A mitad de camino entre Oporto y Lisboa siguiendo la costa atlántica de nuestros vecinos portugueses, uno puede encontrarse con pueblos y lugares llenos de encanto pero también con otros cuya visita carece del más mínimo interés.
En nuestro periplo hacia tierras andaluzas atravesando "Lusitania" hicimos noche en la localidad de Figueira da Foz. Este pueblo grande, pertenece al grupo de los que uno puede saltárselo sin mayor preocupación, carece de elementos que hagan imprescindible la parada en el mismo. Debido a ello, aprovechamos la cercanía de un faro para retratar uno de esos atardeceres atlánticos, tan bellos.
Tocó buscar el mejor punto para retratar ese sol en descenso y por supuesto el "farol", en este caso el de Cabo Mondego.
Otro faro al bolsillo....
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