jueves, 29 de mayo de 2014

Casi como en casa...

Música de hoy para  dejar volar la imaginación,  AQUÍ.
Te  levantas de un sueño plácido en una de las hermosas habitaciones de la casa de huéspedes del siglo XVIII que regentan Carole y su marido, y entras en el comedor presidido por una gran mesa de madera donde entran una docena de comensales.
La mesa está puesta con un buen gusto exquisito, y sin probar nada de los manjares que Carole con mimo y cariño nos ha preparado, uno ya se alimenta. Es la vajilla, los botes de mermeladas, los croissants que en toda Francia son casi una religión, un pan artesano y delicioso, la fruta, la leche, el cacao o el café amén de otras infusiones.... y todo colocado con armonía sobre una bonita mantelería, austera pero llena de color.

En ese lugar único de la casona, uno se pasaría las horas contemplando todas esas cosas ricas mientras a través del gran ventanal que hay en una de las paredes, entra levemente, la primera luz del día.

Una vez "desayunados" como unos señores y sabedores de los horarios de las mareas, nos vamos como no, a la playa principal de Etretat. Apenas somos tres o cuatro transeúntes los que merodeamos por la misma y yo solo a esas horas el que decide meterse de lleno en ese pedregal.

Buscaba precisamente eso, la semi-soledad de ese momento y en ese lugar, para explayarme en hacerle fotos a ese rinconcito de la costa del Alabastro que tantos años atrás nos robó el corazón para siempre.

Y así quise dejar plasmado el acantilado "Falaise d'Aval et  L'Aiguille"   mientras las verdes algas cubrían todos aquellos pedruscos que dan nombre a tan singular costa.

Un beso Carole, y nos vemos pronto.

Al resto, deseo que os guste la imagen y mi más sincero ofrecimiento para sugeriros que nos dejéis pasar la oportunidad de visitar Normandía y especialmente ese maravilloso Etretat.

Besos más abrazos para todos.

Ger.




ISO 160     10 mm      f/ 14       1/ 15 seg.      Sin trípode





martes, 27 de mayo de 2014

La tormenta perfecta....

No creo ciertamente que exista una  "tormenta perfecta"  pero la imagen que hoy os traigo me hizo pensar en este título....;   en este título y también en esta música para usarla de fondo a esta imagen. Música épica e impactante como la tormenta que aquí se avecinaba.

Pensé,  "Sí no puedes huir de la tormenta, por lo menos fotografíala...",  y aquí está.

Espero que os gusten estos campos y estos nubarrones. Como siempre hacer "click" sobre la foto y esta aumentará de tamaño.

Besos y abrazos.

Ger.



ISO 100      10 mm      f/  3.5       1/160 seg.     Sin flash     Sin trípode

viernes, 23 de mayo de 2014

Amigo Félix...

Suelo dejaros siempre al principio de cada post un enlace para que el que quiera lo pinche y escuche una melodía que he escogido para sonar de fondo mientras se realiza la lectura de lo que tengo que contaros en esa ocasión. Hoy quiero hacer especial hincapié en que escuchéis la música que os dejo AQUÍ, para que sirva de fondo a lo que voy a narraros ya que creo os puede poner perfectamente en situación




ISO 1000      200 mm      f/  2.8       1/320 seg.     Sin flash     Sin trípode

Desde que tengo uso de razón siempre he tenido un gran sentimiento de amor  y de cariño por la naturaleza y por los animales que en ella viven, sin embargo hay dos hechos que indudablemente intensificaron este amor y mi voluntad de adquirir mayor conocimiento sobre la fauna que habita en dicha naturaleza, y especialmente sobre el mundo de las aves.


El primer factor que ejerció en mí una gran influencia fue algo común a muchos otros españoles de la época así como a generaciones posteriores, me estoy refiriendo a los maravillosos y educativos programas llevados a cabo por el Dr. Félix Rodríguez de la Fuente.

Mi recuerdo se desvanece cuando yo tenía aproximadamente 8 años y me quedaba embobado viendo en aquella televisión en blanco y negro que había en casa, los episodios de la serie "El Hombre y la Tierra"; con la inconfundible banda sonora de Antón García Abril de fondo, uno esperaba ansioso las formidables sorpresas y documentos que nos traía en cada episodio de tan legendaria serie,  Félix y su equipo de colaboradores.
Aquel programa, auténtico bombazo en la televisión de los años setenta no sólo en España si no en infinidad de televisiones de todo el mundo (ha sido el programa de televisión producido en España que a mas países se ha vendido) nos ofrecía por primera vez una cercanía absoluta a los animales, gracias en algunos casos  a técnicas innovadoras  que permitían la cercanía del gran público a especies animales y a muchos comportamientos desconocidos por tantos y tantos de los espectadores que seguían la serie en la pequeña pantalla..
Otro aspecto fundamental de la serie era la impronta de Félix en su trabajo, en el rigor, en el entusiasmo que ponía en aquello que hacía,  y como ese amor por lo animal lo transmitía a todos los que le veíamos y escuchábamos. Me quedo también, cómo no, con su voz y aquel peculiar timbre con la que  narraba de manera magistral los documentales que nos ofrecía...  de mi pensamiento nunca se borrará sobre todo por las muchas imitaciones que hago de ello, de aquella frase mítica que decía:  "Queridossss  amigossss de la fauna ibérica....".

Me marcó, ya lo creo que me marcó y hasta qué punto que lo he tenido y tengo como uno de mis tres grandes ídolos de todos los tiempos. Todavía tengo fresco como si fuera hoy,  cuando con aquellos trece años que tenía yo por entonces, mi padre me dijo que Félix había tenido un accidente de helicóptero y se había muerto,   lloré desconsoladamente por alguien.... que no conocía personalmente, pero que desde hacía años era como un profeta para mí.


Os hablaba al principio de dos aspectos que me marcaron, ya os he comentado uno de ellos, lo relacionado con la vida y obra de Félix; el segundo aspecto crucial en mi vida fue descubrir un otoño allá por el año 1981, unos prismáticos en casa de mis abuelos.... aquello fue el detonante de mi amor por las AVES.
En la  “carpeta” de imágenes que tiene mi cerebro están  perfectamente claras aquellas que se grabaron durante tardes otoñales en las que yo escudriñaba con la ayuda de los binoculares, a una enorme cantidad de pajarillos, pero sobre todo a unos de una especie que además inundaban el crepúsculo con su bello canto, hablo de los petirrojos.
Ahí nació mi ilusión y mi pasión por la observación de las aves;  lo demás fue acumular horas y  horas de paseos solitarios por los campos, por los montes, con la única compañía de un preciado regalo que me hicieron mis padres (unos pequeños prismáticos que por cierto todavía conservo en perfectísimo estado).
Los fines de semana  sólo me faltaba dormir con ellos o tenerlos colgados mientras comía, eran casi como una prolongación de mi cuerpo; eso y una pequeña libreta para tomar notas y dibujar eran mis compañeros de ruta por senderos, bosques y riachuelos.  Los vecinos y conocidos se acostumbraron pronto a mis salidas y excursiones viéndome en todo momento pegado a los pequeños binoculares y aquellas caminatas en las que en alguna ocasión se unía mi “primo” Carlos, el hijo de unos vecinos que somos casi como de la familia.


ISO 500    200 mm     f/2.8     1/125
Por aquella época recuerdo  la insistencia de muchos amigos para acompañarlos al cine y a las primeras salidas a discotecas (lugar este último que nunca me ha gustado y apenas he frecuentado a lo largo de mi vida); mi respuesta era siempre la misma y en forma de negativa, tenía mejores maneras de pasar las horas, echarme al monte y empezar a identificar todas las especies de aves por sus cantos, su modo de volar, su plumaje, etc; bueno, era eso o quedarme encerrado en casa escuchando Ópera (así sé que me gané cierta fama de “tío raro”;  pero y lo que yo disfrutaba,  a mí me daba lo mismo igual que ahora, lo que pensaran de mis gustos, los demás).  
Mi especial interés por estos animales me incentivo al poco tiempo para incorporarme y hacerme socio durante algunos años de la SEO (Sociedad Española de Ornitología).
Con el paso de los años, las responsabilidades, y sobre todo la disminución del tiempo libre, hizo que la dedicación al mundo de las Aves como de algunas otras cosas, se minimizara.
Pero estos conocimientos adquiridos en aquellos años de pubertad y juventud unidos a mi experiencia, me sirven todavía a día de hoy para instruir y animar, sobre todo a los más jóvenes, a que disfruten y conozcan alguna que otra cosa de estos animales que encontramos permanentemente en las ciudades y por su puesto en los ambientes rurales.




Las fotos.

El Herrerillo común, pasa por ser una de las aves más atractivas que podemos encontrar  en toda Europa. Diría que su belleza se debe en mayor grado a su plumaje en general pero sobre todo por la presencia de un color que no es de los más habituales en el mundo animal, el azul.
Perteneciente a la familia de los páridos, este pajarillo de tamaño inferior a un gorrión, tiene unos movimientos gráciles y rápidos ofreciéndonos en ocasiones posturas de lo más inverosímiles en las delgadas ramas donde se posan. 
Me encontraba en una pequeña zona boscosa disfrutando de la paz y la belleza del lugar, incluyendo los cantos y trinos de los pajarillos cuando de repente reparé como unas de estas pequeñas aves se introducían en un agujero de un árbol no muy lejano de donde yo me encontraba. Fue un descubrimiento de lo más casual y enseguida me puse con la mejor predisposición para poder hacer alguna foto al mencionado protagonista. Estaba claro que allí dentro había un nido y además con polluelos pues tanto el macho como la hembra se afanaban en una búsqueda continua de alimento para saciar el hambre de la prole. En un ir y venir permanente, los dos miembros de la  pareja iban llegando al nido con pequeños invertebrados en el pico, sobre todo gusanos, como el que podemos ver en una de estas dos fotos que hoy os muestro. 

Intenté acercarme todo lo que podía al árbol donde la pareja había decidido “instalar” su nido de amor, pero siempre con prudencia  pues a medida que me acercaba, notaban mi presencia  y eran mucho más cautelosos en lo que a entrar en el nido se refiere y es que seguramente intentaban preservar la intimidad del lugar donde se encontraban sus indefensas criaturas; apenas los incordié unos minutos, pronto me retiré, para poder sacar unas cuantas fotos, por cierto harto complicadas, dada la rapidez de movimientos de estos pajarillos y lo que eso supone para conseguir que aparezcan perfectamente enfocados en las imágenes.


De entre todas las modalidades de fotografía, la captura de imágenes de animales en libertad pasa por ser una de las más difíciles y complicadas ya que estos no "posan" para nosotros. Hay que armarse de mucha paciencia y eso que hoy en día la tecnología facilita mucho a los fotógrafos estas capturas (disparadores remotos, conexiones inalámbricas, enfoques y modalidades de disparo por detección de movimiento, etc....). Pero toda la paciencia que uno pueda echarle, normalmente tiene su recompensa en un bonito recuerdo en forma de imagen de alguna especie tras la que íbamos detrás.

Yo os dejo estas dos imágenes del Herrerillo, próximo a su nido, mientras en mi cabeza rememoro las fabulosas historias que Félix contaba.

Hasta pronto.
Besos y abrazos.

Ah!!! y hacer respetar a vuestros hijos, amigos, conocidos, etc... a las plantas, árboles y toda esa infinidad de animales que conviven en este mundo con nuestra especie; seremos más inteligentes pero no los dueños exclusivos de este hermosísimo planeta.

Ger.


jueves, 8 de mayo de 2014

¿Sabes algo de Gayarre...?

Julián Gayarre  (fuente, Internet)
Estoy seguro que si hubiera que hacer una encuesta para un estudio estadístico, bastante más del 50% de los encuestados desconocerían por completo de quién les hablo. 

Por suerte, afinidad y la amistad que he ido cultivando con personas de todas las edades cercanas y admiradoras como yo de ese instrumento llamado "VOZ", sé que entre mis más allegados más un 90% sabe que estamos hablando de un tenor navarro, pero no un tenor cualquiera sino de uno de los más grandes de la historia y que únicamente una muerte prematura le privó de obtener más gloria y fama, su nombre Julián Gayarre.

A raíz de la emisión por televisión de la película "Gayarre" (aquí os dejo el enlace a la película íntegra), hace ya muchos años y protagonizada por Alfredo Kraus fue como llegó a mi  conocimiento la existencia de que una vez hubo un pastor allá por el pirineo navarro que con el paso de los años llegaría a convertirse en el mejor tenor del mundo de su época.
El libro que adquirí en su casa-museo
Tras ese primer contacto con el insigne cantante, algunos años después ante la necesidad de conocer más cosas acerca de este eminente tenor, decidí pasar por la hemeroteca del diario decano de la prensa española, el Faro de Vigo con el fin de averiguar si se había escrito alguna crónica al final de los días del insigne cantante.La investigación fue fructífera y lo que encontré fueron las crónicas que se enviaron desde Madrid para narrar los sucedido en aquellos días finales de Gayarre. Durante un par de días pude tener entre mis manos los papeles amarillentos de un periódico centenario.

Hace ahora once años, en el verano del 2003 durante unas vacaciones por Navarra decidí pasarme por el pueblo del Roncal para conocer en primera persona aquellos parajes donde se había forjado la leyenda del gran artista. Conocí su pueblo natal encuadrado en el hermoso valle del roncal, el mausoleo donde se guardan sus restos y la casa museo donde la música que ambienta el recinto está compuesta por una selección de arias interpretadas por Alfredo Kraus.
Os recomiendo que si en alguna ocasión y por cercanía os es posible no dejéis de visitar dichos lugares.

A continuación os transcribo "tal cual" en dos partes, aquellas crónicas que "cayeron" en mis manos y que quiero compartir con todos vosotros ya que me parecen muy interesantes además de tener un valor histórico incuestionable. Espero que os guste.


- 3 de ENERO de 1890 -


 En casa de Gayarre 

Tanta era la gente que pretendía ver el cadáver del insigne tenor, que anoche colocaron un inspector de orden público y dos parejas de seguridad para impedir la entrada a todo el que no fuera de la familia.
El cadáver estaba en una cama contigua a la que murió esperando el momento en que los médicos habían de practicar el embalsamiento.
Esta operación se practicó a la madrugada en presencia del subdelegado de Medicina y de los profesores Sres. San Martín, Salazar, Cortezo y Gimeno. Antes se practicó la estirpación de la laringe, de aquella laringe privilegiada que hizo en Gayarre el rey de los tenores.
Los referidos médicos tomaron datos de antropometría y recogieron detalles interesantes referentes a distintas medidas del cráneo y de la capacidad pulmonar.
La laringe ha quedado en poder del Dr. Cortizo para su preparación conveniente y para su examen.
Mi querido amigo el Dr. Gimeno me ha prometido un interesante artículo para el Faro, que remitiré mañana.
Después del embalsamiento, el cadáver fue vestido de frac y encerrado en tres cajas, de la que la exterior era una verdadera obra de arte; el féretro de puso encima de una magnífica cama imperial, rodeado de profusión de luces.
Durante la mañana, han estado en la casa del insigne tenor muchos personajes.



El entierro

A las dos y media de la tarde, la plaza de oriente con ser tan grande no podía contener más gente.
Encima de los bancos del paseo, encaramados en los pedestales de las estatuas, en las ramas los árboles, en los balcones, en todas partes había seres deseosos de rendir el último testimonio de admiración y de cariño al que como artista llevó el nombre de España en todas partes a una altura envidiable.

Dos parejas de la Guardia Civil mandados por un cabo procuraban a duras penas dejar un claro entre las gente enfrente de la casa mortuoria. Constantemente llegaban a ella comisiones de  centros musicales y artísticos con magníficas coronas.
La subida a la casa no se franqueaba a nadie: el ministro de Gracia y Justicia tuvo que darse a conocer para que le abrieran paso.
A las tres y cuarto apareció el cadáver del gran Gayarre por el portal de la casa, conducido el féretro por los sepultureros. En el mismo momento comenzó a nevar copiosamente. Esto no fue obstáculo para que todo el gentío que invadía la plaza se descubriera respetuosamente y formara sordo rumor; las frases que se repetían de unos a otros ¡Ahí está Gayarre! ¡Pobre Gayarre! Muchas señoras se llevaban los pañuelos a los ojos, preñados de lágrimas.
Apenas se puso en marcha el cortejo fúnebre, una oleada inmensa de gente se unió al acompañamiento oficial, arrollando casi a los que formaban en la presidencia del duelo. Era el pueblo de Madrid, personas de todas las clases y condiciones que después de haber aplaudido delirantes en la escena a Gayarre, no querían separarse de él hasta el último momento. Era el sufragio del pueblo que una vez mas proclamaba rey de los tenores al infortunado Gayarre.
Presidieron el duelo los Sres. Echeverria (canónigo) Gayarre (Valentin, sobrino del finado) Sorio y Castelar, el cual modestamente rehusó el puesto principal en el cortejo.
Las cintas las llevaban los Sres. Arrieta, Barbieri, Carmona, Bayo, Millan, Sanchiz, Zapatero, Zapata, Marconi y Daban.
Al llegar el cortejo fúnebre al conservatorio, las alumnas, desde los balcones, arrojaron coronas y hojas de laurel. En el gran vestíbulo del teatro Real estaba formada la orquesta dirigida por el maestro Mancenelli y los coros de dicho teatro. Al penetrar en el vestíbulo el carro fúnebre, la orquesta tocó el preludio del cuarto acto de la "Favorita", y con los coros la gran marcha fúnebre de Chopin. El acto era imponente y a muchas personas se le arrasaron los ojos en lágrimas. Siguió después la comitiva por las calles señaladas en el itinerario, llenas de gente, y a las cinco se depositaba el féretro en el furgón que había de conducirle a Pamplona y de este punto al pueblo del Roncal.
Más que de la crisis se ha ocupado el pueblo de Madrid del entierro de Gayarre. La muchedumbre que había en las calles era tanto mas numerosa, si se tiene en cuenta que el día era crudísimo, que ha estado nevando toda la tarde y que reina en Madrid verdadera epidemia de pulmonías; nada de esto ha arredrado a este pueblo generoso, que al honrar a un artista insigne, se honra a si propio.

-El corresponsal.


*****

-Seguidamente os dejo el fragmento de la película que reproduce el momento en que al gran tenor se le quiebra la voz cuando interpreta esta difícil pero bellísima romanza de la ópera "Los pescadores de perlas" de Bizet. Esto tenía lugar en el Teatro Real madrileño a finales del siglo XIX.

Besos y abrazos.

Ger.










Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...