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Mapa de la ruta principal |
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La música para acompañar las fotos y la crónica de hoy puedes escucharla AQUÍ.
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"Cielo, agua y piedra" |
Emprender un viaje siempre es emocionante, los días previos,
los preparativos, la incertidumbre por descubrir lugares nuevos, por saber si nos gustarán
y han merecido la pena visitar, etc, etc, etc.
En este caso era un nuevo viaje pero no a un lugar
desconocido y por ello teníamos asegurado algunas de las cosas anteriormente
citadas; sabíamos que lo que íbamos a ver nos iba a gustar y mucho, por eso repetíamos. Os invito mediante este breve paseo fotográfico descubrir un poquito más de
Normandía o al menos daros
unas pinceladas de dos de las tres subregiones que la conforman.
Hablar del corazón de Normandía no es equivalente en este
caso, a referirse concretamente a un lugar geográficamente centralizado dentro de un territorio, o al menos
yo lo veo así; bajo mi punto de vista el
corazón, entendiendo como tal, lo más destacable de esta región del norte de
Francia, recae sobre unos cientos de kilómetros que son los que
conforman sus costas, abruptas en muchos casos, y por ello de una belleza como
pocas.
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"Un cementerio con vistas" |
Es imprescindible recorrer estos parajes en coche para tener
la libertad de moverte por todas partes sin la dependencia de los transportes
públicos que además en muchos casos, no te permitirían llegar a lugares
recónditos y más alejados de poblados ya
sean ciudades o diminutos pueblos.
Yo he ido con mi coche desde Barcelona en diferentes
ocasiones por esas estrechas carreteras y paralelamente a sus playas y acantilados,
pero también hay otra opción que he puesto en práctica en más de una ocasión y
que es la que yo recomiendo mayoritariamente. Se trata de coger un vuelo hasta París y una vez allí
alquilar un coche para trasladarse desde la capital francesa hasta la costa
Normanda; apenas tienes 200 km que se recorren muy a gusto por muy buena
carretera y disfrutando de bellos paisajes.
En este último viaje apenas hemos estado cuatro días con lo
que nos hemos centrado en recorrer nuevamente sitios que en
muchos casos ya conocemos y es que después de estar media docena de veces
por la zona hay cosas que obviamos y descartamos por nuestros gustos y
considerarlos menos relevantes mientras que otros son de visita obligada, siempre.
Dicho esto, quizás debería comentar que esta crónica es casi
específica de la costa Normanda más que de todo el conjunto de la región y es que a mí, el mar, los acantilados y los
pueblitos costeros es lo que más me interesa y atrae de este territorio francés por ello las tierras de interior quedan relegadas no a un segundo plano sino a un tercero.
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"Casetas de playa" |
El punto inicial del que partirá nuestro recorrido es la
ciudad costera más importante situada al norte de la región,
Dieppe; tanto en el caso de esta ciudad así
como el de la gran mayoría de otros pueblos y ciudades, pasaré de
"puntillas" sin hacer grandes alardes descriptivos puesto que
particularmente soy bastante huidizo de los poblados humanos por pequeños que
estos sean. Pese a esto, todos estos pueblos tienen su encanto y aunque sea en
breve recorrido con el coche, merece la pena recorrerlos.
A partir de Dieppe y en dirección al sur tomamos la
carretera que transcurre paralela a la costa (ahí es donde está lo bueno) y entonces
empezamos a disfrutar del mar y de la denominada Costa del Alalabastro que
se extiende desde Dieppe hasta
Etretat. En ese jalonamiento de la costa
normanda nos topamos con pueblos como: Varengeville-sur-mer,
Saint-Aubin-sur-mer, Veules-les-Roses, St-Valery-en-Caux, Veulettes-sur-mer o
Saint-Pierre-en-port sólo por citar algunos.
El mar tiene aquí un azul intenso que dependiendo de los
días se convierte en un verde esmeralda maravilloso, el trazado de la carretera
costera se sitúa entre la franja de tierra más cercana al mar y la campiña normanda salpicada de granjas,
ganado pastando y diminutos pueblos bellamente ornamentados con parterres,
jardines y flores multicolor.
Debo advertiros que Normandía tiene un clima atlántico
muy parecido al de Galicia y donde
predominan las lluvias en muchas épocas del año, quizás por ello es entre el
final de la primavera y el comienzo del Otoño donde podemos tener ciertas “garantías” de poder encontrar un poco
de sol o al menos tener la suerte de que no llueva, y es que en aquellos parajes
el sol y los días de cielo azul son un bien
bastante escaso.
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"Tormenta sobre acantilados" |
Uno de los aspectos que más me llamó la atención la primera
vez que me adentré en Normandía fue
la belleza de los diminutos pueblos así
como su entorno, como si de un cuento de dibujos animados se tratara todo
parece perfectamente colocado, cuidado, lleno de encanto, de color y de una
pulcritud envidiable. El simple hecho de atravesar esos diminutos pueblos en
coche constituye ya de por sí una experiencia maravillosa. A diferencia de lo
que conozco en lugares más cercanos donde vivo o he vivido, no sólo las parcelas
particulares se encuentran bellamente cuidadas sino que los arcenes,
terraplenes y lugares colindantes con estas carreteras de segunda o tercera categoría están perfectamente adecentados no solo para su uso sino para su disfrute
visual.
Aquí uno no puede, no debe, ir con prisas, debe mimetizarse
con el entorno, con el tiempo, y amoldarse así a un discurrir lento y tranquilo
como muchos de los lugares de campo donde uno puede perderse ya sea en Francia
o en cualquier otro lugar del planeta; siempre he mantenido que en los pueblos la
vida transcurre a velocidad diferente a la de las grandes urbes donde las prisas,
los ruidos y el estrés marcan el principal devenir de las cosas.
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"Un amanecer entre rocas" |
Mi afición por madrugar y ver amanecer no es exclusiva del
lugar donde vivo habitualmente y por ello también busco ese instante mágico en
aquellos lugares donde me desplazo a realizar turismo; Normandía por supuesto
no iba a ser ajena y os aseguro que ver
las primeras luces del día desde alguna de sus playas o acantilados también
tienen un encanto y una sensación
diferentes. Os podía seguir contando cosas que me encanta hacer por esas
tierras del norte galo pero lo mejor es que descubráis por vosotros mismos una
región donde lo que se disfruta son los paisajes por encima de todo. No ir si buscáis
cachondeo nocturno, bullicio y diversiones "típicas" para uno perderse unos días o semanas.
El que desee saber más cosas ya sabe donde escribirme y estaré encantado de ayudarle a realizar una ruta, dar detalles más concretos o simplemente compartir la información y experiencias que tengo de estos lugares.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
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"Movimiento" |
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"Contrastes" |
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"Niños en el agua" |
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"El famoso acantilado de Etretat, de noche" |
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"Nuestra mesa de desayuno" |
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"El pescador" |
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"Unas vistas diferentes" |