viernes, 17 de mayo de 2013

Lloviendo...


Para una entrada como la de hoy nada más propicio que está conocidísima canción perteneciente a una famosa banda sonora, pinchar "aquí".



ISO 3200      85 mm      f/ 2,8       1/90 seg.     Sin flash     Sin trípode



Hacía tiempo que quería dedicarle una entrada a un elemento que con el paso de los años más me fascina y más me gusta… "La Lluvia".

Yo provengo de la región de la lluvia,  no tengo la exclusiva, como tampoco la tiene Galicia pues son muchos los rincones del mundo que tienen en  sus calendarios un porcentaje elevadísimo de días con agua cayendo del cielo,  sin embargo,  queridos amigos de la península ibérica, como diría mi admirado Félix Rdguez. de la Fuente, la región galaica se lleva la palma en cuanto a pluviosidad dentro de España.

Es exagerado, lo sé, pero en Galicia la lluvia es casi un “arte”. Hay muchas y variadas formas en las que pueden las diminutas gotas de agua desplomarse hacia el suelo… en una fina, finísima cortina de agua conocida entre otros nombres como “calabobos”, “txirimiri”, o “poalla” y en el polo opuesto nos encontramos con un auténtico jarreo de agua también llamado "chubascos"; en medio toda clase de modalidades a las que pueden unirse otros aspectos "secundarios", como el viento por ejemplo,  que entonces hacen un imposible,  guarecerse del líquido elemento.

Uno de los descubrimientos que he realizado estos años viviendo en el Mediterráneo,  es que la lluvia en estas latitudes no tiene nada que ver con la del Atlántico,  y la principal diferencia sería que aquí la lluvia lejos de limpiar (que también lo hace de vez en cuando) mayoritariamente ensucia,  y es que son muchas las ocasiones en que llueve barro y esto lo mancha absolutamente todo. El día que comprobé esto, me quedé muy sorprendido pues nunca antes había visto que lejos de ofrecer frescura y limpieza, la lluvia lo ponía todo perdido.


ISO 3200      195 mm      f/ 2,8       1/90 seg.    
En Barcelona,  como en casi toda la costa Mediterránea la lluvia aparece y desaparece en cuestión de minutos, horas y pocas muy pocas veces esta se prolonga más allá de un par de días; esto en el Atlántico es bastante improbable, los gallegos estamos acostumbrados a que empiece a llover y no tenemos la más mínima idea de cuando parará, pueden pasar horas, semanas y hasta meses.



Yo lo vivía así de niño cuando iba al colegio, se pasaban los meses de otoño, invierno y gran parte de la primavera cayendo agua sin cesar; por momentos uno pensaba que la historia de la evolución animal estaba a punto de cambiar y nos aparecerían “branquias” y aletas para sobrevivir en el siglo XXI.


Ayer se puso la tarde fea, muy fea y tal como presagiaba el cielo,  empezó a caer agua de lo lindo… y me apeteció salir de casa a mojarme un poquito y hacer fotos;  el agua ofrece unas posibilidades fantásticas para muchas cosas, como los reflejos y unos brillos diferentes.

Aquí os dejo un par de ejemplos de este maravilloso elemento llamado agua de lluvia,  “circulando” libremente por la ciudad y ayudando a limpiar la atmósfera, regando plantas,  árboles, campos y montañas.

 No pretendo que os guste como a mí la lluvia, pero si pensar que de vez en cuando es bueno que llueva, entre otras cosas porque la lluvia también es VIDA.

Y permitirme una sugerencia, un día que llueva,  salir a la calle a mojaros llevando encima únicamente una simple prenda impermeable y estar bajo la lluvia un buen rato… luego volver a casa y daros una buena ducha caliente; esto es otro de los placeres de la vida (o al menos así lo pienso yo)  puesto que no sólo  lo son, aquellos típicos y de los que siempre hablamos…

Hasta pronto amigos.

Ger.

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