Nunca he sentido atracción por aprender otros idiomas, me defiendo con el español y un poquito también con aquellos con los que por diferentes circunstancias he tenido más contacto, llámense gallego, catalán, italiano y un poquito de inglés.
Sin embargo el alemán me resulta lejano y es que lo encuentro un poco "durillo" en todos los sentidos y salvo tres o cuatro palabras no tengo más conocimiento del mismo por eso cuando escucho una nueva palabra intento averiguar su significado para ver que me transmite y como lo interpreta mi cerebro.
El término en este caso es el de "Lauterbrunnen"; si, es posible que este vocablo le diga muchas cosas a más de uno y es que se trata del nombre de uno de los pueblos más bonitos de Suiza. Pero el nombre adoptado por la localidad no es gratuito, el mismo en alemán significa algo así como "fuentes ruidosas", y así es, en este pueblecito de cuento se contabilizan hasta 72 saltos de agua, alguno de los cuales de una altura más que considerable.
La verdad es que el lugar no lo explotamos demasiado, turísticamente hablando, nuestro paso fue bastante fugaz para todo lo que ofrece este valle, pero eso quedará para una próxima visita. El caso es que me apetecía llevarme algún recuerdo fotográfico de una de esos saltos de agua y en el mismo pueblo ya tiene uno la posibilidad de inmortalizar el que es uno de los más espectaculares por la altura del mismo. Pero que sucede, pues lo de siempre, además de la luz, a "horas normales" siempre hay gente en los lugares más emblemáticos, pero eso no supone un problema sí duermes cerca del lugar ¿no?
Ese día hacíamos noche en Interlaken apenas a 13 kilómetros de este pueblo así que madrugué problema resuelto. Llegué a Lauterbrunnen con las primeras luces reflejadas en las nieves de esas cumbre prodigiosas que sirven de guardianes a estos valles de los Alpes. Sin autobuses de turistas y únicamente con la compañía de un par de autocaravanas, me explayé a gusto para tomar esta imagen cuando el sol asomaba por lo alto de las montañas y mientras la banda sonora la ponía toda esa agua en caída libre.
Impresionante manera de comenzar aquel día pero mucho más impresionante el lugar, una maravilla para los sentidos, especialmente para la vista.
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