Este sábado pasado nos fuimos al encuentro con la historia y no precisamente muy reciente. Después de visitar uno de los lugares que teníamos programados nos fuimos ya sobre la marcha, en busca de nuevas “aventuras”.
Todo vino por un banco de niebla que vimos a lo lejos y que en muchas ocasiones da mucho juego a nivel fotográfico y de este modo nos fuimos en busca de la carretera que nos llevara hasta él.
Una vez llegamos a la zona, nos dejamos llevar por un cartel que indicaba la cercanía de un poblado de nombre Guardia de Noguera y desde allí enlazamos con otro que señalaba la existencia de una colegiata y un castillo.
Y que bien seguir las indicaciones de aquellos carteles ya que descubrimos dos edificios con más de mil años de historia a sus espaldas y con un estado de conservación más que notable.
Era ya casi mediodía así que llegamos todavía a tiempo de visitar la colegiata y tener la fortuna de que una guía nos explicara en solitario y de manera pormenorizada, como se conservaron y reprodujeron con posterioridad las pinturas del ábside. Una auténtica pasada lo que se hizo en este lugar y un ejemplo magnífico de cómo aplicar la tecnología más moderna en aras de preservar semejantes muestras de arte.
A donde no llegamos a tiempo fue a visitar el castillo por su interior ya que el mismo se encontraba cerrado, pero si pudimos recorrer por el exterior su perímetro. Es este castillo de estilo románico del que se encuentra ya documentación en el año 969, un ejemplo de las edificaciones fortificadas de los condados catalanes.
Así pues, apenas a media hora de la localidad ilerdense de Tremp, el castillo y la colegiata de Mur bien merecen una visita sí uno se encuentra por el lugar.
Aquí os dejo una vista que tomé este sábado del exterior del castillo y en la que se puede ver en primera instancia, una parte de la torre del homenaje.
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