El castro de Baroña es sin duda uno de los más bellos y
espectaculares asentamientos que se conservan del mundo Celta. Llama
poderosamente la atención el lugar elegido, hace más de dos mil años, para
levantar este poblado; la belleza del lugar está fuera de toda duda pero no
quiero ni imaginarme la dureza de los inviernos en ese emplazamiento pegado
literalmente al mar y donde la crudeza de los temporales marítimos, sin llegar
a ser del calado propio de la “Costa da morte” tienen también su enjundia.
Lo dicho, un bello, bellísimo paraje el de este coqueto
castro con la hermosa playa de Arealonga a su costado.
Por cierto, en la imagen puede apreciarse parte del barbarismo que en forma de incendio, quemó parte de un pinar cercano al lugar el último verano, una práctica bastante extendida en muchos rincones gallegos donde los asesinos de la naturaleza campan a sus anchas.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
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