martes, 8 de octubre de 2013

El Palacio de colores...

El color es uno de los grandes protagonistas

La música del post de hoy la encontrarás "AQUÍ".

Para un amante del COLOR, contemplar un edificio como el que os quiero mostrar hoy, es toda una gozada. El Palacio da Pena,  un capricho del principe Fernando II que contrajo matrimonio con la reina portuguesa Maria II, es todo un canto a la imaginación, a la alegría y un regalo para la vista.



Una vista desde un lateral
A menos de una hora de Lisboa se encuentra la localidad de Sintra en la cual podemos disfrutar de esta joya arquitectónica del movimiento romántico.

Como en muchos lugares, lo hermoso de este Palacio no es únicamente el edificio en si sino que lo son también jardines y por supuesto la ubicación del mismo en un lugar elevado y con unas vistas privilegiadas.

Para un neófito como yo en arquitectura,  lo primero que llama la atención de este edificio es que a pesar de contar con almenas y murallas, a diferencia de otras construcciones que responderían al nombre de Castillo, no se trata de una fortaleza  pétrea y con porte de carácter defensivo; no, el Palacio da pena parece estar concebido (quizás por encargo del propio príncipe) como un canto a la alegría y a la felicidad donde prima la belleza sobre otros aspectos más propios de este tipo de edificaciones.

La arquitectura del palacio es un compendio de diferentes estilos y movimientos; la construcción del mismo fue encargada a un arquitecto alemán y tanto la reina como su consorte participaron activamente de la decoración del mismo; lo primero que llama la atención del palacio son los colores que pueden observarse en el exterior del mismo y que van del rosa al amarillo pasando por los morados, azules y rojos; si a eso le añadimos el verde de la flora que rodea el edificio y como fondo tenemos un cielo añil estamos pues ante una exuberancia visual en toda regla.
Uno de los salones del interior

La primera vez que visité el palacio no pude disfrutarlo en su esplendor por ser una visita muy rápida y por la climatología, que nos "regaló" una mañana con una niebla abundante y espesa. Diferente ha sido este verano donde un día despejado de temperatura suave con un sol radiante han puesto de relieve la hermosura de estos muros y formas caprichosas.

Lo que no me queda duda es sobre la recomendación de que sí algún día os encontráis por la zona o bien os pilla de paso, venir a ver el "Palacio de la Peña",  in-situ.

Aquí debajo os dejo tres imágenes más de este bello lugar donde seguro que sus moradores gozaron de una gran felicidad, no me cabe la menor duda.

Besos y abrazos.

Ger.


Impresionante escultura de un tritón en una pared aunque el aspecto es de lo más terrorífico





Otro rincón con encanto de este bello palacio





Un mirador con vistas impresionantes



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