viernes, 30 de agosto de 2013

Entre dos cielos...

Frente la amplia zona costera de la ciudad de Vigo y en la Ría que lleva su nombre se sitúan diferentes localidades, unas más grandes otras más pequeñas pero que en ambos casos tienen muchos lazos, sobre todo económicos, con la ciudad olívica.

Esos lazos se estrechan también gracias a las comunicaciones tanto por mar como por tierra, siendo esta última más fácil desde la década de los setenta cuando se levantó el puente de Rande que une a las dos orillas de la ría de Vigo tal y como se puede observar en esta fotografía.

La imagen de hoy la tomé en el puerto de Domaio y aprovechando la buena fortuna de tener un enorme charco allí mismo jugué con el reflejo para situar el puente del fondo a medio camino entre cielo y tierra o como digo hoy, entre dos cielos.

Espero que os guste.

Ger.


ISO 100      22 mm      f/ 8,0       1/125 seg.      Sin trípode

lunes, 26 de agosto de 2013

Le llaman León...

Así es, ese fue el nombre con el que mis padres decidieron "bautizar" a este cachorro de Pastor alemán que les regalé hace ahora un poco más de un año. Entonces León no era más que una bolita de pelo negro y ahora se ha convertido en un joven apuesto que luce estampa y está repleto de vitalidad. 

Una de las peculiaridades de León es que nació con una mancha negra en la lengua como puede apreciarse en la imagen.




ISO 400      200 mm      f/ 2,8       1/250 seg.      Sin trípode

domingo, 25 de agosto de 2013

Combarro, paseo entre hórreos...


ISO 100      19 mm      f/ 6,7       1/250 seg.      Sin trípode


A tan solo unos siete kilómetros de la localidad de Pontevedra se encuentra uno de esos enclaves diminutos repletos de encanto, una parroquia denominada "Combarro".
Entre las muchas peculiaridades lo que más llama la atención de este pequeño núcleo habitado es la concentración de numerosos hórreos, y muchos dirán ¿que es eso de los hórreos?

El hórreo es una construcción propia del ámbito rural que donde más ha estado presente es en Asturias y sobre todo en Galicia y que tiene también otras construcciones de aspecto similar en diversos lugares de Europa. 

La principal misión del hórreo era almacenar y conservar las cosechas principalmente de cereales pero además protegerlas contra todo tipo de animales, especialmente los roedores. Esto se consegue de un modo muy ingenioso y es que la estructura del hórreo se asienta sobre unos pilares en unos casos de madera en otros casos (los más comunes en Galicia) de piedra, y que se unen a la estructura por formas normalmente redondeadas que sobresalen del pilar y que evitan que el roedor que trepe por el pilar pueda salvar este saliente y llegar así a la estructura propiamente dicha. Así mismo el Hórreo (canastro en Gallego) tiene como función que lo que hay en su interior esté ventilado y ayude a su conservación y es que no se trata de una estructura estanca sino que tanto los de piedra como los de madera dejan un espacio vació cada "X" centímetros para que el aire pueda pasar ventilando lo que allí se almacena. Hoy en día su uso cada vez es menor por lo que poco a poco va quedando relegado a un aspecto más ornamental. 


Retomando el lugar que hoy nos ocupa Combarro, es un reducto pequeño en cuanto a los que el trazado de interés turístico propiamente dicho, se refiere. Hay una "calle" a modo de paseo y que va paralela a la orilla del mar eso sí teniendo entre ambos los mencionados hórreos. 

Hoy en día no faltan ya los locales donde adquirir recuerdos del paso por allí que van desde camisetas, grabados, etc,  hasta productos  gastronómicos de todo tipo como queso o los típicos orujos. También se puede disfrutar de establecimientos de hostelería para en cualquier momento poder reponer fuerzas y degustar en muchos casos gran parte de la riqueza marina de las Rías gallegas.

Lo dicho, el día que os encontréis cerca de Pontevedra o Sangenjo sólo por citar un par de localidades, no dejéis de honrar a Combarro con vuestra visita, estoy seguro que no os defraudará.



Pequeña muestra de este rincón pontevedrés lleno de encanto



Ger.

lunes, 19 de agosto de 2013

A garota de Samil...


Creo que la música que hoy debe acompañar esta entrada no ofrece duda alguna. Es una de mis canciones favoritas y hoy os traigo una versión no de las más conocidas pero también espectacular y en la que además participa su compositor y célebre interprete. Haz click "AQUÍ" y disfruta mientras decides leer lo que hoy tengo que contar...


ISO 100      200 mm      f/ 6,7       1/350 seg.      Sin trípode

Cuando vi esta foto  ya en el ordenador (hasta entonces sólo lo había hecho en la pantalla de la cámara) pensé “No la voy a publicar….”, pero después me puse a pensar en el trasfondo de esa imagen y decidí no sólo enseñarla sino tocar un tema tan de “moda” en nuestros días, la belleza corporal y la cirugía estética.

Me pregunto por qué la gente se mete tan a la ligera en un quirófano para aumentar “aquí”, quitar de “allá”.
Sí se trata de algo meramente de salud lo puedo entender, más allá de eso ¡¡no!!, me parecen riesgos innecesarios y todo  ¿Con que fin, quizás gustar más a los demás, a uno mismo…?

Yo no me considero ningún Adonis pero me niego y jamás se me ha pasado por la cabeza,  operarme de nada ¿para qué?
Lo más inmediato es pensar en que con esas operaciones podamos tener un cuerpo escultural o más bello con los que los demás se queden boquiabiertos, sientan envidia, etc.…  absurdo a mi modo ver.

Los hombres y las mujeres somos animales y tenemos lógicamente instintos y algunos tan primitivos como la propia existencia del hombre y uno de esos instintos es la atracción sexual; cierto que el físico llama la atención de entrada pero plantearos una pregunta ¿De qué nos enamoramos?  Por supuesto de un cuerpo bonito no, quizás es lo primero que nos llama la atención al ver o conocer a alguien pero lo que nos conquistará es su sonrisa, o su sentido del humor,  su carácter, su personalidad….. aspectos todos ellos que en condiciones normales no “empeoran” con el paso del tiempo, el aspecto físico, si.

Jamás se me ocurriría plantearle a mi pareja que se operara de lo que fuese, su vida tiene más valor que el egoísmo y sin sentido de que su fisonomía cambiara ligera o radicalmente para gustarme más a mí.
Es por ello que me sorprende que hoy en día padres y/o maridos  puedan “regalar”  a sus hijas y esposas por citar algunos ejemplos, operaciones de este tipo; todo esto sin hablar del coste económico que estas operaciones suponen y con el panorama monetario que hay en muchas de esas familias… en fin.

Retomando la foto que nos ocupa, se trata de una mujer desconocida y anónima para mí a la que vi paseando por la arena mojada y decidí inmortalizar un instante del paseo que llevaba a cabo. Cuando la observé con detenimiento pensé que muchos, sobre todo mujeres (perdonarme chicas pero vosotras sois vuestras mayores críticas) dirían que la mujer de la imagen tiene piel de naranja, celulitis  y yo que sé cuantas cosas más…

Pero mi pensamiento es otro, es una mujer auténtica y que tiene lo que la naturaleza y después ella con sus hábitos, han forjado a lo largo de los años. Hoy en día los cánones de la estética son para mí falsos y atienden exclusivamente a intereses económicos, como no.  ¿Qué mujer “normal”  puede ponerse esas ridículas tallas más propias de gente que sufre desnutrición? Ciertamente es ridículo lo que se pretende vender como ropa para mujeres jóvenes y no tan jóvenes... me parece un insulto a vuestras formas.
La mujer es sinónimo de curvas, más o menos pronunciadas, pero no un “saco de huesos”. 

¿Por favor mujeres, no poner en riesgo vuestras vidas por un tema meramente estético? Gustáis como sois, y llamareis más la atención por vuestra personalidad que no por tener una talla “X” de pecho.



Dedico esta entrada de hoy en mi blog a esas mujeres, todas bellas, pero que no cumplen con las medidas que las absurdas marcas y los diseñadores intentan imponer hoy en día.

Besos y abrazos.

Ger.

Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...