentación desde hace miles de años, hablo del trigo, el maíz y el arroz. Quizás por donde he nacido vivido durante mi infancia y juventud, lo que he tenido más cerca son los campos de maíz, sin embargo y bajo mi criterio personales el cultivo menos atractivo visualmente hablando, prefiero las plantaciones de arroz o los campos de trigo.


Este último pasa por dos fases bien diferenciadas, la primera es la que me resulta más atractiva y es allá por los meses de abril y mayo cuando el tallo así como la espiga son de un verde precioso, y que muchas veces recibe la "salpicadura" de alguna que otra amapola que se encarga de poner la nota de color en ese verde uniforme. Pero a medida que pasan los días y semanas el trigo empieza adquirir su color más característico con esos amarillos y dorados que indican que pronto se cosechará.

Esta es la estampa fotografiada en un trigal de la comarca catalana del Ampurdán, esas espigas doradas en primer plano y de fondo la silueta del pueblo de Pals.

 

Buena cosecha y feliz jueves.

 




martes, 22 de julio de 2025

La novia nerviosa

El coche había llegado y aparcó en la pequeña plaza que sirve de antesala a la iglesia del pueblo, una pequeña edificación que databa del siglo XIII y donde Elsa siempre supo que se casaría. 

El acompañante del chofer se apresuraba en bajar del elegante vehículo para abrir la puerta del mismo a los anfitriones; mientras en los asientos traseros Elsa apretaba con fuerza la mano de su padre mientras exclamaba —¡Estoy nerviosa papá!

El hombre con un leve gesto indicó al chofer y su asistente que esperaran unos segundos.

—Hija es normal que estés en semejante estado; todavía tengo fresco el recuerdo del día de nuestra boda cuando atacado por los nervios, esperaba en el altar a tu madre que entraba con absoluta parsimonia, cogida del brazo de tu abuelo. ¡Yo era un auténtico flan!.

—Ya, la verdad es que he pensado muchas veces en este día y en este momento y por ello quizás lo tenga muy idealizado. 
Además... [hablando entre sollozos], lo que habría dado porque hoy mamá estuviera aquí con nosotros y pudiera verme.

—Verás Elsa, mamá no está aquí físicamente con nosotros pero quien te dice que no nos está viendo, y por ello debemos disfrutar de un día tan especial como el de hoy, del mismo modo que ella hubiera hecho.

—Tendría que haber conocido antes a Ismael, quizás así mamá podría haber vivido esto con nosotros, ¡No es justo que hoy estemos aquí los dos solos!

—Cariño no estamos solos, tenemos una familia maravillosa que está aquí para verte disfrutar y unos amigos igualmente extraordinarios que nos acompañan.
Verás hija, esto lo sé, no por ser más inteligente que tú, no simplemente por haber vivido más: "la vida no espera por nada ni por nadie, todos hacemos planes que llevar a cabo y algunas veces conseguimos nuestro propósito pero muchas otras veces, las cosas se tuercen y no se consiguen. Tendemos a idealizar la vida y en ocasiones nos encontramos con la cara más amarga de la misma. 
Yo te diría que disfrutes de este momento, de este día... en unos minutos, la segunda persona que más te quiere en este mundo -—Elsa sonríe— está deseando hacerte feliz y entre otras cosas, compartir su vida contigo. Piénsalo fríamente, es una decisión importante y de enorme trascendencia para una pareja; complementarse con otra persona para vivir y ser feliz junto a él. ¡Ojo! no es sencillo pero tampoco imposible. 
¡No llores más! o ese precioso maquillaje se echará a perder. 
Yo cuando veo la forma en que Ismael te mira soy feliz y es que hay cosas que no necesitan de respuestas ni de preguntas, ni tan siquiera de aclaraciones.... sé que te quiere y tú a él también. 
Ojalá la salud os respete, lo demás estoy convencido que con vuestro amor lo conseguireis.

—¡Papá! [lo abraza, mientras el brillo de sus ojos delatan y preceden a dos nuevas lágrimas que descienden por las mejillas de Elsa].

—Bueno, sécate esas lágrimas y vamos a entrar ya en la iglesia ¿no? Una cosa es que la novia haga esperar al novio pero otra es que consiga desesperarlo y hacerlo sufrir.

—Tienes razón papá, ¡Vamos!

—¿Papá?

—Dime cariño

—¡Te quiero con todo mi corazón! 

—Y yo a ti, "mi pequeña".


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En determinadas ocasiones te encuentras con situaciones que desconoces y este día fue un ejemplo, visitábamos un pequeño pueblo y entonces apareció la comitiva del coche de una novia y su acompañante (supuse que podría ser su padre). 
En aquel séquito conté hasta cuatro fotógrafos y operadores de video cubriendo el evento; yo aproveché la ocasión y a cierta distancia hice algunas fotografías como la que aquí os muestro hoy. 
Todo lo demás, me refiero a ese diálogo entre padre e hija, es pura invención, pero me pareció una bonita forma de presentar la foto.

22 de julio, feliz martes.

Ger.





martes, 15 de julio de 2025

El día después

 Muy buenos días,

En el día de hoy alcanzamos el meridiano de este mes de julio y empezamos ya la cuesta abajo para que el mismo finalice. Ayer 14 de julio tal y como apunté y seguramente pudisteis apreciar y ver en diferentes medios de comunicación, era el día nacional de Francia; sin embargo la imagen que ayer ofrecí podría haber sido alguna relacionada con nuestro país vecino pero no me apetecía, preferí publicar la que os mostré de aquel cielo irlandés y por eso hoy, sí he decidido que le haré un guiño a la patria gala.

París es una ciudad monumental en el sentido más amplio de la palabra y también mi ciudad favorita de entre todas las que he visitado, motivo por el que la he pisado en tantas ocasiones. Hay lugares icónicos de la capital francesa que uno no debe perderse cuando la visita por primera vez  y el que hoy os traigo es uno de ellos, su famoso Arco de Triunfo.


París posee tres grandes arcos separados varios kilómetros entre sí, sin embargo los tres están perfectamente alineados aunque sin duda el más célebre es el que puede observarse al final de los campos Elíseos.

Este arco fue una propuesta de Napoleón para honrar a los ejércitos franceses tras su célebre victoria de Austerlitz en la que vencieron al combinado de tropas rusas y austríacas. La construcción del arco se prolongó durante tres décadas desde 1806 hasta 1836 y el mismo está adornado con esculturas y recuerdos a las innumerables victorias en el campo de batalla. 

Más allá de estos elementos de los que uno debería no estar muy orgulloso por lo que conllevan las batallas, la obra es una preciosidad además de ser  imponente con sus 50 metros de altura. Verlo por fuera y de manera cercana impresiona, pero igualmente merece la pena introducirse en su interior y acceder a la terraza que se encuentra en lo alto del mismo y desde la que se tienen unas vistas privilegiadas.

 

Aquí os dejo una perspectiva que capté desde uno de los laterales del mismo y donde convergen ni más ni menos que doce avenidas que se irradian en forma de estrella por la ciudad.

 

¡Bonjour!





El trigal

Y se nos fue julio, bueno queda el día de hoy pero como suele decirse, ya está finiquitado. Para mí esto es sinónimo de encontrarnos con la...