lunes, 30 de octubre de 2017

"La playa sin ruido..."


A medio camino de las localidades asturianas de Luarca y Cudillero encontramos un hermoso tramo de costa, y de una belleza singular por las innumerables playas y acantilados que lo jalonan.

Ahí, en uno de esos rincones, podemos disfrutar de una de las playas de referencia  en la costa Astur, me refiero a la conocida como “Playa del Silencio”.


Describir no la voy a describir, simplemente os dejo una imagen que le hace bastante justicia a su enorme y espectacular belleza.

Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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lunes, 23 de octubre de 2017

"Irlanda, un aperitivo..."

La música para acompañar este post de hoy, AQUÍ.

Comenzamos nuestro viaje
Son muchas las maneras en las que uno puede adentrarse en el conocimiento de un territorio, en el mío es casi siempre (en el supuesto de que la tenga, claro) a partir de la costa y de todos los accidentes geográficos que en la misma puedan darse. Explico esto porque hace unos meses realicé mi primer viaje a un lugar al que le tenía ganas desde hacía mucho tiempo, Irlanda.
Fue una excursión de sólo seis días, pero lo tenía claro, jalonaría en esas jornadas buena parte de la costa este de Irlanda, sin duda la más agreste.



Ahora que lo conozco, aunque sólo sea ligeramente, puedo decir que Irlanda guarda varias similitudes con Galicia: el clima húmedo y bastante lluvioso, el color verde que todo lo domina, en Irlanda además con unas gama de tonos que no había visto nunca por más que conozca todo nuestro territorio norte (Asturias, Cantabria, País Vasco) realmente espectacular; y la costa guarda similitudes igualmente por el hecho de estar escalonada con diferentes rías lo cual hace que en un espacio relativamente pequeño se han de hacer muchos kilómetros para recorrer toda esa franja litoral. Una costa  que se reparten por igual hermosas y solitarias playas, con espectaculares acantilados que lo empequeñecen a uno ante semejantes formaciones rocosas  frente al bravo Atlántico.



El verde que no falte
Había preparado las etapas para hacer una media de 200 km diarios contando con ese contorneado relieve de la isla y la verdad es que me cundieron cada uno de los kilómetros que hacía diariamente, ya lo creo. A pesar de esa climatología “complicada” que tiene Irlanda, tuve la gran fortuna de que tan solo una mañana, la niebla y una intensa lluvia me impidiera hacer todo lo que tenía planificado,  aunque la fatalidad quiso que precisamente aquella mañana fuera la que en mi guión particular tocaba disfrutar de uno de los iconos del turismo de Irlanda, los célebre acantilados de Moher.
Por si no la tuviera ya, tengo una excusa más que suficiente para volver a Irlanda, disfrutar Moher como se merece.

Pese a ese pequeño contratiempo, me resarcí los días siguientes sobre todo en el denominado "Anillo de Kerry" donde unos majestuosos acantilados rodeados de praderas verdes y aguas turquesas dejaron el mejor recuerdo de todos los que me traje de este viaje. Aquí os dejo como muestra de esos acantilados, una fotografía panorámica para ver la belleza del lugar, como corresponde.

Acantilados de Kerry


Aunque todo el viaje estaba orientado a recorrer exclusivamente zona costera el primer día hice una pequeña incursión para visitar un lugar de interior, llevado por mi afición al cine; iba a estar relativamente cerca del lugar donde se rodó una de mis películas favoritas y un clásico por excelencia, “El hombre tranquilo”; esa comedia costumbrista que dirigió John Ford y con un reparto de protagonistas estelares como eran John Wayne y la pelirroja Maureen O`Hara.
Y así fue como me acerque hasta un pequeño puente de piedra en medio de la nada y que puede verse al comienzo de la película cuando el hijo pródigo que vuelve a casa, se para a contemplar la nada desdeñable estampa que como vosotros podéis ver, resulta muy hermosa y evocadora.

Sobre el célebre puente donde rodó John Wayne



Cuando preparaba el viaje en las semanas precedentes, sin  haberlo sabido y totalmente ajeno a ello, resultó que el itinerario que me estaba marcando transcurría por una de las rutas más recomendadas para la gente, que como yo, buscamos viajar con el único afán de recorrer terreno lo más virgen posible para disfrutar de paisajes y parajes solitarios; dicha ruta es la llamada "WildAtlanticWay", de lo más recomendable para hacer alquilando un coche o una moto. 

Cuando decides recorrer como en mi caso distancias considerables y estar alejado de poblados importantes, la mejor fórmula es la de escoger los Bed & Breakfast donde pasar la noche y que en general resultan muy agradables por los dueños que los regentan, siempre atentos y enormemente amables para atenderte y facilitarte desde información a cualquier cosa que uno necesite.

En resumen, esta ha sido una primera toma de contacto con el país “esmeralda” pero volveré, seguro.



Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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Dublín



Glendalough


Los castillos o sus ruinas son una constante



El castillo de Dublín


Puestas de sol maravillosas



Esmeraldas en el mar...


Isla de Valentia




Cielos para pintar y... fotografiar


Las dueñas de la campiña



Siempre los acantilados



El lado religioso



Embriones de arboles centenarios



Cielo y tierra









miércoles, 18 de octubre de 2017

"Los amores fotográficos..."

Las fotografías que comparto con amigos, familia y en las redes sociales siempre busco que tengan un mínimo de interés, para no hacer de ese hábito de mostrar imágenes, algo rutinario y carente de interés para los demás; aún así no sé si lo consigo siempre con las elecciones que realizo entre los cientos de fotografías que saco.

Pues bien, están esas fotos que gustan al propio fotógrafo y luego están, como yo digo, los “Amores fotográficos”. Así denomino yo a esas imágenes que para mi están, por uno o varios motivos un peldaño por encima del resto, y la que hoy os traigo es una de esas que ya he guardado en mi retina.
Había sido un día especial, muy especial, con la celebración de las bodas de oro de mis padres, la tarde iba tocando a su fin y tras las despedidas de rigor me dirigí a un pequeño remanso de paz en frente de la inmensidad del océano y con la única conversación de escuchar a las olas de vez en cuando romper contra las rocas cercanas a la costa.

El momento resultaba idílico y quería conservarlo para la eternidad; tenía la luz suficiente, gaviotas, unas ligeras nubes que filtraban los últimos y dorados rayos solares y tan solo me quedaba aguardar a una ola que levantara la suficiente espuma para que la escena fuera perfecta. ¡¡¡Y llegó, ya lo creo que llegó!!!



Y así he vuelto a enamorarme de una fotografía mía....



Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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martes, 3 de octubre de 2017

"De otro planeta"

Cuando uno visita la “Alta Montaña” en otoño también puede apreciar su color. Cierto es que no siempre pueden verse árboles, ni tan siquiera arbustos, pero si hierbajos que tornan de color pardo y marrón las cumbres, y entonces entre eso, la tierra y las piedras nos encontramos un paisaje que bien podría ser de otro planeta.


Pero no, esta imagen la he realizado en una montaña de aquí (planeta Tierra) y concretamente en el Pirineo Catalán, se trata del mítica cumbre del Puigmal desde donde pueden verse paisajes maravillosos, como el que aquí os dejo mientras otra pareja de excursionistas también están en plena ascensión.


Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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jueves, 21 de septiembre de 2017

"El lago superior"

En el condado de Wicklow se encuentra uno de los iconos religiosos de Irlanda, Glendalough; pero más allá de eso, el  lugar proyecta cierta magia por esos paisajes donde el verde es el gran protagonista. En el mismo existen dos lagos, yo os dejo esta imagen de uno de ellos, el denominado “superior”,  y dado su tamaño se hacía indispensable mostrarlo a través de una imagen panorámica como la que aquí os traigo.


Un lugar precioso y con un misticismo en el ambiente que era palpable, simplemente espectacular.


Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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miércoles, 13 de septiembre de 2017

"El TORO"

Era una fotografía deseada desde hacía muchos años y si no la he tenido antes es porque quería que surgiera así, en el momento más insospechado y sin ir a su búsqueda de manera premeditada.

Lo que rondaba la cabeza desde hacía tiempo era fotografiar alguno de esos toros que desde hace más de medio siglo se encuentras repartidos por diferentes lugares de la geografía española, predominantemente en cerros cercanos a carreteras y lugares de paso. Son los Toros de Osborne, que nacieron con una finalidad exclusivamente publicitaria y que con los años se han convertido en bienes de interés cultural y artístico.

Evidentemente, ya sabéis que no es mi estilo, huyo de cualquier tipo de conflicto o debate en torno a la figura de este animal simplemente porque mi interés es la fotografía y comentar mis experiencias además de mostrarlas a quienes no pueden disfrutarlas. Cerca de mi pueblo hay una de estas siluetas de metal pero unos cables de alta tensión afean lo suficiente la estampa como para querer fotografiarlo, al menos en la distancia, y por ello nunca me he fijado en esa posibilidad cuando he vuelto a Galicia.

La imagen de hoy no estaba programada, acaba de salir en coche para hacer ruta  de madrugada por tierras de Castilla cuando todavía el sol no había surgido del horizonte, pero se adivinaba por esos tonos rojizos y anaranjados que cual fanfarria,  presagiaba lo que iba a suceder. Y así fue, presto me preparé para “recibir” con la cámara aquel amanecer que resultó ser verdaderamente hermoso; mis ojos y mi interés estaban puestos completamente en la salida de ese sol y por eso cuando acabé el reportaje cual fue mi sorpresa al girarme a mi derecha y como a unos noventa grados de aquel lugar al que había estado mirando más de diez minutos, se erguía un precioso Toro que venía a ser un colofón perfecto a tan magno momento.


Hice un par de pruebas, todas a pulso, ya que no quise arriesgarme a bajar y montar el trípode que iba en el maletero y que por unos segundos fuese a perder algún detalle importante. Mi preocupación era conseguir un buen encuadre donde se viera la totalidad del sujeto y así fue como realicé tres o cuatro tomas aunque la vertical era la que más me convencía. 

Hasta ahí todo resultó de lo mejorcito, la cosa fue cuando aumente primero la imagen en la pantalla de la cámara y posteriormente pude verlo en el ordenador que como si  de la típica estampa de moscas que revolotean alrededor del ganado bovino se tratase, había una bandada de pájaros que estaban volando entre los cuernos del “manso” enriqueciendo mucho más para mi gusto, la imagen.


Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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jueves, 7 de septiembre de 2017

"Esas playas gallegas"

Que yo hable de los encantos y las maravillas de muchas de las playas que conforman el litoral galaico no tiene mucho mérito, pero hay imágenes que no dejan lugar a dudas sobre si hay o no una opinión muy subjetiva por mi parte.

En la provincia de Pontevedra se encuentran un buen puñado de playas y calas simplemente deliciosas y con el “único” inconveniente, según los forasteros, de que el agua está muy fría. No voy a entrar en ese debate, el agua está cojonuda, lo único que les hace falta a los que piensan lo contrario es darse más tiempo de aclimatación al medio una vez que ponen el pie dentro del agua.

Por lo demás, deciros que esta imagen panorámica formada por once tomas, muestra algunas de las típicas características de muchas playas gallegas: pinos, eucaliptos, arena fina o muy fina, y aguas con tonalidades verdosas pasando por aguamarinas y llegando hasta los azules más oscuros.


Simplemente una playa gallega.


Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.


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Vivir con riesgos

E stá claro que uno puede tener una vida "cómoda", adjetivo que por cierto daría para un buen debate si pensamos en lo que esa pal...