domingo, 14 de julio de 2013

Donde mora el viento...

La imagen de hoy viene muy a propósito de la actualidad deportiva o al menos de algo relacionada con la misma y concretamente con el ciclismo.
No sé si os  gusta el ciclismo, de ser así no hace falta que te diga que el Tour de Francia es el máximo exponente o la carrera de carreras por antonomasia y este año se cumplen 100 años desde su primera edición.

Pues bien, en la etapa de ayer domingo la carrera gala tenía su meta en un lugar mítico y al que yo ascendí hace un par de años; se trata del Mont Ventoux.

Este lugar en si no es peculiar por su altitud que ronda los 1.900 metros pero sus rampas para alcanzar la cima tienen cerca de 20 kilómetros y eso asusta al más pintado.

La geografía de este monte situado en plena Provenza hace que desde mucha distancia se le pueda ver e incluso transmite la sensación de tener nieve en su cumbre pero nada de eso, el color blanquecino de la misma se debe  a que está totalmente pelado de vegetación y la roca de la cima es calcárea otorgando con ese color blanquecino la sensación de estar nevado.

A pesar de hacer la ascensión en coche uno se da perfecta cuenta de cuan dura debe ser la ascensión de la misma en bicicleta por lo serpenteante de la carretera y por lo prolongada que se hace esa continua ascensión.

Este puerto de montaña permanece muchas veces cerrado y no precisamente por la nieve sino por el motivo que le da nombre, el viento. Se han registrados rachas de más de 320 km/ h  provocadas por el viento mistral a su paso por esa zona.

Aquí os dejo esta imagen que tomé en 2011 y donde os comentaré a modo anecdótico que además de la torre de comunicaciones  que hay en lo alto del monte, uno cuando llega a la cima lo que se encuentra son diferentes puestos donde te venden................... "gominolas", si, si habéis leído bien. Y todo el mundo compra gominolas, nosotros también.

Besos y abrazos.

Ger.


ISO 200
      10 mm      f/ 11       1/250 seg.     Sin flash     Sin trípode



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