jueves, 22 de septiembre de 2016

"El encuadre..."

No seré yo ahora el que vaya a realizar una disertación sobre teoría de la fotografía, y es que no tengo madera de docente, no me gusta y lo que es más importante, tengo todavía mucho que aprender de la vida en general y de la fotografía en particular. Sin embargo el comentario que voy a realizar sobre esta imagen tiene mucho que ver sobre uno de los aspectos más importantes del arte fotográfico, la composición.

Cuando los fundamentos básicos de fotografía los tienes o crees que ya los tienes asumidos, es hora de abordar más aspectos y uno de los más importantes es sin lugar a dudas el de la composición; hay veces que a los que nos gusta esto de la fotografía, enseguida visualizamos una imagen de esa fotografía que vamos a tomar o bien de la que tomaríamos ya que sea por la circunstancia que fuera,  en ese instante no la podemos llevar a cabo.

La que aquí os presento  es sin duda una de las dos o tres imágenes que más me han gustado de las que he realizado en estos recientes días por Normandía.  El lugar es archiconocido, el famoso acantilado “Falaise d'Aval” en el no menos  encantador pueblecito de Etretat. Desde pintores a fotógrafos de medio mundo han sacado infinidad de imágenes de este lugar y yo mismo tengo varías de este lugar pero esta me ha gustado especialmente y quería contaros como la realicé.

Mi objetivo “fetiche” y favorito de los cuatro que poseo es el Canon 17-40 f4,  se trata de un gran angular y que para los que amamos el mundo paisajístico, nos da muchísimo juego. Lógicamente hay algún que otro objetivo mejor para estas lides pero con unos precios desorbitados que no se justifican; peso a ello este 17-40 de la serie “L” de Canon ya no es una lente cualquiera y la verdad es que da unos resultados maravillosos. 

La imagen es de primera hora de la mañana, el sol había empezado a asomar  ya por lo que sería mi espalda y es que  tal y como está tomada esta fotografía  lo que se ve es dirección Este.

Había olas, ya se habían apagado los enormes focos que durante la noche iluminan el acantilado y el cielo presentaba nubes de diferente tipo y tamaño. Todo esto está  muy bien pero creo que la gracia de esta imagen es el  marco de la misma. A mis espaldas se encuentra un acantilado de no menos de 60 metros pero entonces descubrí que en la base del mismo había un pequeño agujero y….. pasó esto.

Reculando hacia el interior de ese agujero y con la focal más grande que me permite la lente, es decir a 17, pude hacer que el techo y el lateral derecho del agujero así como un acantilado por el lado izqdo. Hiciesen de marco perfecto para el tan manido icono del pueblo de Etretat. Al final la gracia de esta imagen (creo honestamente) es la presentación del  protagonista rodeado por todo el conjunto.

Hasta aquí la explicación, espero que la imagen os guste tanto como a mí. 

Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


-Haz “click” sobre cualquier imagen y podrás verla a tamaño completo. 



2 comentarios:

  1. Ohhhhh. Vaya cosa preciosa. ¿También estaba el agua ese día verde esmeralda? Un abrazo. Esta me la saco para hacer un cuadro con ella!!!

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    1. Hola Nieves, esos colores verdosos se aprecian mejor a la luz del día. Cuando hice esta toma empezaba el sol a despuntar pero todavía no había luz suficiente para discernir el color del agua aunque si, normalmente tiene tonos verdosos. Besos tieta.

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