En ocasiones desde el interior del bosque uno también puede esperar con calma el instante preciso como si fuera un depredador... y en parte lo es, jajajajaja.
Hace unos días desde el interior del hayedo de Ordesa unos árboles con un color precioso, pero quería presencia humana en la zona para que le diera un valor extra en la imagen. Y como no deseaba que se reconociera a los senderistas, opté por una velocidad de obturación un poco lenta con el fin de que los mismo quedaran un tanto desfigurados, y este es el resultado.
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