El mar, siempre el mar....
Ahí parece ser que surgió todo, la VIDA. En esos mares y océanos encontramos animales bellos, feroces, diminutos, simpáticos, hermosos, espectaculares... en fin, toda una variedad.
Pero si hay uno como pocos que goza, de la admiración, de la simpatía y de la ternura de nosotros ese es otro mamífero que en el agua se mueve con una destreza, agilidad y plasticidad increíble, me estoy refiriendo a los delfines.
Algo que se me quedará grabado para toda mi vida fue ver como me miraban mientras jugaban, saltaban se zambullían y volvían a salir a la superficie durante un fin de semana que pasé a bordo de un catamarán precisamente para eso, para avistarlos y verlos de cerca.
Esa mirada de complicidad que vi en sus ojos en pleno mar abierto me hizo estremecer y sentir como pocas veces, esa comunión que siempre debería existir entre nosotros y el resto de animales que conviven en nuestro mismo entorno.
Esta que os traigo es un momento de una de aquellas zambullidas de estos acróbatas del agua; una delicia para los ojos y para el espíritu.
Besos y abrazos.
Ger.
ISO 320 70 mm f/ 2,8 1/ 6400 seg. Sin trípode |
Aaaainssss q bonito,.dan ganas de zambullirse con el. Un besooooii. Olga. :)
ResponderEliminarBonita foto y, como siempre, gran narración. Un abrazo.
ResponderEliminarBonita foto y, como siempre, gran narración. Un abrazo.
ResponderEliminarRecuerdo que me contaste la experiencia. El entusiasmo y emoción con la que revivías cada momento, me hacía disfrutar a mi como si hubiese estado contigo en el catamarán. Qui lo sá ??? Podría ser posible.
ResponderEliminarUn abrazo