domingo, 17 de abril de 2011

Primer día y medio

Dia-1



Al final hemos salido de Barcelona a las 13:00h, una hora más tarde de lo previsto, pero bien, sin problemas y ahora escribo esta mini-crónica desde un Etap en  la ciudad de Metz apenas a unos 180 km de nuestro primer destino. En total hoy han sido casi 1.100 km y han sido muy llevaderos, la única   incidencia la hemos tenido a nuestro paso por Lyon donde tuvimos una retención de casi 40 minutos, pero salvo eso, todo perfecto.
Tráfico moderado aunque con bastantes camiones, cosa lógica en un viernes al ser este el último día de ruta y muchos regresan a sus puntos de origen.
Por lo demás, recorrer ahora mismo la campiña francesa es una delicia como la de la mayoría de campos de Europa, se nota la primavera y por ello están los campos y los bosques con unos verdes espectaculares los cuales sirven de marco incomparable a los muchos, muchísimos campos plagados de colza en plena floración y con ese amarillo chillón tan intenso y precioso.
Además de la colza también había bastantes amapolas y los arcenes de la autopista estaban plagados de margaritas amarillas, florecillas de colores fucsia, blancos… un derroche de color vaya.
Y esto ha sido todo por hoy, mañana visitaremos  Dinant  y Namur para por la noche ir a dormir a Bruselas, hasta aquí el día de hoy.

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Sabado-16.


Catedral y detrás fortaleza


Después de un plácido descanso, esta mañana nos hemos levantado con energías renovadas después del día intenso de ayer en el que además de trabajar en nuestros respectivos despachos nos metimos entre pecho y espalda más de mil kilómetros en coche.
Nuestro primer destino, la ciudad de Dinant (Bélgica) para ello en apenas una hora pasamos por tres países diferentes, Francia, Luxemburgo y finalmente Bélgica. Entre otras muchas cosas  esta mañana nos dábamos cuenta que estos países tienen un denominador común y al mismo tiempo diferenciador de otros países más del sur y me acuerdo ahora mismo de nosotros los españoles y también de los italianos………. somos unos dejados, irrespetuosos con el medio y en general bastante más “cochinos” que esta gente del norte (evidentemente no todos los españoles y los italianos son así pero es evidente que hay mucho de esto).
Para empezar, es una delicia ver el nivel de limpieza, en general que hay por todas partes, esto ya lo pude comprobar hace años cuando recorrí por primera vez tanto Normandía como Bretaña; los pueblos no son los típicos al uso, parecen verdaderos pueblecitos de dibujos animados, preciosos donde brilla el orden, la limpieza el buen gusto, etc, etc, etc.
A lo que iba, el trayecto de Metz a Dinant resultó ser una gozada por los cantidad de bosques que atravesamos (envidia me daba ver a lo largo de la autopista esas miles y miles de hectáreas de bosque que en nuestro país para lo único que serviría entre otras cosas es para que la especulación de las empresas madereras y los pirómanos acabaran con toda esa vegetación, y lo digo yo un gallego que ha visto como desde que nací, en Galicia, verano tras verano las arboledas eran pasto de las llamas…).
El paisaje de nuestro recorrido matinal,  como el del día anterior destacaba sobre todo por los amarillos  de los cultivos de colza y ahora también por extensos y verdoso pastizales donde vacas “rubias” y otras blancas y negras deambulaban a sus anchas en algunos casos y en otros permanecían acostadas mientras parecían estar “tomando” el sol.
Prácticamente y sin discontinuidad en el paisaje llegamos a Dinant que aunque pueda hoy en día ser considerada una ciudad hay cosas que le dan un marcado carácter de pequeño pueblo con mucho encanto, y eso se palpa en sus callecitas.
Saxofón en Dinant

Dinant es un pueblo que ha crecido a ambas orillas del río Mosa y tiene todavía ese carácter provinciano ajeno al de las urbes de un mayor carácter moderno.
Al llegar vimos que había mercadillo, de ropa, verduras, objetos varios… y dimos un pequeño paseo por el mismo que además resultaba muy agradable pues estaba situado a lo largo de uno de los paseos paralelos al río y donde se encontraban unas cuantas barcazas dispuestas para hacer pequeñas travesías turísticas entre Dinant y la capital de la provincia, Namur además de pequeñas terrazas donde la gente consumía la bebida nacional mientras disfrutaban de ese bien tan escaso por estos lares como es el sol.
Os contaré algo de Dinant que seguramente no sabréis y es por lo que es conocida en Bélgica y sobre todo en el ámbito musical en todo el mundo: en este pueblo nació el inventor-creador de un instrumento conocido por todos nosotros, el saxofón y es por ello que hay referencias a dicho instrumento por todas partes. Curiosamente, en unos los puentes que atraviesa el río y une ambas orillas hay unas esculturas de saxofones pintados cada uno de ellos con diferentes motivos y colores, y estando dedicados cada uno de esos saxofones a países de la Unión Europea. Desconozco si se trata de una exposición temporal o es permanente la de esos enormes instrumentos en dicho puente. He de decir que buscamos sin éxito el saxofón dedicado a España pero lo que si he de decir es que al pie de cada uno de los saxofones estaba una placa con el nombre del país y también el autor de esa obra. Pues resultó que el autor de todas esas esculturas era español, bueno ese dato no lo he contrastado pero llamándose Rafael y con dos apellidos que ahora no recuerdo, pero son de esos comunes que existen en nuestra población  española como Rodríguez o González, o mucho me equivoco, o  el artista de dichas obras es español por lo que quizás no consideró dedicar una a uno de los países de la península ibérica pero bueno, esto son sólo conjeturas mías, ja,ja,ja

Puente al otro lado de la Catedral

El Altar Mayor
Al otro lado de ese puente flanqueado por los mencionados saxofones se encuentra la catedral que como tantas veces sucede, una cosa es su aspecto exterior y otro el interior. En este caso el interior ganaba muchísimo con respecto a lo que podía verse  por fuera. A mí me dejo la sensación de ser un templo muy alegre, sobre todo por la cantidad de luz natural que entraba en su interior así como por la configuración de su altar mayor. Ha sido también en el interior de esta iglesia donde he visto la vidriera más grande que yo recuerde haber visto nunca, ocupaba todo  el lateral de una de las dos naves que de la planta de cruz latina tiene el templo; la vidriera va desde el techo hasta casi el suelo, deben ser como unos 12 metros de alto por unos cinco de ancho, muy, muy bonita.
Gran vidriera
Al salir del templo íbamos con la intención de subir a una fortaleza que hay prácticamente detrás de la catedral y que se halla a unos cien metros de altura y desde donde por lo visto se tienen una vistas magníficas de Dinant. El acceso a lo alto de dicha fortaleza lo puedes hacer indistintamente por un teleférico o bien subiendo unas “cuantas” escaleras. Bueno pues resultó ser que tanto si ibas con tus pies escalón a escalón como si te decidías por la opción cómoda del funicular, en ambos casos el precio era el mismo 7,50 €.  ¡¡Anda ya!! Nos negamos a pagar 15 € por ver unas vitas y sacar cuatro fotos yo, me pareció un abuso…. sí el precio aun fuera la mitad va y pase, pero pagar eso por subir con mis piernas a lo alto de una cima va a ser que no…. (no me piden nada de eso en mis queridos acantilados de Etretat, voy a pagar ahora ese dinero por subir a una fortaleza).


La verdad es que tampoco soy muy mirado a la hora de gastarme el dinero cuando estoy por ahí de viaje, dentro de los límites lógicamente que mi economía me permite, pero hay cosas por las que no paso y esta es una, pero por subir a lo alto de una piedra no me dio la gana, la otra es la de pagar por ejemplo por entrar a ver una iglesia; supongo que es un tema de prioridades, habrá a quien no le importe pagarlo y si por ejemplo por entrar a ver un teatro de ópera vacio, yo claro que pago por esto último y es que ese sí que es el templo de mi “religión” la ópera; perdón a los más creyentes por la comparación, que no se ofendan es un juego de palabras.
Galletas típicas de Dinant
El otro aspecto por el que es conocido Dinant además de por ser la cuna de ese inventor del instrumento musical de nombre tan dado a juegos de palabras, ja,ja,ja,ja…….. es por unas enormes galletas que se hacen con unos moldes de madera. Vimos algunas en escaparates y llaman la atención por su tamaño así como por la laboriosidad del molde de madera que más tarde dará lugar a esas delicias tan ricas y con formas tan espectaculares.
Y a todo esto nos dieron la una y pico del mediodía así que nos fuimos a por el coche con idea de ir a nuestro segundo destino del día de hoy, Namur para en medio de dicho trayecto pararnos a comer.


Los primeros tulipanes...
  ¡¡¡Mamma mía!!! Como diría un italiano, que bonito el lugar que encontramos para hacer nuestro picnic. Hay que decir que no solo en las áreas de servicio de las autopistas francesas, o belgas (por cierto, estas últimas totalmente gratuitas) hay áreas de descanso perfectamente equipadas y dispuestas para comer o descansar en medio de un trayecto, aquí en carreteras secundarías y que casi podríamos calificar como comarcales, se pueden encontrar zonas de picnic con sus mesitas y bancos de madera. Y así fue, en una de esas, tras dejar atrás un pueblito encontramos un lugar de este tipo donde había un par de mesas una de ellas ya ocupada por otros “guiris” como nosotros y la otra vacía.
Merendero, paz en el río
Cuando aparcarnos el coche y empezamos a
poner nuestra mesita ellos ya más madrugadores, comenzaron a recoger. El lugar precioso (como me gusta describir lugares y situaciones os explico cómo era)se encontraba en un paseo peatonal y para bicicletas a lo largo del mencionado antes, rio Mosa y en frente de nosotros al otro lado del río tranquilo, sereno se encontraban un grupo de casitas todas ellas con acceso a unos mini embarcaderos por si se quería acceder a la misma a través de alguna barquita; las casas y sus jardines no presentaban separaciones físicas y todas ellas lucían hermosos sauces llorones y unos arbolitos (no sé que son) que ahora mismo están totalmente floridos de color rosa. Lo idílico y paz del lugar solo tenía por sonido el aleteo así como la ida y venida de multitud de patos tanto en el río nadando como caminando en esas zonas ajardinadas de esas casitas que parecen de muñecas y  resultaban encantadoras. A una distancia relativamente cercana tras esas casas, se levantaba una gran pared de piedra en la que llegamos a ver hasta cinco escaladores encaramándose a lo alto de la misma por diferentes lugares. 
De este plan nos pusimos a comer a veces ante la curiosa mirada de algunas personas que ya en bicicleta o bien caminando, iban de paseo por el lugar. Yo me imagino que sobre todo les llamaría la atención que estuviéramos comiendo a aquellas horas, 14:30 aprox. cuando los hábitos de horarios de esta gente es de hacer las comidas y las cenas muchísimo más temprano que nosotros en España.
Vista desde la Ciudadela de Dinant
Bueno, llena la panza y la vista, todo hay que decirlo porque nuestros ojos también comen y más de lugares tan bellos como estos, decidimos proseguir hacia Namur.
  Namur es la capital de la región de Valonia y como ciudad ya de más calado, se podía plasmar en sus calles la importancia de la misma. Lo más destacado de Namur pasa posiblemente por su ciudadela fortificada de enormes proporciones y con una gran historia; vimos un pequeño fragmento de la misma accediendo por uno de sus laterales pero nada más. Callejeamos de lo lindo por su casco antiguo, en muchos casos completamente peatonal y bien sea por el buen tiempo, o por tratarse de un sábado por la tarde, mostraba unas calles con bastante ambiente tanto de gente de compras como otros en terrazas tomando el sol.  En medio de este callejeo pasamos por la catedral de Saint-Aubian y decidimos entrar a verla pero resultó estar cerrada y al asomarnos vimos que era por los trabajos de restauración que hay en su interior; como contrapartida han puesto una enorme puerta de cristal a través de la cual pude hacer un par de fotografías una de ellas de la nave principal que me pareció hermosísima pues estaba flanqueada la misma por unas enormes columnas de aspecto barroco muy bonitas. 

Puente en Namur




Canal en Namur


Catedral de Saint-Aubian

Paseamos también a lo largo del río y palpamos (yo al menos) como a pesar ya de ser una ciudad importante con “cara y ojos” no tiene nada que ver con estas urbes un poco más grandes o por el estilo que podemos ver en otros países, incluido el nuestro, donde todo son prisas y estrés en todo momento… igual es una percepción mía pero me quedo con esa impresión, la de que se vive más tranquilamente.
Unas cuantas vueltas más por Namur y nos hemos venido ya para las afueras de Bruselas donde hoy hacemos noche y donde mañana pasaremos todo el día. En Bruselas ya habíamos estado hace unos cinco años pero entonces me quede con las ganas de algunas cosas, sobre todo de visitar el “Atomium” ya que estaban haciendo en el mismo trabajos de mantenimiento, y también de poder hacer más fotos pues el tiempo además de muuuuy frío había tenido un poco de lluvia. Para mañana la cosa tiene buena pinta, ahora mismo asomándome a la ventana del hotel veo como el cielo está despejado y luce una luna casi llena.
Bueno, pues mañana ya veremos qué pasa y así os lo contaré.
Hasta pronto, besos y abrazos a vosotros amig@s míos y a los que están siguiendo nuestras peripecias por esta ruta del Benelux.

5 comentarios:

  1. Bien, vemos que empezais a tope, qué maravilla. Me quedo, sobre todo con ese lugar idílico donde habeis parado a hacer picnic...qué preciosidad!!

    Un besazo y a disfrutar, corazones!

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  2. ¡¡¡ Qué prolífico eres !!! No sé cómo te lo montas para hacer fotos, colgarlas y escribir en el Blog.
    Eres digno de admirar, amigo mio.

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  3. Hola pareja, vaya merendero más precioso! Desde luego estoy totalmente de acuerdo con Hanna.. Lo de la fortaleza de Dinant tiene su qué! Más allá de lo que pueda costar subir, hay una visita nada desdeñable al castillo que tiene unos pasadizos muy particulares... En alguno de ellos se produce un efecto óptico que te lleva a perder el equilibrio y parece que todo esté desnivelado... O tal vez lo esté!? Mis recuerdos son difusos porque estuve cuando era una adolescente y de eos hace mucho... ja ja ja... En cualquier caso si algo me impresionó en esa fortaleza fue el realismo con que se reconstruyó la vida en ella y las torturas que se inflingían a los condenados... las herramientas eran las auténticas... un besote a los dos y a seguir disfrutando...

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  4. Precioso recorrido. Otra vez te me has adelantado, porque yo también voy a acercarme a Bélgica estos días (aunque mi recorrido será más pequeño porque no tengo tantas vacaciones). Te seguiré de cerca para aprovechar tus consejos. Decirte que, como ya sabrás, nos habéis dado ya el primer disgusto a los madridistas, pero ... arrieritos somos... jajaja. Feliz viaje

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  5. Hanna el lugar del picnic realmente era precioso e invitaba a quedarse a comer, a merendar y a cenar... ja,ja,ja,ja-

    Magandito no es para tanto hombre, nosotros no somos "pájaros nocturnos" y de salir de marcha así que por la noche en el hotel y con tranquilidad se puede escribir un poco :- )

    Te haremos casa Anita y seguiremos disfrutando.

    Marisa, menuda coincidencia, el año pasado Verona y ahora Bélgica. Si quieres envíame un mensaje privado por el facebook y te doy mi móvil(creo que ya lo debes tener) por si quieres preguntarme cualquier cosa puntual, sin problemas vale.

    Besos a todos.

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