Sin duda uno de los muchos rincones que podemos encontrar en
la comunidad Cántabra los conforman los denominados Valles Pasiegos a los que
se puede acceder por diferentes lugares pero yo hoy os traigo uno muy concreto.
Caminando por el norte de la provincia burgalesa va uno
pasando por bellos parajes y dejando atrás pueblos como Pedrosa de Valdeporres,
Vallejo de Sotocueva, Quisicedo, Quintanar del Rebollar y el último además del más importante que
puede uno cruzar mientras transita la carretera BU-526 dirección a Cantabria,
me estoy refiriendo al pueblo de Espinosa de los Monteros. Tras este último
pueblo puede seguir uno avanzando por la mencionada carretera sin más poblado
humano que un buen monton de cabañas de piedra esparcidas por la campiña y que
antiguamente hacían su función de resguardo a los pastores mientras la trashumancia tenía
sentido, hoy en día muchas de esas cabañas han sido restauradas y conforman en
algunos casos, una segunda vivienda donde descansar lejos del mundanal ruido.
Dejando atrás dicha campiña y esas cabañas llegamos a un
puerto de montaña situado a 1153 metros de altura sobre el nivel del mar, dicho
puerto es el de “Estacas de Trueba” y que es la frontera natural y política entre
la comunidad de Castilla-León y la de Cantabria.
La visión que se tiene desde ese puerto es realmente
maravillosa abriéndose ante nosotros de manera grandiosa el valle de Vega dePas, por una carretera, todo hay que decirlo, donde los aprensivos con el tema
de la altura y los precipicios igual pasan un mal rato, hasta que se llega al
fondo del valle, por la serpenteante y empinada carretera.
Aquí os dejo esta visión panorámica desde lo alto de dicho
puerto mientras mi espalda esta encarada hacía la provincia burgalesa y ante
mis ojos se encuentran tierras cántabras.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
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