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El "meón" |
¡¡¡ Arrancamos !!! con ayuda de Marta (es como tengo yo bautizado a mi gps) nos dirigimos al centro de Bruselas.
Al ser domingo, este atrevimiento de adentrarse en las entrañas de la capital europea es más factible, entre semana esto tiene que ser una verdadera jungla de coches, motos, transportes públicos, etc.… pero la festividad del día proporcionaba un ambiente en la calle más relajado.Aparcamos apenas a unos cien metros de una de las plazas más hermosas que pueden verse en Europa, la “Grand Place”. El recuerdo que teníamos de este rincón de la capital Belga era inmejorable y efectivamente a pesar de haber pasado seis años de la última vez que estuvimos aquí, enseguida reconocimos todo el entorno; sólo una diferencia, parte de los aledaños a la famosa plaza están hechos un desastre porque están levantados y de obras pero además un poco dejadas (vaya, un poco chapuzas) y yo que pensaba que algunas cosas solo pasaban en España :- )))
A estas primeras horas de la mañana el día climatológicamente hablando no estaba muy fino (había niebla) pero yo estaba convencido que en cuanto levantaran un poco esas nubes bajas quedaría un hermoso día. Efectivamente, aunque hice unas cuantas fotos a la plaza desde distintos ángulos, más tarde se quedarían relegadas por las que pude hacer un par de horas más tarde con el cielo azul y “Lorenzo” luciendo en lo alto.
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Escaparate con chocolates
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Hay una cosa muy evidente en estos países y es la intensidad con que viven algunas festividades y como las manifiestan, sobre todo en su comercio, en Navidad está todo, yo diría incluso que sobrecargado de todo tipo de adornos y ahora que estamos en Pascua no os quiero ni contar; por descontado las docenas, cientos de tiendas de chocolate están adornadas con todo tipo de motivos y por supuesto grandes huevos de pascua de chocolate pero es que desde una zapatería, librería, etc…. todos se engalanan, en este caso con huevos en sus escaparates para dejar claro en qué época estamos.
En nuestro recorrido por los alrededores de la plaza nos pasamos a ver uno de los dos símbolos por excelencia de Bruselas, el “niño meón” aquí llamado Manneken pis; se trata de una escultura de unos cuarenta centímetros expuesta en la confluencia de dos calles y que recibe miles de visitas cada día. En su momento ya me pareció bastante ridícula la fama de dicho personaje pero lógicamente cada uno le da importancia a lo que se la da; en cantidad de lugares y motivos aparece este pequeño, desde figuras de chocolate a bordados a la venta como suvenires para los turistas.
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Fotografiando al "meón" |
De allí nos dirigimos a lo que fueron las primeras galerías cubiertas de Europa, un lugar con tiendas de todo tipo además de cafés que me imagino hace más de cien años debieron ser un ajetreo y bullicio de personas recorriendo sus pasillos de techo acristalado ante la novedad de esta construcción. Para quien no las conozca, os diría que son similares a las galería Vitorio Enmanuele que hay en Milán al lado de la Piazza del Duomo, si bien las de Milán me parecen más bonitas además de más amplias.
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Entrada a las galerías |
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Interior galerías |
Desde uno de los extremos nos dirigimos a la catedral, no muy lejos de la zona, no sin antes hacerle una visita a un dibujo que hay en plena calle y con quien me fotografié ja,ja…
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Una escultura callejera y un "mirón" |
La catedral era un hervidero de gente que además a nuestra llegada comenzaba a salir; iban todos con unas ramitas verdes y la verdad yo no sabía de que iba el tema hasta que Merche me apuntó que ayer era domingo de Pascua y es el día que se bendicen “Palmas”, “Palmones” “Ramas de olivo”, etc…… pues resultó que nada de eso llevaba esa gente, se trataban de unas ramitas verdes que a mí me recordaban al mirto.
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La Catedral |
Entramos, hice unas cuantas fotos y al salir, la primera anécdota del día. Una chica sentada a la puerta de la catedral sobre un trozo de cartón estaba “pidiendo” con la mano estirada y me la quedo viendo mientras ella en francés supongo que me decía algo así como que le diera algo… a los pocos segundos dejó de cantarme aquella cantinela cuando se percató que yo le había visto un objeto que tenía a su lado (poco inteligente la chica). ¡¡Atención!! que tenía la chica a su lado mientras me pedía una limosna? ¡¡Tachán!! Pues ni más ni menos que una “Blackberry”, bueno, ay que joderse, era lo que me faltaba, que alguien me pidiera una limosna mientras está a la última en tecnología…
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Nave principal
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Puerta principal |
Cogió el teléfono móvil lo guardó debajo de la chaqueta y prosiguió su “discurso” con el resto de feligreses que del templo salían. Como todavía permanecimos por allí unos minutos me hizo gracia que al rato esa misma chica se levantó dejando calentito el sitió para que viniera otra y tomara el relevo encima del mismo cartón, esta además llevaba en sus brazos una criatura que evidentemente ayuda a ablandar el corazón de quien la viera allí postrada solicitando unas monedas.
Ahora, mientras os relataba esto me ha venido a la mente que a parte de esta imagen, bastante común en iglesias y templos de cualquier país y lugar, por el centro de Bruselas vimos bastante mendicidad, cosa que seis años atrás no habíamos visto para nada; había de todo desde gente de etnia gitana hasta personas de origen “autóctono”. Quizás en nuestra anterior visita a Bruselas no vimos nada de esto porque en la calle (principios de Enero) hacía frío que pelaba.
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Mercado de flores en la Gran Place |
Tras la visita por la catedral volvimos a las cercanías de la Grand Place para callejear un poquito más antes de ir a por el coche. Las terrazas de bares y restaurantes estaban de lo más animadas y concurridas por el buen día y por la festividad del domingo. Como no, cantidad de gente en esas terrazas estaba degustando el plato nacional, mejillones con patatas fritas. Recuerdo que la primera vez que vi esa estampa me chocó muchísimo. Todo hay que decirlo y es que belgas y holandeses consumen gran cantidad de patatas y hay muchísimos puestos por la ciudad a la venta de un puñado de patatas fritas con aliño de la salsa que prefieras.
Bueno, después de matar un poco el “gusanillo” del estómago, nos montamos en el coche y nos dirigimos a ver la basílica del Sagrado Corazón, una “mole” inmensa que hay en una pequeña elevación en uno de los extremos de Bruselas y que pasa por ser la sexta iglesia más grande del mundo. Uno de los alicientes de dicha visita es que se podía subir a su cúpula-mirador y tener unas buenas vistas de la ciudad.
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Detalle de la hermosa plaza |
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En la Grand Place |
La iglesia construida en el siglo XX y acabada a principios de la década de los años setenta, resulta ser fea pero con ganas… acostumbrados a ver las maravillas del arte románico, gótico o barroco, este templo hecho de hormigón y con un nulo gusto en su recubrimiento, te daba la impresión mas de que estabas en un pabellón de deportes que no en un templo religioso, quizás las vidrieras y alguna imagen de Jesucristo te recordaba que allí no se jugaba al baloncesto….
Lo mejor, sin duda, encaramarse a lo alto de la cúpula y ver en sus 360 grados diferentes zonas de la ciudad (realmente más grande de lo que parece).
En el interior del templo así como en el exterior había bastante actividad pues había una especie de procesión con una cruz a cuestas por parte de algunos creyentes me imagino que representando parte de la pasión.
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Fachada, Sagrado Corazón |
Y al salir de la iglesia de nuevo otra anécdota (ayer como veis todo pasaba alrededor de las iglesias); en plena entrada principal un hombre mayor meando contra la pared de la iglesia; eso ya me chocó pero más cuando acabada la “faena” se da la vuelta y descubrimos su alza cuellos, resultaba que era un cura….. ja,ja,ja,ja no me lo podía creer, aquel hombre meándose en la casa de su jefe. En su defensa lo único que se me ocurre es que el pobre, de avanzada edad, tuviera algún problema de incontinencia, pero igualmente me imagino que la enorme construcción aquella, en algún lugar tendría algún lavabo, o no. La cosa es que después de esa imagen inusual del cura regando la pared de una iglesia, decidimos irnos al otro gran icono de Bruselas, el Atomium. Me pareció un espacio mal aprovechado el Atomium y tan solo se pueden visitar cuatro de sus esferas incluyendo la más alta donde además de dicho mirador hay un restaurante. Unas cuantas fotografías más desde el exterior y dimos por finalizada la visita.
Por cierto, otras de las cosas que se pueden contemplar desde muchos de los lugares elevados de esta ciudad así como de muchas otras en Europa y de las que nosotros en España somos deficitarios, es la cantidad de parques y zonas verdes que existen. Está claro que en estas latitudes el clima ayuda al mantenimiento y conservación de estas enormes extensiones de césped, arboledas, etc. Por el contrario en “nuestra casa” nuestros dirigentes se ve que únicamente piensan en el suelo urbano como medio de especular…………..
Pues si, desde lo alto del Atomium se veía a cientos de personas en las inmediaciones tiradas en la hierba haciendo picnics, otros jugando con perros, otros al futbol….. vaya, disfrutando de esas zonas de esparcimiento.
Una estampa “graciosa” también de este emblemático lugar de Bruselas es que continuamente estaban pasando “niñatos” con unos supercochazos, música a toda pastilla y parando de vez en cuando a tontear con las chicas… debe ser una de las maneras de ligar de esta ciudad…. pero lo cierto es que la imagen era de lo más friki.
A puntito ya de dar por finalizada nuestra visita por Bruselas nos montamos en el coche y con Michael Bublé amenizando el paseo nos dirigimos a visitar desde el coche la zona de los edificios y organismos europeos que por cierto también está hecha unos “zorros” en sus alrededores con tanta obra.
Fin de la jornada, nos despedimos de Bruselas y tomamos la autopista dirección Gante donde hoy haremos noche y mañana visitaremos junto con Brujas.
Hasta pronto.
Ger.
jejeje, veo que tienes al 10-22 trabajando de lo lindo, no? ;-)
ResponderEliminarBesos y abrazos!!
Tú en las alturas, ¡ qué raro ! Si no le gusta "na" a mi niño eso.
ResponderEliminarY la tienda de chocolates, ¿ qué tal ?
Besos a Merche.
Hola Hanna, la verdad es que si, este obetivo me está volviendo loco.... de alegría. Besos
ResponderEliminarMagandito, ¿las alturas? no veas el ritmo que llevo, la media es casi de subirme a algún edificio de unos 60 metros cada día... ja,ja,ja,ja.... lo de hoy por ejemplo, bestial, a más de 100 metros en Rotterdam... los chocolates de muerte y el tuyo ya en el coche para su entrega :-)