Hace unas semanas intercambiaba con un amigo mi parecer
sobre aspectos de ese animal llamado “ser humano”; el enarbolaba la bandera de
creer en un futuro mejor para el mundo y para nuestra especie… yo estaba
diametralmente en el lado opuesto, creo que somos una especie fallida y que
está haciendo todo lo que puede y más por borrar de la faz del universo este
planeta y con ello todas las especies animales y vegetales que lo pueblan.
Una pena pero sinceramente
es lo que creo, estamos malparidos y llenos de infinitos defectos; lo
único que creo que es aprovechable de nosotros es la capacidad artística, quitado
esto poco o nada más, y como lo lamento.
Hemos vivido y seguimos haciéndolo, disfrutando con la
tortura y el escarnio sobre otras especies que viven también en este mundo y que teóricamente tienen los mismos derechos que nosotros para vivir en el planeta.
Pero esta actitud deplorable y
bochornosa hacia los demás queda empequeñecida cuando además de lo anterior, somos capaces de crear
horrores y holocaustos para con nuestros mismos y semejantes individuos…. pero
esto no es de ahora, viene de largo y lo que te rondaré.
La imagen de hoy representa posiblemente el icono de lo que
fue en su día el imperio romano, el “Coliseo”, una obra arquitectónica
realmente grandiosa para la época y con un aforo similar a muchos de los
grandes recintos deportivos de la actualidad.
¿Y para que se usaba el dichoso Coliseo? Pues para
espectáculos donde se mataba y torturaba
animales (“bestias” como gusta decir a muchos); pero además estaba el plato
fuerte que era el de ver combatir hasta la muerte a hombres (y no precisamente
por gusto) los famosos y conocidos
gladiadores.
De todo esto hace más de dos mil años, hemos evolucionado en
tecnología, medicina, en yo que se cuantos campos pero en lo esencial, en
nuestro comportamiento animal para con las otras especies o para con nosotros
mismos, nada de nada es más, diría que hemos involucionado.
Sé que esto no gustará a muchos pero si pudiera desear un futuro
para nuestro planeta sería que igual que en su día desaparecieron los dinosaurios, posiblemente por culpa de algún meteorito, no estaría mal que algo similar nos
sucediera a esta especie denominada homo sapiens, la Tierra se merece algo
mejor que lo que le damos ahora mismo.
Ese futuro no lo veremos nosotros ni las próximas generaciones pero seguro que
dentro de dos mil años más, sí no hemos desaparecido seguiremos igual,
odiándonos, matándonos, torturándonos...... el HOMBRE es así.
Dejando todo esto de lado, esta construcción del gran Coliseo impresiona ciertamente cuando uno se encuentra en sus entrañas y te imaginas la complejidad de su
construcción con la tecnología de entonces y como ha permanecido (como muchos
otros anfiteatros en Europa y África) casi inalterable hasta nuestros días. Eso
es lo que tiene la piedra, es dura, casi como la necedad humana.
Esto es todo, besos y abrazos.
Ger.
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