sábado, 15 de abril de 2023

In memoriam

Una de las consecuencias inherentes a cumplir años y avanzar por la senda de la vida es  que ese camino poco a poco se va acortando, pero hay otros factores que te van avisando de que ese ciclo de la vida no se detiene.

Cuando nos encontramos al inicio de este viaje, las primeras pérdidas cercanas suelen ser (en condiciones normales) la de los abuelos, los de uno mismo y también los de los amigos. Vamos creciendo y entonces uno va observando cómo abandonan este mundo conocidos, familiares y otros de la generación de nuestros padres. Cuando esto sucede de un modo cronológicamente "normal", quizás tomamos ya conciencia de que la próxima generación en "irse" será la nuestra.

Pensar mucho en la muerte no creo que sea ni bueno ni malo, pero sí debería ser un ejercicio que tendríamos que plantearnos de vez en cuando, (yo al menos así lo pienso y hago) para tener conciencia de lo que nos espera y racionalizarlo para que ello no nos genere angustia o miedo. Es más, y hablo desde mi experiencia, con los años creo que ese temor a la muerte va decreciendo ya que de algún modo uno va alcanzando metas y sueños que se van planteando desde nuestro nacimiento. 

Todo esto tiene sentido y lógica cuando la vida y la muerte transcurren por cauces normales, pero cuando esto no es así, entonces queda una sensación de desasosiego, de intranquilidad, de impotencia y de no comprender en sí mismo el sentido de la vida.

Hago está reflexión después de que el pasado sábado fuera a despedirme del hijo de un compañero y amigo antes de que lo sedaran por voluntad propia. Y ayer falleció, un chaval de 30 años al que la vida desde hace unos cuantos meses le puso en su camino una enfermedad  que no ha podido superar y que lo consumía a costa de molestias, dolor y en definitiva sufrimiento, por eso su deseo de no seguir aquí.

 

¿Qué le explica uno a alguien de esa edad, cómo te despides de él? Llevamos en casa unos cuantos días tristes por la situación de esta familia y  con esa sensación extraña que vivimos el fin de semana cuando estuvimos charlando con él mientras nos explicaba con total naturalidad todo lo que había preparado para su adiós. 

 

Y cuando te enfrentas a circunstancias de este tipo u otras similares viene esa eterna pregunta, siempre sin respuesta, ¿Y después de esto qué? Bueno, no hay respuesta certera, nadie ha "regresado" para contarnos que pasa luego. Así que hay quién se refugia en la religión, otros en diferentes creencias pero en definitiva creo que cada uno debe encontrar su propia respuesta a lo que siempre ha sido y será, el mayor miedo del ser humano, la muerte.

Sin embargo creo firmemente que hablar de esto no debería de ser algo tan tabú como lo son también otros aspectos de nuestra existencia y que muchas veces no somos capaces o no sabemos afrontar.

Desde luego, a pesar de nuestra evolución en estos miles de años que llevamos pisando el planeta, hay aspectos en los que seguimos estancados. Quizás ahora mismo mientras seguimos buscando esas respuestas lo que no debemos olvidar es que hasta que no llegue nuestro momento, no hay que dejar de VIVIR y disfrutar.

 

La fotografía está tomada en el cementerio de Montjuic, el más grande y espectacular de la ciudad donde existen infinidad de esculturas, mausoleos y tumbas de una enorme belleza. Lo cierto es que me gusta pasear por los camposantos, supongo que en parte por la tranquilidad que uno encuentra en los mismos. Eso sí, no tengo intención de acabar morando en uno de ellos, como el joven al que iré hoy a dar su último adiós, mi deseo es terminar convertido en cenizas y que las mismas vuelen libremente en los lugares donde se depositen.

 

Feliz día y que nadie se angustie, seguimos aquí con lo que vamos a intentar ser felices.

 

Un recuerdo Didac.

Ger.

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lunes, 20 de marzo de 2023

En aquel recóndito lugar

Mil años, que son muchos años, es la edad que tiene uno de los emblemas de las iglesias románicas que tenemos en este país y en todo el mundo, estoy hablando de la iglesia de Sant Clement de Taüll.

Si hoy en día resulta accesible el llegar hasta el lugar donde se encuentra la misma, el valle de Bohí, no quiero imaginar las penurias para llegar hasta aquí en el siglo XII y levantar esta preciosidad con los medios también de aquella época. 

Dejando de lado el tema religioso que ya sabéis me produce cierta aversión, hay que apreciar todas esas bellezas arquitectónicas, escultóricas y pictóricas que "en nombre" de Dios se han alzado por toda la geografía.

 

En el caso de esta pequeña iglesia, la trascendencia es mucho mayor por la forma de su construcción y donde sobresale su torre de corte muy parecido a las que se alzaban en Italia en esa misma época. Y todo ello en un marco repleto de belleza natural como es la "Vall de Bohí”.

Y así empezamos este martes 7 de Marzo en el que aprovecharé para felicitar a mi tía más joven que hoy está de cumpleaños, felicidades "Pitu".


Ger.

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Historia, religión y arte

Sí ayer felicitaba a los amigos de Andalucía que festejaban su día grande, hoy toca hacer lo propio con los de las Islas Baleares que también celebran el día de su comunidad autónoma.

La imagen de hoy es de hace apenas diez días; ese sábado tomamos rumbo hacia la Cataluña interior y concretamente hacia la capital de la comarca del Bages, Manresa. En mi afán de seguir conociendo los pueblos y ciudades del entorno en el que vivo, había pasado muchas veces por los alrededores de Manresa pero nunca me había parado a pasear por sus calles y conocer de cerca lo más representativo de su patrimonio histórico-cultural.

Hasta ese día desconocía por completo la relación de esta urbe, así como una buena parte de Cataluña, con el militar y religioso Ignacio de Loyola, fundador de la "Compañía de Jesús".

El primer lugar que visita Ignacio al llegar a Cataluña es Montserrat donde permanecerá cuatro días, y tras los cuales pondría rumbo a Manresa, según los estudiosos con fines de cierto retiro y descanso tras la peregrinación, corría el año 1.522. 

 

Uno de los lugares que aproveché para visitar y que es además uno de los más conocidos de Manresa es la "Cueva de San Ignacio", un lugar donde nuestro protagonista de hoy se recluyó para ayunar y rezar además de escribir sus ejercicios espirituales.

Cómo suele ser habitual, alrededor de aquella cueva se acabó construyendo una capilla y un enorme edificio, visitable y que ha quedado como principal símbolo del paso de este personaje por la ciudad.

Una vez puestos en contexto,  me apetecía plasmar una imagen que posiblemente sería la misma que tuvo  Ignacio de Loyola cinco siglos atrás. Se trata de la visión del perfil del macizo de Montserrat desde los quince kilómetros que lo separan de esta cueva donde habitó durante varios meses.

 

En el apartado técnico y para los interesados decir que es una fotografía panorámica compuesta de tres tomas horizontales y realizadas con una lente  70-200 mm de Canon.


Ger.

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El Pedra

Y ya lo tenemos aquí, el ansiado viernes.

Último fin de semana del mes de febrero y listos para abordar el tercer mes del año. Esto último lleva consigo que estemos a punto ya de entrar en la primavera, y con la misma vuelvan a resplandecer primero los brotes verdes en árboles, arbustos y plantas, para luego dar paso a ese mundo maravilloso de las flores.

Y como anticipo de esos verdes aquí va un espectacular ejemplo en esta estampa de la primavera pasada en la que es una de las montañas míticas de Cataluña, el "Pedraforca", que aquí vemos retratado entre ese añil del cielo y toda esa gama de verdes que inundan el paisaje.


Ger.

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martes, 14 de febrero de 2023

Otros paraísos

En nuestro recorrido de la pasada primavera por tierras alemanas y concretamente por esa preciosa región de la Selva Negra, lo habitual era encontrar paisajes como este que hoy traigo hasta aquí.

Cuando uno piensa y escucha hablar de esos lugares denominados "paradisíacos", nos vienen a la cabeza en la mayoría de los casos, aguas turquesas que bañan playas de blanca arena y donde la única vegetación son un puñado de palmeras para hacer sombra y bonito, claro; efectivamente ese puede ser un modelo de paraíso pero yo creo que hay más, y este personalmente a mí me encanta, ver esa casa rodeada por ese manto de coníferas y con ese verde, me parece espectacular, no digamos ya con el acompañamiento de ese cielo cubierto de densas nubes que muy probablemente son portadoras del agua que en forma de lluvia es tan habitual en la zona y que gracias a ello permite mantener esta belleza.


Ger.

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lunes, 13 de febrero de 2023

Los abismos

Buenos días al comienzo de este nuevo día y en este caso también semana. Esta mañana al llegar al trabajo tenía esa temperatura ideal de 0º es decir, ni frío ni calor, je,jeje, pero hoy no hablaré de temperaturas, por delante se presentan días de fiesta y cachondeo como corresponde a los carnavales; y para una gran semana he pensado que la mejor manera era hacerlo con una imagen mayúscula, al menos a lo que a la grandeza del lugar se refiere.

Lógicamente no se trata de una foto actual ya que ahora mismo este rincón probablemente estará cubierto de nieve en gran medida; la de hoy, como tantas veces, es una fotografía que está “reposando” en mi archivo a la espera de que encuentre la ocasión y el día para darla a conocer y que salga a la luz.

 

Se trata de una estampa primaveral de mi querido Parque Nacional de Ordesa y concretamente de un tramo de la faja de Canarellos, uno de los lugares menos frecuentados por los excursionistas que visitan el parque con lo que uno puede disfrutar del paisaje con poca o nula compañía. Este día, detrás de mí venía una pareja que me sirvieron para dar perspectiva a esas enormes paredes de la faja y donde además puede verse al fondo el comienzo de la caída de agua de la cascada de Cotatuero.

 

Muy feliz semana y buen camino.


Ger.

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miércoles, 8 de febrero de 2023

La emoción del tiempo

La de hoy va a ser una entrada un poco más larga de lo habitual, o eso intuyo mientras empiezo a escribir, y es que transmitir en un texto emociones puede ser un poco difícil y yo quiero intentarlo.

Hace unos días ya expliqué que estaba preparando un escrito en el que hablaría de "la emoción de tiempo", pero si no lo desarrollo será complicado que alguien que lea este título, pueda entender el porqué del mismo. Soy yo muy dado a dejar volar mi imaginación en muchas ocasiones, pero otras veces, uno tan solo tiene que cerrar los ojos y dejarse llevar, el resultado puede ser increíble, vamos a por ello.

El último sábado del pasado mes de noviembre de 2.022, teníamos una de esas muchas salidas que realizamos en ocasiones, para conocer pueblos, montañas, bosques o cualquiera de las muchas cosas que suscitan nuestro interés. Ese día íbamos a adentrarnos en la comarca de la Noguera en la Cataluña de interior,  y como siempre que vamos a alguna zona desconocida, buscamos la mayor información posible sobre aspectos y cuestiones que pueden resultar interesantes.

Mientras realizaba esta búsqueda de lugares donde recrear el día, aparecieron en el mapa, dos reductos que nada más verlos, pensé que irremediablemente tendríamos que ir allí, si o si. Sólo ya de pensar lo que nos íbamos a encontrar, me emocioné como un niño, y os pongo en contexto. En la actualidad nos encontramos viviendo en el año dos mil y pico de nuestra “era cristiana” y que puede considerarse un tiempo más que considerable; sin embargo, resulta insignificante si os digo que aquel sábado nosotros íbamos a “retroceder” aproximadamente, 65 millones de años; ahí es nada. 

Estamos hablando de un tiempo y de una época en la que nosotros, el ser humano, todavía no existía, con lo que el simple hecho de imaginarlo ya me parece una pasada. Explico todo esto para poner en contexto la situación de aquella tarde, y es que lo que había visto unos días antes mientras buscaba información de lugares de interés por la zona, descubrí que era posible visitar algunas de las huellas fosilizadas de los que fueron algunos de los últimos dinosaurios de Europa. 

La verdad es que no sabía muy bien que me iba a encontrar, pero entre los muchos pensamientos que rondaban por mi cabeza estaba el de que seguramente esas pisadas en sí mismas ya me iban a impresionar. Y mientras, me impresionaba a mi mismo pensando en la cantidad de catástrofes, guerras, batallas, etc, a las que esos fósiles sobrevivieron. Aquellos grandes pobladores de la tierra no llegaron a convivir con nosotros, y es que los dinosaurios perecieron antes de que alguno de nuestros antepasados empezara a poblar el planeta.

Después de muchos kilómetros llegamos a una explanada y lo cierto es que en ocasiones no estás del todo preparado para imaginarte que es lo que vas a presenciar. Aparece entonces ante ti aquel suelo de gran dureza donde hay oquedades de formas más bien circulares y con dos tamaños bien diferenciados; las circunferencias pequeñas tienen aproximadamente la mitad de diámetro que las grandes. Aquello tenía una explicación, las más grandes corresponderían a las huellas de las extremidades traseras y las pequeñas a las de delante. Y ahí me quedé yo, absorto intentando imaginarme lo increíble que resultaba estar ahí, dentro y sobre esas pisadas de tan enormes animales. Hoy en día los documentales, las películas, etc. nos recrean como debieron ser aquellos animales, los primeros de gran tamaño que poblaron nuestro planeta. Por lo demás, estando ahí, bajo una luz en algunos momentos cálida gracias a los rayos de un sol a punto de desaparecer,  yo me preguntaba de qué modo podía trasladar a las fotografías, el tamaño, la profundidad, etc, de aquellas huellas para haceros partícipes y así tire de lo que tenía más a mano, el móvil y mi pareja.

El resultado ha sido esta selección en la que una de las fotografías es una panorámica de esas montañas bajo la dorada luz del crepúsculo y vista desde el lugar donde se encuentran esas huellas.

No hace falta que te gusten ese mundo de los dinosaurios, simplemente intenta situarte en un lugar con tanta y tanta historia y que en un momento dado tu estés ahí, casi setenta millones de años  te contemplan... no está nada mal ¿verdad?


Ger.

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Vivir con riesgos

E stá claro que uno puede tener una vida "cómoda", adjetivo que por cierto daría para un buen debate si pensamos en lo que esa pal...