lunes, 24 de octubre de 2022

La climatología y deseos por cumplir

Mientras en el Mediterráneo seguimos de manga corta y con bermudas "sufriendo" este clima veraniego que no desea irse, en otras latitudes de la península, el otoño, por no decir ya el invierno, muestra alguna de sus caras más espectaculares.

Estos días la borrasca -Beatrice- golpea con fuerza la comunidad gallega con fuertes precipitaciones y rachas de viento que han llegado en algunos lugares a sobrepasar los 100 km/h y que en el mar se han traducido por olas de más de siete metros de altura.

No quiero, o si, imaginarme ese espectáculo desde un lugar privilegiado como el que hoy traigo en esta fotografía; en ese tramo de costa coruñesa conocida como "Costa da morte" y que a lo largo de la historia ha sido devastadora con infinidad de barcos que han naufragado, estas inclemencias se hacen, si cabe, más palpables.

 

En la imagen, una panorámica de cinco tomas verticales que tomé este pasado mes de septiembre, puede verse la silueta de Cabo Vilán y su imponente faro, vigilante de esta costa desde 1896 siendo el primer faro eléctrico de todos los que recorren el litoral español. El antiguo faro de 1854 puede apreciarse a la izquierda en otra pequeña elevación, pero que siempre desde su creación, tenía una acción limitada por no cubrir las necesidades que el peligroso paraje requería. La tragedia del buque-escuela inglés -Serpent-  en una noche de 1890 y que dejaría 170 muertos,  agilizó la construcción del nuevo faro para evitar en la medida de lo posible, más hechos luctuosos.

 

Así de fiera puede ser en ocasiones la naturaleza y concretamente el mar, y eso es lo que me falta por fotografiar en este tramo de costa, una imponente tormenta donde las olas, la lluvia y el viento muestran su cara más espectacular. Viviendo lejos de esta zona será complicado conseguirlo pero nunca se sabe, quizás algún día, cuando las obligaciones laborales me lo permitan es posible que pueda dedicarme a "perseguir" borrascas como Beatrice, por la costa gallega.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

-Haz “click” sobre cualquier imagen y podrás verla a tamaño completo.





 

domingo, 16 de octubre de 2022

El surfista incipiente

No sé si a todos les sucede lo mismo pero yo soy de los que piensa que cuando uno es pequeño, cuando se es niño, nuestros primeros grandes héroes son los padres y me refiero a los dos, tanto a la madre como al padre. Acabas de llegar a la vida y ellos están presentes en todo  momento, luego, con los años, pierden algo de protagonismo porque cada vez somos más autónomos pero el vínculo afectivo, cariñoso y de admiración no se acaba nunca. 

Y es a esa tierna edad de nuestra infancia cuando nos gusta, muchas veces,  hacer todo tipo de demostraciones delante de ellos para sentirnos orgullosos y que ellos también se sientan así de nosotros.

Esto es un poco lo que imaginaba en mi cabeza mientras seguí los pasos de este jovencito esperando a que algún instante llamara mi atención, para disparar con la cámara.

 

A unos cuantos centenares de metros y con la discreción que te da un teleobjetivo me fijé que mi protagonista paseaba junto al que parece ser su padre; aunque no sea fotógrafo de fauna o de retratos, en ocasiones me paro a contemplar "otras cosas" que no sean paisajes; situaciones que a mí me transmiten "algo", aunque sólo sea por la película que yo mismo me monto con imaginación en mi cabeza.

 

El lugar donde mis actores y yo mismo nos encontrábamos no es baladí, estaban ellos pisando la arena de la <Playa delnorte> mientras yo me mantenía a cierta distancia y unos cuantos metros por encima del nivel del mar y esa playa de arena dorada, en pleno crepúsculo.

El nombre de esa playa a muchos no le dirá gran cosa, pero si al nombre le sumo que está en la localidad portuguesa de Nazaré, algunos ya sabrán un poco más de que hablo. Efectivamente, en esa playa van a morir algunas de las olas más grandes que se producen en todo el planeta y que son un reclamo, desde hace años, para los amantes del  surf. Estamos hablando de olas que muchas veces superan los  veinte metros de altura, que se dice pronto, pero eso lo ves a pie de playa y la sensación es bastante impresionante.

 

Este día el mar estaba en calma, y aun así puede apreciarse cómo eran las olas que llegaban a la playa. Allí, en la esquina opuesta, está el jovencito imitando con su típico saludo en ambas manos, a esos jinetes sobre tablas.

 

Posaba sobre la arena con ese fondo de agua batida y espumosa presagiando quizás,  que algún día, allí mismo estará el surfeando sobre esas míticas olas..... orgullo de hijo.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

-Haz “click” sobre cualquier imagen y podrás verla a tamaño completo.




 

lunes, 10 de octubre de 2022

Recuerdos monacales

 Como todos los domingos, el hermano Anselmo, un maestro en los fogones,  se había lucido y esmerado en cocinar algo especial en el día del Señor. La verdad es que no había queja con la comida el resto de la semana pero el domingo,  todos llegábamos ansiosos al refectorio para degustar aquellas delicias cocinadas con amor y paciencia.

Tras una breve sobremesa, cada uno de los hermanos eligieron diferentes caminos para aprovechar la tarde; algunos decidieron retirarse a sus celdas para descansar y hacer la digestión con una leve siesta, otros optaron por la lectura sentados a ese suave sol que a mediados de octubre nos acompaña y los menos se decidieron por un pequeño paseo por los alrededores del monasterio.

En mi caso había decidido unirme a este último grupo pero cuando vi el juego de luces y sombras que teníamos en el claustro me apresuré a ir a la celda donde en mi pequeña estantería de madera y junto a una pequeña colección de libros, guardaba la vetusta cámara fotográfica que en su día me regalara el prior y que había pertenecido a su abuelo.

Finalmente dejé el paseo para otra ocasión y preferí realizar algunas fotografías desde distintos ángulos y encuadres; de entre toda la serie finalmente decidí quedarme con esta.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

-Haz “click” sobre cualquier imagen y podrás verla a tamaño completo.



 

miércoles, 5 de octubre de 2022

Lejos del bosque...

Muchas veces nuestro tamaño y el de nuestro entorno nos impiden observar con claridad meridiana, el conjunto de algo que ya conocemos pero de manera parcial.

Sí hablamos como en este caso, de una ciudad, podemos pasear por la misma y ver una o varias calles, algunos edificios así como otras construcciones pero siempre de manera muy localizadas, por eso muchas veces hay que "alejarse del bosque" para verlo en su totalidad.


Esta fotografía panorámica, formada por siete tomas verticales, creo que les llamará a todos aquellos que viven en Vigo y en toda su zona metropolitana.

Así es, se trata de una vista diferente de la ciudad olívica y que está tomada desde un lugar elevado del municipio de Redondela, y en la que aquellos que medianamente bien la comarca, detectarán muchos de los lugares y edificios más representativos.

Haciendo un pequeño “estudio” de la imagen, en primer término nos encontramos con la pista y terminal del aeropuerto de Peinador, a la izquierda del mismo parte del recinto ferial y justo como si estuviera encima de este, el Hospital del Meixoeiro.

Siguiendo con edificios sanitarios llamo vuestra atención por ese edificio que aparece casi en el centro de la fotografía; se trata del que en su día se bautizó popularmente como "el pirulí" pero cuyo verdadero nombre era el de Residencia Almirante Vierna. Este hospital, inaugurado por Franco en 1955 fue todo un hito en la época y cabe decir que en aquellos años, ese gigante de 18 plantas, era el segundo edificio más alto de España.

 

Dejando un poco de lado la mano del hombre, vamos a por las islas. A la izquierda del todo tenemos la isla de Toralla con su conocida "aberración" urbanística,  y ya, ocupando un papel protagonista indiscutible en la imagen, aparecen las islas Cíes, guardianas de la ría de Vigo y que forman parte del Parque Nacional de las islas atlánticas. Siguiendo hacia la derecha y como uno de los puntos más próximos a este archipiélago,  tenemos el pequeño saliente de punta Subrido.


Seguro que muchos de mis paisanos encontrarán más lugares en la imagen que les resultarán familiares. Cómo puede apreciarse, el día estaba encapotado, amenazaba lluvia, y finalmente acabó lloviendo, por momentos además de un modo bastante intenso. Prestando atención a la zona derecha de la fotografía puede apreciarse levemente las cortinas de agua que por aquella zona ya lo empapaban todo. No me dio tiempo a mucho más, enseguida recogí los bártulos y me fui al coche a guarecerme del chaparrón que se me vino encima.

 

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

-Haz “click” sobre cualquier imagen y podrás verla a tamaño completo.




 

martes, 4 de octubre de 2022

Cosas de Jaimito...

Hay ocasiones en las que mi mente de niño travieso aflora, y aunque sea de vez en cuando, hasta yo mismo sonrío con mis ocurrencias.

Para poner en contexto la imagen, esto sucedió el pasado mes de junio durante nuestra luna de miel; veníamos de recorrer Alsacia, Selva Negra, y en este día pisábamos por primera vez, tierras suizas. 

Hasta este extraordinario lugar llegamos gracias a las indicaciones de nuestra anfitriona, una perfecta "Heidi", eso si bien entrada en años, que es dueña de un coqueto hotelito de montaña. La mujer nos comentó que como todavía había luz suficiente, podíamos acercarnos a un lago precioso que había un poco más adelante.


Tras recorrer unos diez kilómetros en coche, llegamos justo al final de   aquella carretera que avanzaba por la ladera de un valle y que a cada momento nos sorprendía con impactantes y preciosos paisajes.

Un pequeño hotel rodeado de andamios por alguna reforma o ampliación y tres o cuatro autocaravanas fue lo único que nos encontramos al llegar y con  muchos de sus ocupantes dando buena cuenta de la cena en aquel impagable restaurante al aire libre.

Allí mismo vimos un  cartelito que nos indicaba cual era la dirección a tomar para ir en busca del lago en cuestión. Tan solo necesitamos diez minutos caminando para encontrarnos frente a una de las orillas de aquel perfecto "espejo acuático". En una esquina del mismo podía verse una gran construcción de madera cual si de una cabaña lujosa se tratara, y desde luego no me importaría lo más mínimo, alojarme allí una temporada, menudo privilegio.

 

Después de recorrer los alrededores, me dispuse a tomar la que sería la última fotografía de aquella serie y con la que iba a captar ese reflejo que aquí traigo; fue entonces cuando me percaté que bajo las aguas y muy próximo a la orilla, había una tapa de hierro que cerraba lo que parecía un sumidero cual si de una bañera se tratara. En ese instante, es cuando empecé a sonreír mientras pensaba "¿sí levantara esta tapa igual se iría toda el agua del lago y se quedaría seco?".

 

Desde luego doy casi por sentado que eso no ocurriría y que esa tapa redonda, como de alcantarilla que puede verse en la parte inferior de la imagen, debe ser quizás la zona de entrada de algún tipo de canalización hacia otro punto.

 

Al  final todo quedó en el pensamiento, lo  de hacer el "jaimito", y con lo que desde luego nos quedamos es con la belleza de aquel lugar tan hermoso.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

-Haz “click” sobre cualquier imagen y podrás verla a tamaño completo.




 

Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...