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El ciclista es sin ninguna duda uno de los deportistas que
se enfrentan a una mayor exigencia física ya que además de las distancias kilométricas
que en muchas ocasiones tienen que recorrer, se les suma en determinadas
pruebas, rampas de lo más empinadas para acceder a cotas de altura que llegan a
ser auténticas torturas para las piernas y el corazón del esforzado atleta.
Como contrapartida, estas etapas que terminan en muchos de
estos lugares elevados, a los espectadores nos proporcionan la posibilidad de contemplar enclaves de una
belleza extraordinaria y que añaden un “plus” a la competición ante la que nos
encontramos.
Toda esta introducción sirve para presentaros la imagen de
hoy; se trata de una serie de esculturas encabezadas por una silueta de un
ciclista en plena ascensión y que ha sido levantada en un bellísimo paraje donde
en el año 2012 y por primera vez en su historia, la Vuelta ciclista a España
incluyó este lugar como parte de una de sus etapas. No estamos ante una subida
cualquiera, ni mucho menos, hablamos de una ascensión donde hay rampas de un
29% que es toda una exageración y que como dato significativo os diré que apenas
se conocen dos lugares más en todo el mundo donde se haya pedaleado con rampas
iguales o ligeramente superiores.
Os estoy hablando del mirador de Ézaro donde concurren por
un lado la singularidad de encontrarnos al lado de la desembocadura del único
río en Europa que accede al mar en forma de cascada y por otra parte al fondo se
puede contemplar el mítico cabo deFinisterre con su célebre faro y donde mucha de la gente que realiza el Caminode Santiago decide que sea ese el final de su peregrinaje.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
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