miércoles, 2 de octubre de 2013

Un viaducto, un pueblo, mi pueblo...

El de hoy es un post bastante ligado al mundo del tren así que haz click  AQUÍ  para escuchar la música que he escogido en esta ocasión.

Uno de los dos viaductos de mi pueblo

Hablar del lugar donde uno ha nacido siempre resulta entrañable y en mi caso no iba a ser menos, de eso va un poco la entrada que hoy os brindo.

Siempre he dicho y además con orgullo, que soy de pueblo, a pesar de las connotaciones peyorativas que para muchos significa eso... supongo que creerán que no vivir hacinados en bloques de hormigón, rodeado de ruidos varios además de humos, entre otras cosas, es estar lejos de la "civilización".  Pues sí es así, bendito sea no ser "civilizado" y afortunado me siento de haber sido un niño que ha crecido entre campos, bosques, animales y toda la cultura agropecuaria que suele predominar en los entornos rurales.

Plano "nadir" de uno de los pilares

Mi pueblo se llama Redondela como muchos ya saben, y no es precisamente un pueblito chiquitín puesto que la población censada en el año 2012 ascendía a unos treinta mil habitantes; lo que sucede con Redondela al igual que con otros muchos lugares habitados y también por determinadas cosas o circunstancias es que  tienen sobrenombres que en el caso de esta real villa de la que os hablo (título que posee Redondela) es el de "Villa de los viaductos".

Detalle de una columna con remaches

La situación geográfica de Redondela es la de estar al final de un valle con lo cual hay que salvar por pequeño que sea, cierto desnivel sí se requiere ir de un punto de ese valle al que se tiene enfrente. Esto es lo que sucedió cuando hace bastante más de un siglo se planeó el paso del ferrocarril que salía de Vigo con dirección a Pontevedra.

Por su ubicación Redondela es un importante nudo de comunicaciones pues se encuentra a medio camino entre Vigo y todo el norte gallego con lo que el paso del tren para comunicar el sur y norte de Galicia debía hacerse irremediablemente por este pueblo.

De lo que os estoy hablando es del segundo viaducto que se construyó sobre  Redondela, si segundo porque años antes, otro (este en desuso desde los primeros años setenta) se levantó para salvar ese desnivel del que os hablaba y permitir que por ahí salieran los trenes hacia Orense y por supuesto la "capital",  pero de este ya os hablaré en otra ocasión.

Así pues han sido estas dos grandes construcciones arquitectónicas las que han marcado el paisaje Redondelano y las que le han conferido ese nombre de Villa de los viaductos.

Vista parcial desde lo alto
Centrándome en el que me interesa, el de la línea de Pontevedra inaugurado en 1884, como podéis imaginar, éste tiene cierta altura respecto al suelo y claro para un amante de la alturas como soy yo, no pude resistirme a encaramarme a lo alto del mismo al pié de los raíles y hacer algunas fotos desde allí arriba. 

Lo primero que llama la atención de este viaducto es como está construido, en hierro repleto de remaches lo cual además de un bonito aspecto visual, hace que cuando los trenes pasan sobre el, se escuche un inconfundible sonido metálico incluso a una cierta distancia.

El desnivel sobre el pueblo lo salva el viaducto con dos torres de hierro dispuestas sobre sendas peanas de mampostería, además de contar con varios metros sobre arcos de piedra. 

​Esos aproximadamente 30 metros de altura que lo separan del suelo "me llamaron" para subirme al mismo y desde allí hice algunas de las fotos que aquí os dejo; lejos de lo que alguno pueda pensar, en ningún momento puse en peligro mi integridad física si bien es cierto que para algunos de vosotros ya sé que subir a estos lugares es bastante temerario, y sirva como apunte "negro" que alguna vez hubo quién uso este lugar para quitarse la vida.

Besos y abrazos a tod@s.

Ger.


Visión al vacío desde lo alto





Centro de Redondela con un parque infantil y la alameda en primer termino





Vista desde la base de uno de los pilares





El río Alvedosa transcurre bajo el puente






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