Diferente porque es una entrada conjunta con mi gran amigo y gran fotógrafo, Guillermo, poseedor de un blog fantástico y precioso cuyo título lo dice todo y el cual os aconsejo visitar, "La Luz del Tiempo". Resulta que además en dicho blog y en el día de hoy, Guillermo mostrará una entrada con estas mismas fotos que se ven aquí pero con su punto de vista.
La colaboración con Guillermo se debe entre otras cosas por ser él quién me llevó de excursión para enseñarme tan espectacular lugar, y fruto de ello en esta entrada vereis fotos mías pero también suyas.
Nos vamos a mover por tierras galaicas por lo que he escogido una música que a mi me parece apropiada para tener como fondo mientras se lee este paseo en forma de texto y fotografías que os hemos preparado, únicamente tenéis que hacer click, AQUÍ.
***
La niebla y los rayos del sol nos proporcionaron una luz maravillosa |
En ocasiones es curioso como todo aquello que tenemos más cerca resulta ser un gran desconocido por tener las miras en objetivos o lugares más lejanos… eso es lo que me ha sucedido a mi hace unas semanas con un paraje de belleza inusual que a pesar de encontrarse en Galicia, desconocía por completo. Ha tenido que ser de la mano de un gran fotógrafo y mejor amigo, Guillermo, un coruñés de “pro” quien hizo de “Cicerone” para enseñarme tan bello lugar.
Nuestra excursión en pleno otoño y en un día laborable apuntaba a que sería tranquila y sin apenas otros excursionistas con los que encontrarnos… y así resultó.
Partiendo desde Coruña ciudad, el paseo en coche ya resulta agradable hasta la llegada a la localidad de Pontedeume (también desconocida por mi); no conocía la zona pero si entornos parecidos ya que así son la gran mayoría de las Rías Gallegas, desembocaduras de ríos en zonas donde la fluctuación de las mareas origina paisajes diferentes y todo ello rodeado de verdes campos, bosques y “poblados humanos”.
Guillermo "cazando" rayos que penetran la frondosa vegetación |
La primera impresión al llegar al centro de interpretación de “As Fragas” es de calma, sosiego y como si el tiempo se hubieses parado. Ni que decir tiene que las condiciones climatológicas parecían haberse aliado con nosotros, era una mañana fresca otoñal con mucha humedad y además envuelto con la magia de un banco de niebla que se iba moviendo a lo largo del cauce del río y con el que estábamos maravillados por la luz preciosa que filtraba y que para dos cazadores de imágenes como nosotros podía resultar una aliada inmejorable a la hora de conseguir bellas fotografías.
Después de dejarnos aconsejar en el centro de información sobre que ruta podíamos hacer durante aquella mañana, proseguimos carretera arriba paralelos al río Eume y pronto vislumbramos que la ruta no iba a ser muy larga en kilómetros (je,je), apenas recorríamos cien metros con el coche nos parábamos unas veces en una diminuta cuneta otras en medio de la pista de asfalto (el tráfico era nulo salvo por un camión que estaba junto a unos operarios intentando parchear el maltrecho asfalto de una de esas pistas que se encuentran en el parque natural) para fotografiar un reflejo en el río, una tela de araña o como la niebla y la humedad envolvía árboles y rincones con un encanto singular.
Guiller, tengo entendido que hay una leyenda sobre este lugar y el río Eume, ¿No la conocerás por casualidad?
"Cuenta la leyenda que tres fuentes se crearon al mismo tiempo en la sierra de O Xistral a las que Dios prometió la vida de un hombre cada año, pero solo a aquella que primero alcanzase el mar. Las tres fuentes, que a la postre se convertirían en los ríos Masma, Landro y Eume, comenzaron su recorrido juntas hacia el mar con el pacto de alcanzarlo al mismo tiempo. Las tres fuentes se cansaron por el camino y acordaron parar a descansar. La primera fuente despertó y, en silencio, prosiguió su camino hacia el mar sin avisar a las demás. Despertó la segunda y, percatándose de la traición de la primera, inició su marcha. El Eume, al despertar y comprobar que las otras dos ya había partido, enfurecido y embravecido, incrementó su marcha para, atravesando montes, creando valles y saltos, llegar al mar el primero y relegar a los otros dos a simples afluentes. Hasta la construcción de las presas todos los años se llevaba al menos la vida de un hombre."
Una bellísima toma de larga exposición |
- Cuando sales a realizar fotografías con alguien a quien conoces bien y con quien tienes confianza absoluta, sabes que sobran muchas cosas, no hay “obligaciones” en determinadas formas o comportamientos; unas veces comentábamos sobre algún aspecto técnico fotográfico, otras sobre la belleza del lugar y en otras muchas, el silencio era nuestro aliado mientras cada uno observaba a través del visor de su cámara, escogía encuadres y de algún modo se camuflaba en el entorno. Sobraban las palabras y con apenas una mirada teníamos suficiente para saber que podíamos continuar nuestra marcha sin necesidad de decir nada, lo cual es una sensación fantástica de perfecta amalgama con otra persona y que salvo con la pareja cuesta encontrar.
Dicho esto poco más que decir salvo que todo aquel que pueda o tenga la posibilidad, se acerque a este paraje maravilloso donde la paz sólo se ve alterada por el discurrir del agua en los rápidos o pequeñas cascadas que a lo largo del parque pueden observarse y oírse.
A propósito, uno de los enclaves de visita obligado es el de un Monasterio recientemente rehabilitado del que Guillermo también tiene algo que contarnos...
"Situado en un montículo rocoso entre los ríos Eume y Sesín, en el medio de las Fragas do Eume, se encuentra el Monasterio de Caaveiro. Data del siglo X, cuando acogió a un grupo de anacoretas benedictinos. Su principal impulsor fue San Rosendo de quien dice la leyenda que que lanzó su anillo episcopal al río tras maldecir la creación de Dios un día de mal tiempo invernal. 7 años después el cocinero del monasterio, maravillado, descubrió el anillo del Santo en el estómago de un salmón; momento en el que consideró expiadas sus culpas.
Por cierto, una curiosida;, aquí se encuentra la mayor colonia de quirópteros de Galicia, incluso se ha descubierto alguna especie nueva."
Muchísimas gracias, por toda esta valiosa e interesante información así como por el regalo de haberme traido a tan bello lugar.
El bello monasterio de Caaveiro |
Sin duda la atmósfera que puede captarse en estos bosques podría ilustrar perfectamente la parte más mágica de lo que es el ambiente gallego, no porque otros lugares no puedan hacerlo, sino porque en este paraje puede palparse ese halo de misterio que de algún modo siempre ha ido de la mano de esta región del noroeste de la península ibérica; desde los antiguos Celtas hasta épocas medievales y muchas otras; los ritos tribales, las meigas… han conferido siempre a los gallegos una manera de ser muy propia.
Disfrutar de este lugar y espero que también de esta selección de imágenes tomadas por mi amigo Guillermo y otras por un servidor.
En el interior del monasterio |
Un clásico de la vegetación gallega, el Helecho |
El río Eume, bravo e intrépido |
La humedad se palpa en todo momento |
El agua, siempre protagonista |
La vegetación exuberante lo envuelve todo |
No hay comentarios:
Publicar un comentario