Dejando volar mi imaginación y como si de un cuento se tratara, da la impresión de que el bosque estuviera ardiendo y todos esos colores otoñales representan a unas voraces llamas que quisieran arrasar todo a su paso. Sin embargo tendremos un final feliz gracias a la hermosa cascada de Cotatuero que con sus gélidas aguas sofocará ese incendio y nos permitirá seguir disfrutando de este espectáculo de color cada estación otoñal.
La verdad es que este fue uno de los puntos donde más tiempo pasé admirando la grandeza de lo que tenía ante mis ojos mientras discurría por la senda de los cazadores. Un espacio, el que tenía ante mí, que da la sensación de que es pequeño pero que tiene realmente unas dimensiones colosales como lo es este Circo de Cotatuero, y allí, en medio, toda esa orgía de color.
Muchos otros excursionistas pasaron, pasasteis, por delante de mí y de mi cámara, mientras yo estaba allí, embobado ante un espectáculo como este que me tenía inmovilizado y al mismo tiempo me hacía sentir afortunado por la posibilidad de estar en esas coordenadas de espacio y tiempo.
Para los que no pudieron estar y para los que no pueden acceder a estos rincones, aquí dejo esta pequeña muestra, que no es lo mismo que observarlo con tus propios ojos pero puede daros una idea aproximada de lo que es Ordesa cuando el otoño la acaricia.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
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