Hace aproximadamente un par de meses me encontraba paseando por dicho lugar a
eso de las tres de la tarde y prácticamente sin ningún tipo de viandante por el
lugar a semejantes horas; estaba frente a la escalinata del congreso pensando en
hacer una foto diferente del lugar, hasta que se me ocurrió una. Me di cuenta
entonces que al final de dicha escalinata que daba acceso a la entrada principal
del congreso estaban dos policías con arma en mano y chaleco. No les presté
demasiada atención pues estaban hablando con alguien y yo fui a lo mío, subí un
par de escalones de aquellas escaleras y me apoyé bajo la "barriga" de uno
de esos dos leones que flanquean la entrada al congreso; escuché entonces un: “señor,
señor…. disculpe señor, oiga…”.
Enseguida me di cuenta de que me estaban hablando
a mi pero pasé olímpicamente, era consciente de que no estaba haciendo nada
malo, ni a las escaleras, ni al león ni a nada, únicamente quería hacer una
foto y por eso me tomé mi tiempo, ajusté parámetros, encuadré y disparé. Cuando
ya tenía la foto sacada y consciente de que uno de aquellos policías venía
hacia mí, me giré y le pregunté qué pasaba.
“No puede estar aquí” me espetó ante lo que supongo que era una cara la
mía de plena perplejidad, estupor, pasotismo y de decir para mis adentros….."¿vale
donde coño hay alguna señal o cartel que
lo diga o advierta de dicha prohibición?".
Contra esos dos policías poco o nada tengo que decir pues al final cumplen
órdenes, pero me gustaría saber quién es el lúcido lumbreras que pone a dos
agentes de la ley a custodiar dos leones de bronce y además prohíbe el
acercamiento a los mismos así como subir las escalinatas del congreso y
acercarse a la entrada principal con aquellas enormes puertas, máxime cuando dentro no trabajaba "ni diós" (vaya, lo habitual en ese lugar).
La verdad es que
por mi parte, la parada iba a ser de lo más corta, el hedor que salía de aquel
edificio (demasiado solemne para quienes
normalmente lo habitan) no sirve precisamente de reclamo para que,
nadie, al menos yo, desee entrar allí no vaya a ser que se le pegue algo, y no bueno precisamente.
En cualquier caso y a pesar de lo estupidez de tanta gente,
hice la foto y aquí os la enseño.
Esos leones, que también tienen
su propia historia, eran lo
que me resultaba más atractivo y así quise hacer una fotografía de lo que
podría verse a través de su hermoso cuerpo, y que vendría a ser la visión que
las partes nobles de los felinos tendrían de los caraduras, ineptos e
incompetentes que trabajan en el hemiciclo.
Sería de agradecer a quién atañe, que no se pusieran tantas trabas para que los ciudadanos de a pie pudieran acercarse al
edificio donde se "supone", dictan los destinos de su futuro y de su país, todo eso por
no hablar de que los de allí dentro, aunque no ejerzan, nos representan a todos
nosotros, yo incluido.
Ha sido un placer estar tan cerca “señor León”.
Besos y abrazos.
Ger.
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