Nostalgia;
dícese de un sentimiento de tristeza, mezclado con afecto, cuando alguien
piensa en tiempos felices del pasado. Existen otros sinónimos como podrían ser
la añoranza, melancolía, saudade o una palabra muy familiar y muy de mi tierra,
la morriña.
Dicen que nosotros, los gallegos, tenemos ese sentimiento muy a flor de piel y a ese respecto quizás habría buscarle alguna explicación, y ciertamente la hay. En el periodo que comprende entre los años 1882 y 1935 se fueron de Galicia 1,2 millones de gallegos con rumbo a diferentes países sobre todo de Sudamérica (Cuba, Uruguay, Brasil, Argentina y otros), el número de esos emigrantes gallegos es considerable pero mucho más si tenemos en cuenta que en aquella época la población total en Galicia giraba en torno a los dos millones, hablamos pues de que la mitad de los gallegos abandonaron su tierra en busca de oportunidades.
Lejos de la "tierriña", del lugar que te vio nacer, es ahí donde quizás se pone de manifiesto ese carácter melancólico que nos acompaña desde siempre aunque creo que esto va con cada uno; yo de vez en cuando echo la vista atrás pero solamente para recordar y desde luego no de un modo que me impida vivir con felicidad mi presente. Claro que echo de menos no visitar más a menudo mis orígenes y donde me desarrollé como hombre, pero fui yo y nadie más quien decidió abandonar mi cómoda vida y lanzarme a la aventura, pero claro tenía un buen aliciente, el amor de una mujer.
A estas alturas
creo más en la morriña hacia las personas y no hacia un lugar o lugares concretos y por ese
motivo ese sentimiento no desaparecerá nunca
de mi ya que tengo repartidos por una amplia geografía, a seres muy
queridos. Todo esto de la nostalgia viene
a cuento de la fotografía de hoy, un trocito
de Normandía, una región de la que siempre estuve enamorado sin conocerla, y que a raíz de mi primera visita ese
sentimiento se ratificó por completo. Después de estar ya tantas veces en dicha región francesa,
ahora estoy en un periodo en el que hace ya bastantes años sin volver y lo echo
de menos aunque sepa que allí…. siempre volveré.
Esta es una larga exposición frente unos acantilados de la Costa del Alabastro y con la localidad de Fecamp al fondo.
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