miércoles, 16 de noviembre de 2016

"El placer de repetir rutas y lugares..."


Mapa de la ruta principal

(*) La música para acompañar las fotos y la crónica de hoy puedes escucharla AQUÍ.




"Cielo, agua y piedra"
Emprender un viaje siempre es emocionante, los días previos, los preparativos, la incertidumbre por descubrir lugares nuevos, por saber si nos gustarán y han merecido la pena visitar, etc, etc, etc.

En este caso era un nuevo viaje pero no a un lugar desconocido y por ello teníamos asegurado algunas de las cosas anteriormente citadas; sabíamos que lo que íbamos a ver nos iba a gustar y mucho, por eso repetíamos. Os invito mediante este breve paseo fotográfico descubrir un poquito más de Normandía o al menos daros unas pinceladas de dos de las tres subregiones que la conforman.

Hablar del corazón de Normandía no es equivalente en este caso, a referirse concretamente a un lugar geográficamente centralizado dentro de un territorio, o al menos yo lo veo así;  bajo mi punto de vista el corazón, entendiendo como tal,​ lo más destacable de esta región del norte de Francia,  recae sobre unos  cientos de kilómetro​s​ que son los que conforman sus costas, abruptas en muchos casos, y por ello de una belleza como pocas.

"Un cementerio con vistas"

Es imprescindible recorrer estos parajes en coche para tener la libertad de moverte por todas partes sin la dependencia de los transportes públicos que además en muchos casos, no te permitirían llegar a lugares recónditos y más alejados de poblados  ya sean ciudades o diminutos pueblos.
Yo he ido con mi coche desde Barcelona en ​diferentes ​ ocasiones por esas estrechas carreteras y paralelamente a sus playas y acantilados, pero también hay otra opción que he puesto en práctica ​en más de una ocasión y que es la que yo recomiendo mayoritariamente. Se trata de  coger un vuelo hasta París y una vez allí alquilar un coche para trasladarse desde la capital francesa hasta la​ costa Normanda; apenas tienes  200 km que se recorren muy a gusto por muy buena carretera y disfrutando de bellos paisajes.



En este último viaje apenas hemos estado cuatro días con lo que nos hemos centrado en recorrer nuevamente sitios que en muchos casos ya conocemos y es que después de estar media docena de veces por la zona hay cosas que obviamos y descartamos por nuestros gustos y considerarlos menos relevantes mientras que otros son de visita obligada, siempre.
Dicho esto, quizás debería comentar que esta crónica es casi específica de la costa Normanda más que de todo el conjunto de la región y es que a mí, el mar, los acantilados y los pueblitos costeros ​es ​lo que más ​ me interesa y atrae ​de este territorio francés ​por ello las tierras de interior quedan relegadas no a un segundo plano sino a un tercero.

"Casetas de playa"
El punto inicial del que ​ partirá​ nuestro recorrido es la ciudad costera más importante situada al norte de la región,  Dieppe​; tanto ​en el caso de esta ciudad así como el de la gran mayoría de otros ​pueblos y ciudades, pasaré de "puntillas" sin hacer grandes alardes descriptivos puesto que particularmente soy bastante huidizo de los poblados humanos por pequeños que estos sean. Pese a esto, todos estos pueblos tienen su encanto y aunque sea en breve recorrido con el coche, merece la pena recorrerlos​.
A partir de Dieppe y en dirección​ al sur tomamos la carretera que transcurre paralela a​ ​la costa (ahí es donde está lo bueno) y entonces empezamos a disfrutar del mar y de la denominada Costa del ​​Al​​alabastro que se extiende desde Dieppe hasta Etretat.​ En ese jalonamiento de la costa normanda nos topamos con pueblos como: Varengeville-sur-mer, Saint-Aubin-sur-mer, Veules-les-Roses, St-Valery-en-Caux, Veulettes-sur-mer o Saint-Pierre-en-port sólo por citar algunos.​

El mar tiene aquí un azul intenso que dependiendo de los días se convierte en un verde esmeralda maravilloso, el trazado de la carretera costera se sitúa entre la franja de tierra más cercana al mar y la campiña normanda salp​i​cada de granjas,​ ganado pastando y diminutos pueblos bellamente ornamentados con parterres, jardines y flores multicolor.
Debo advertiros que Normandía tiene un clima ​ atlántico ​muy parecido al ​de ​Gal​icia  y donde predominan las lluvias en muchas épocas del año, quizás por ello es entre el final de la primavera y el comienzo del Otoño​ ​ donde podemos tener  ciertas “garantías” de poder encontrar un poco de sol o al menos tener la suerte de que no llueva, y es que en aquellos parajes  el sol y los días de cielo azul son un bien bastante escaso.​

"Tormenta sobre acantilados"
Uno de los aspectos que más me llamó la atención la primera vez que me  adentré en Normandía fue la  belleza de los diminutos pueblos así como su entorno, como si de un cuento de dibujos animados se tratara todo parece perfectamente colocado, cuidado, lleno de encanto, de color y de una pulcritud envidiable. El simple hecho de atravesar esos diminutos pueblos en coche constituye ya de por sí una experiencia maravillosa. A diferencia de lo que conozco en lugares más cercanos donde vivo o he vivido, no sólo las parcelas particulares se encuentran bellamente cuidadas sino que los arcenes, terraplenes y lugares colindantes con estas carreteras de segunda o tercera categoría están perfectamente adecentados no solo para su uso sino para su disfrute visual.

Aquí uno no puede, no debe, ir con prisas, debe mimetizarse con el entorno, con el tiempo, y amoldarse así a un discurrir lento y tranquilo como muchos de los lugares de campo donde uno puede perderse ya sea en Francia o en cualquier otro lugar del planeta; siempre he mantenido que en los pueblos la vida transcurre a velocidad diferente a la de las grandes urbes donde las prisas, los ruidos y el estrés marcan el principal devenir de las cosas.

"Un amanecer entre rocas"
Mi afición por madrugar y ver amanecer no es exclusiva del lugar donde vivo habitualmente y por ello también busco ese instante mágico en aquellos lugares donde me desplazo a realizar turismo; Normandía por supuesto no iba a ser  ajena y os aseguro que ver las primeras luces del día desde alguna de sus playas o acantilados también tienen un encanto y una sensación  diferentes. Os podía seguir contando cosas que me encanta hacer por esas tierras del norte galo pero lo mejor es que descubráis por vosotros mismos una región donde lo que se disfruta son los paisajes por encima de todo. No ir si buscáis cachondeo nocturno, bullicio y diversiones "típicas" para uno perderse unos días o semanas.

El que desee saber  más cosas ya sabe donde escribirme y estaré encantado de ayudarle a realizar una ruta, dar detalles más concretos o simplemente compartir la información y experiencias que tengo de estos lugares.


Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


-Haz “click” sobre cualquier imagen y podrás verla a tamaño completo. 





"Movimiento"





"Contrastes"






"Niños en el agua"






"El famoso acantilado de Etretat, de noche"







"Nuestra mesa de desayuno"






"El pescador"





"Unas vistas diferentes"

7 comentarios:

  1. Maravillosas todas...me quedo con la mesa de desayuno...
    No me quedaré con las ganas de sentarme en ella.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Cheve y no te quedes con esas ganas de sentarte en esa mesa. Cuando puedas daros una vuelta por allí arriba. Besos familia

      Eliminar
  2. De sentarme a ella , mejor dicho 😂

    ResponderEliminar
  3. Maravilha!!! caro Gerardo.... sua bem descrita literatura, incrementada e muito bem incrementada com a visualização do "material fotográfico" de altíssimo nível... dessa matéria.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Obrigado amigo Paulo. Siempre es un placer saber con cuanto interés sigues mis relatos por España y en general por toda Europa. Un fuerte abrazo, amigo.

      Eliminar

Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...