Una imagen para el recuerdo de este 2021 y concretamente de su verano. Habíamos madrugado para hacer una pequeña excursión saliendo de la ría de Vigo hasta la ría de Muros y Noia. La ruta transcurre por la costa y haciendo pequeñas entradas hacia el interior sobre todo para ver alguna “fervenza” (es como se denomina en gallego a un salto de agua).
Y
así disfrutamos de una fantástica jornada no sin antes acercarnos a uno de esos
edificios fetichistas para gente como nosotros, me estoy refiriendo a los
faros. En este caso por cercanía nos acercamos hasta el faro de Lariño que
además acaba de ser inaugurado como hotel tras las reformas realizadas en las
dependencias sobre el que se asienta el vigía de los mares.
El
cielo estaba cubierto en gran parte por nubes que filtraban la luz de un sol
que comenzaba a ponerse por el oeste y que seguramente dejaría una hermosa puesta de sol. La verdad es que no esperamos para ver si efectivamente el crepúsculo
ofrecía una bonita luz pero sí que durante unos minutos nos sentamos frente a
la inmensidad del Atlántico para saborear la brisa y la luz mágica que en aquel momento ya no quemaba y que rodeaba de calidez la escena.
Hermosos
recuerdos de lugares, compañías y sueños…
Esto es todo, besos y abrazos.
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