Uno de los pueblos que más me gustó de los que visitamos este verano en la isla de Sao Miguel fue el de Mosteiros. En dos ocasiones paramos en esta localidad situada en el noroeste de la isla, la primera vez fuimos a conocerla como parte de la ruta que llevábamos programada para aquella jornada y también aprovechamos para degustar un plato típico del lugar, el pulpo guisado y que por cierto estaba delicioso.
Tras la primera visita ya sabíamos que volveríamos en este caso por un especial interés mío, y es que hay unos farallones orientados hacia el oeste en la playa del pueblo, donde quizás en una tarde propicia podríamos disfrutar de una bonita puesta de sol.
No se dieron las mejores condiciones pero aun así algo decente se pudo aprovechar, y es esta imagen que hoy traigo hasta aquí.
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