El parque nacional de Ordesa y Monte Perdido cuenta con innumerables rincones y lugares icónicos, hoy traigo uno de ellos.
Entrar en Ordesa es como entrar casi en el edén y donde mires a donde mires todo es grandilocuente y hermoso pero hoy vamos a hablar del anfitrión.
Un anfitrión es aquel que invita a alguien a su casa o bien el que organiza una actividad o acontecimiento y recibe en su territorio a representantes de otra zona. Pues ese el papel que yo le doy al Tozal de Mallo, esa imponente pared de 2.280 metros de altura.
Así es como uno entra en la pradera de Ordesa, llegas al parking y alzas la vista a tu izquierda y el está allí como dándote la bienvenida a sus dominios, lo demás es ya disfrutar de su entorno.
La imagen es de la primavera pasada, como no, en un día precioso que amaneció con algunos bancos de niebla que poco a poco se fueron disipando y así lucía con los primeros rayos del sol mientras yo me adentraba en el bosque.
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