jueves, 8 de enero de 2015

Otro año, el mismo propósito...



Este post requiere una música acorde con lo que pretendo contar, con sentimiento y directa al corazón; para escucharla haz click,  "AQUÍ".


Pequeña representación de mi GENTE
Al llegar un nuevo año, todo el mundo o al menos mucha gente se plantea nuevos propósitos lo cual me parece muy loable, sobre todo si se tiene voluntad de cumplirlos realmente.


Yo no me planteo ningún propósito en particular  salvo uno que considero primordial el cumplirlo a rajatabla, siempre, y durante todos los años que viva; ese propósito es cuidar, mimar y hacer todo lo posible por ese nutrido grupo de personas que forman lo que a mí me gusta denomina “Mi Gente”.


Todos los años, por suerte, ese círculo de seres a los que de uno u otro modo quiero, se va ampliando  y eso me reconforta; durante este pasado 2014 conocí a nuevas personas y entre todas ellas he conseguido que con un pequeño grupo de ellas que no superan la media docena, se establezca ya esa "conexión" especial, con la que, la química del ser humano establece relaciones de amistad, afecto y cariño.


Pero esto es solo el punto de partida, una vez que se concreta ese nexo, es preciso llevar a cabo  una labor continua para alimentar y mimar esas relaciones con los demás; creo firmemente que a los seres queridos hay que alimentarlos y protegerlos como ese gran  tesoro irreemplazable que son.


Por desgracia, me consta y también lo he sufrido en mis carnes, que hay mucha gente que da por sentado que una amistad una vez comenzada puede quedarse ahí, inerte, sin fomentarla aunque sea tan solo con una llamada de teléfono, un detalle, un mensaje... igual a otros le funciona, a mí particularmente no, y es por eso que me gusta cuando ofrezco algo que quién lo reciba sepa que es de manera sincera y de corazón, de lo contrario prefiero permanecer al margen.

Vosotros, los míos, sois, lo que más me importa y merece más la pena así que mi propósito para este año será seguir siendo feliz con vosotros y haceros felices.

Y a los que todavía no son de mi círculo y puedan llegar, bienvenidos sean. 
Besos y abrazos.


Ger.

viernes, 26 de diciembre de 2014

"Esperando a la vida..."

La música que he elegido para la lectura de esta entrada puedes escucharla haciendo click, "aquí".

De todos vosotros es conocido, o al menos de los que me siguen con asiduidad, mi poca atracción hacia lo que a fotografiar gente se refiere; no me llama, no me gustaba y sigue sin gustarme pero.... he encontrado dos vertientes del retrato que hace algún tiempo que está despertando en mi el interés de trabajar con personas.
Una de esas vertientes es la de la mujeres embarazadas y la otra.......  de la otra ya hablaré más adelante, cuando sea pertinente (supongo que a principios de este próximo año).

Fotográficamente hablando y dentro del terreno técnico,  uno de los retos que se me planteaban últimamente era el  trabajar con  flash y en esta ocasión se me ponía a "tiro"  el hacer ambas cosas, fotografiar con flash y además a una embarazada,  ¡¡¡buffff!!!

"Los futuros papás, radiantes"
Respecto a lo de retratar a mujeres en gestación,  siempre he creído que si ya de por si el cuerpo de una mujer es  precioso, cuando está en ese estado de  “buena esperanza”, su cuerpo se presta todavía más a explorar su redondas y bellas formas. 

Y así fue como María José y Gustavo,  unos amigos "embarazados" de 8 meses y además de mellizas, me pidieron que les hiciera algunas fotos para tener  un recuerdo de esos momentos y semanas previos a ser “papás”;  y así surgió esa posibilidad de trabajar en un terreno, árido para un servidor, además del añadido de la luz artificial, que para aquellos que no tengan, como yo experiencia, es otro mundo dentro de la propia fotografía.

La sesión la llevamos a cabo en casa de estos amigos y comenzamos al mediodía sobre las 13:00; tras una parada para comer, proseguimos un poco más por la tarde hasta bien entrada la noche. El tiempo se me pasó volando.

Tuve buenas sensaciones desde el principio lo cual no evito de todas formas, que sudara (literalmente)  de lo lindo durante toda la sesión; supongo que a ello contribuyó la inexperiencia, el moverme entre paredes y un espacio pequeño acotado por paredes para hacer fotos cuando estoy acostumbrado a los espacios abiertos del campo y la montaña..... y no nos engañemos, tenía mi propia autopresión por la responsabilidad de querer hacer algo digno y  que la pareja tuviera al menos un puñado de fotografías "decentes",  que les pudiera recordar toda la vida, estos instantes que ahora están viviendo.

Ellos me lo pusieron fácil y me ayudaron mucho, parecía que estuvieran acostumbrados a que les hicieran fotos con asiduidad; se mostraban naturales y más que posar, salvo en momentos muy concretos, actuaban con la naturalidad que les permitía el hecho de estar en su casa, con sus cosas, con su ropa y en su ambiente.

Yo les iba proponiendo cosas y ellos también hacían lo propio en ocasiones, y de tan buena armonía han salido un puñado de fotos de las que aquí os dejo un pequeño resumen. 

Son guapos y fotogénicos lo cual ayuda a que las imágenes ganen en atractivo pero además en sus caras, en sus ojos comprobé un estado de felicidad, alegría, de dicha supongo que propia de quien espera esas nuevas vidas que hacen que la de uno cambie para siempre.

Mi conclusión es que para ser la primera vez estoy bastante satisfecho de cómo han salido las cosas, pero también soy consciente de que debo mejorar mucho y pulir diferentes aspectos en sesiones de este tipo, y por ello aprovecho la ocasión para deciros a las futuras mamás que si alguna quiere un recuerdo parecido a esto que aquí os muestro, estaré encantado de retrataros.

Y ahora os dejo con las imágenes, ya sabéis, pinchar sobre ellas y se harán más grandes.

Besos y abrazos.
Ger.



































lunes, 24 de noviembre de 2014

"Los colores del bosque"

Hace apenas unos días, con toda la alevosía y premeditación que puede tenerse, me fui a pasar un fin de semana al Valle de Arán, el objetivo lo tenía claro, empaparme del otoño en la alta montaña. Y ya lo creo que me empapé, todo allí era un frenesí de color, de tonos, de una gama de verdes, amarillos, rojos, naranjas y marrones que no se acababa y que sería el sueño de cualquier pintor para tenerlos en su paleta.

Hice bastantes fotos pero finalmente siempre hay que hacer una criba y tras dicha selección  me quedaría con apenas un puñado de ellas cada una por un motivo diferente y ya sí tengo que afinar mucho más, la que aquí os dejo es mi favorita.
Además de ese colorido suave, su visión me transmite tranquilidad, sosiego y al mismo tiempo evoca en mi mente muchas escenas paisajísticas que desde niño he visto en libros y lienzos colgados en casas donde los mismos cumplían su trivial función de dar un “toque” diferente a un salón o una sala de estar.


Aquí está la imagen, el título es obvio creo, espero que os guste este mosaico de colores que de cuando en cuando nos regala la naturaleza.

Pinchar sobre la imagen y podréis verla más grande.



Besos y abrazos.

Ger.



ISO 100    70 mm      f/ 2,8       1/ 320 seg.      Sin  trípode

viernes, 7 de noviembre de 2014

El príncipe de los faros...

Los miles de kilómetros de costa que tiene nuestro país hacen que sean abundantes los faros, alzados a lo largo de los siglos para preservar la vida de todos aquellos que deciden surcar los mares.

Menos los insulares, conozco todo el territorio de nuestras costas peninsulares y de entre todos esos faros que la jalonan me quedo, sin dudarlo un instante, con esta maravilla.

Hay otros faros muy hermosos, algunos inclusive auténticos iconos como el de la Torre de Hércules, pero mi preferido es el de esta imagen que hoy os dejo.
Se trata del faro de Cabo Vilan  en plena “Costa da morte”  y al que se une además de la belleza del faro en sí, la de todo ese tramo de costa que para un servidor pasa por ser la más auténtica y bella de mi querida Galicia.

Os diré sólo a modo anecdótico que mis allegados saben por expreso deseo mío que este rincón será uno de los tres donde quiero que depositen parte de mis cenizas cuando yo me “vaya”.


Disfrutar de semejante belleza y sí alguna vez os encontráis cerca de Camariñas o de cualquier otro lugar no muy lejano, ir hacerle una visita a este “salvavidas” que cuenta entre su bagaje la de haber sido el primer faro eléctrico de todo el territorio español.

Besos y abrazos.
Ger.




ISO 100    70 mm      f/ 9,0       1/ 100 seg.      Sin  trípode

jueves, 6 de noviembre de 2014

"Agua y contraluz"


Justo delante del precioso y majestuoso ayuntamiento de Amberes se encuentra una bonita plaza donde se erige este formidable conjunto escultórico que a su vez es una fuente.


Y cuando uno juega con el sol y la luz el resultado puede ser el que aquí os muestro.
Besos y abrazos.

Ger.




ISO 125
    10 mm      f/ 3,5       1/ 3200 seg.      Sin  trípode

lunes, 3 de noviembre de 2014

Liguria, un pasado con esplendor...

Una buena música para el post de hoy me ha parecido que podía ser la de AQUÍ.

La  ruta


Normalmente cuando os cuento mis excursiones y viajes
es para compartirlas con el fin de daros a conocer lugares que os puedan inspirar ir a conocerlos en primera persona y/o también para enseñarlos a todos aquellos que por circunstancias, quizás no puedan verlos nunca por sí mismos.

Cervo
Os digo esto porque curiosamente hoy os daré algunas pistas sobre una zona que acabo de visitar recientemente y debo decir que no me ha gustado, por lo que mi sugerencia es que no perdáis nunca vuestro tiempo en ir a verla, pero, pero, pero.... también opino que todos debemos conocer de primera mano las cosas para dar una opinión fidedigna; quiero decir con esto que quizás el que a mí no me haya gustado no significa que a otra persona si le guste.

Bueno pues la cosa es que hace unas semanas decidimos ir a  conocer la "Riviera Italiana" entre otros lugares del país transalpino y que queréis que os diga, me desencantó bastante en general.
Salimos de Barcelona a medio día con la firme intención de hacer noche en San Remo, y así fue. Lo primero que debo deciros es que transitar por la autopista del sur de Francia y de entrada en Italia, es una sangría continua, vaya "palos" que te meten en los peajes. Sin embargo y todo hay que decirlo,  creo poder entender lo de esos peajes y es que dada la orografía del terreno, la construcción de dicha vía rápida es una obra faraónica y de ahí los gastos que comporta y que posteriormente tienen que ser recaudados.

Una franja del litoral
San Remo, por donde pasamos transitamos el después de haber hecho noche,  muestra la decadencia de una ciudad con un pasado glorioso pero que ahora se muestra en un visible abandono. Su célebre festival de la canción así como las plantaciones de flores ornamentales, son los aspectos principales por las que uno se acuerda todavía de este pueblo grande o ciudad pequeña (según se vea), situada en  la primera de las provincias de la Liguria, concretamente Imperia.
Nuestro destino era llegar a la provincia de la Spezia pero no haciéndolo por  autopista sino por el contorno de la costa y así de paso ver los pueblitos que la jalonan.


Sinceramente no me llamaron mucho la atención salvo dos o tres; uno de ellos en la misma provincia de Imperia, un pueblo precioso situado al lado mismo de la carretera y que responde al nombre de Cervo: situado en lo alto de un pequeño montículo y pegado casi al mar lo más destacable del mismo es el conjunto que forman las casitas de colores que rodean la iglesia cuyo protagonismo queda evidenciado al sobresalir su campanario por encima de las demás edificaciones.

El habitual colorido de las edificaciones
Hacer una fotografía bonita del pueblo me costó un poco por culpa de que la mejor visión estaba justo en medio de la carretera que pasa al lado y claro, tenía que ponerme en medio de la misma para disparar, eso sí, estando pendiente de los vehículos que circulaban en los dos sentidos.
Después de pasar por Cervo y también por Savona, ciudad que da nombre a la siguiente provincia, nos dirigimos a Génova donde allí tenía una curiosidad por satisfacer, subirme a la "linterna" un majestuoso faro visible desde casi todos los puntos de la ciudad y ubicado en pleno puerto. Pero esa era la idea, después de llevar media hora en la ciudad decidimos alejarnos de allí como alma que lleva el diablo... que desastre de urbe; sucia, ruidosa, medio desmantelada y caótica.... se nos quitaron las ganas de permanecer allí mucho más tiempo con lo que renuncié a la subida al faro y a ver cualquier otra cosa en aquella ciudad que se vanagloria de tener el principal puerto de Italia.

La excursión la proseguimos ya hacia el sur en busca de algo más de relax y de orden; y así fue tal y como presumíamos. Nos aproximábamos a una franja costera de gran renombre turístico y donde se encuentran pueblos como Rapallo, Sana Margarita y sobre todo Portofino. Allí por fin pudimos “lavar” la vista con rincones agradables y tranquilos (también es cierto que gracias a que ya no era temporada alta) pero independientemente de esto, reinaba el gusto y cierto “caché” en el ambiente.
Mansiones entre pinos y junto al mar

Una pequeña mención también para algo que no por ya saberlo, deja de parecerme surrealista y gravoso, me refiero a lo de la privacidad de gran parte del litoral italiano. En un país como el nuestro con tantos miles de kilómetros costeros resulta impensable que tengas que pagar por pisar una franja de playa, pero en la "bota" no, y parece estar bastante asumido; es como sí te cobraran también por ir a pasear a la montaña. Pero vamos a ver,  ¿de quién es el litoral, las montañas, los lagos, las tierras, los mares, de este planeta?

No puedo decir más que me parece reprochable  que se comercie de ese modo con los entornos naturales.



A falta de playa cualquier lugar sirve para tomar el sol




Besos y abrazos.

Ger.

viernes, 17 de octubre de 2014

Mi querido Verdi...

Cartel callejero
La música para acompañar la entrada de hoy me ha resultado difícil elegirla, no por no tener claro que quería que se escuchara de fondo sino simplemente por tener que "deshojar" la margarita entre tantas maravillas compuestas por él....  al final me he decidido y esto es lo que os ofrezco, pinchar AQUÍ.

En el día de hoy  se cumplen dos siglos, un año, y una semana, del nacimiento del que para mí y otros muchos ha sido el más grande compositor de óperas, Giuseppe Verdi.

Desde mis años infantiles en que descubrí mi pasión por la lírica enseguida me quedé entusiasmado por la figura de Verdi y sobre todo por la fuerza y pasión de toda su obra; ello me llevó a ir recopilando biografías, documentos…  amén por su puesto de diferentes grabaciones de muchas de sus obras.

La admiración, así como el conocimiento, han ido creciendo con los años y hacía tiempo ya que tenía el empeño y la ilusión, ¡¡una gran ilusión!! de visitar tierras Verdianas. Pues bien, hace apenas un par de semanas, ese sueño se hizo realidad cuando con la excusa de conocer la Liguria y especialmente la zona de "Cinque Terre", decidimos pasar un día en la patria chica de Verdi.

Lo primero fue acercarnos a Parma donde además de conocer su centro histórico estaba previsto ir a conocer el Teatro Regio de dicha ciudad y que pasa por ser uno de los más exigentes, por parte de su entendido público, con los cantantes líricos que pisan su escenario, y es que sí algo representa a los parmesanos es su amor y gran conocimiento de la música.

Merche y Leo charlando
Nos dirigimos al teatro para su visita a la hora que estaba marcada su apertura al público y de entrada nos encontramos con una desagradable sorpresa que por suerte, después quedaría en nada.

Una mujer que estaba en una ventanilla de localidades nos indicó que nos acercáramos a una puerta allí cercana, donde nos indicarían como proceder a la visita del edificio; allí permanecíamos hasta que un hombre mayor que luego supimos que respondía al nombre de "Leo" se acercó desde el otro lado de la puerta y nos preguntó  - ¿que queríamos? Ante nuestra respuesta su comentario fue que ese día el teatro no se podía visitar por estar haciéndose pruebas sobre el escenario.

El "foyer" del Teatro Regio
No sé si fue nuestra cara de decepción o la magia que se produce  cuando hay empatía entre aquellos que amamos la música... que entonces nos dijo (todo ello en italiano)  "bueno, pasar cinco minutos". Pero no fueron cinco minutos, que va, fue una media hora larga ya que fue decirle a Leo que veníamos de Barcelona (donde él había llegado a trabajar en alguna ocasión en el Liceo) y sobre todo mi veneración por Alfredo Kraus... y al momento nos soltó una clase magistral de historia, acerca del teatro, con todo lujo de detalles.
El hombre más cerca de los setenta que no de los sesenta, hablaba con una dulzura y una riqueza propia de quien tiene un amplio bagaje a sus espaldas como lo dan esas siete décadas de vida. Allí permanecimos, en el "foyer" del teatro hablando durante esa media hora, intercambiando impresiones e incluso nos regaló un libro sobre la vida musical de Parma.
Mis biografías de Verdi

¡¡Vaya comienzo de día más fantástico!!

Siguiente destino "Le Roncole", la aldea donde nació Verdi y que pertenece al municipio de Busseto. Allí, lo que queda, es la casa donde el músico, hijo de Carlo y de Luisa, vino al mundo y en la cual los Verdi vivían regentando una ostería y la madre además se dedicaba a tejer.
La casa se ha mantenido prácticamente con la estructura original y hace unas pocas semanas se concluyeron unos trabajos de restauración que le han dejado la cara limpia. Frente a la entrada principal está un busto que se levanto a principios del siglo XX, poco que ver allí salvo la iglesia que apenas dista doscientos metros de la casa y donde Verdi llegaría a tocar el órgano siendo todavía un niño.

Continuamos hacia  Busseto; ya desde buena mañana noto en mi interior emociones y sensaciones de placer ante la inminente posibilidad de ver en primera persona todo estos lugares, dejando volar mi imaginación y retrocediendo en el tiempo dos siglos atrás para soñar con los acontecimientos que allí sucedieron y pensar en las andanzas del niño y del joven Verdi antes de que con la ayuda de su suegro, amigo y benefactor,  Antonio Barezzi pudiera ir a Milán a completar sus estudios con el maestro Lavigna.

Aquí empezó todo; Casa natal de Verdi en  Le Roncole
De Busetto lo más destacable es la plaza que hoy en día lleva el nombre del compositor y el palacio de Rocca Pallavicino, frente a este palacio y al otro lado de la plaza se encuentra la casa de los Barezzi que además era el almacén de un reputado comerciante como lo era su gerente, el ya mencionado Antonio.

Salimos de Busseto al mediodía en plena jornada de mercadillo y cuando los vendedores ambulantes, sobre todo de fruta y de productos de la zona, estaban recogiendo ya; la idea era ir dirección a la casa por antonomasia de Verdi, Sant'Agata,  donde el músico viviría sus años de madurez junto a su segunda esposa Giuseppina Strepponi.

Interior de la casa natal
Hasta las 16:00  que era la hora a la que se podía acceder a la villa, aprovechamos para hacer un picnic a pocos kilómetros, entre árboles y los campos de labranza de aquellas llanuras del río Po.

Estaba expectante por encontrarme en Sant'Agata, entre aquellas paredes donde se gestaron algunas de las obras más sublimes de la carrera de Verdi, y de la lírica en general.
La visita, que era guiada, resultó muy amena y además muy tranquila ya que éramos un pequeño grupo de ocho personas lo cual permitía escuchar relativamente claro, las explicaciones de nuestra guía. Para mi desgracia, tan solo estaba permitido hacer fotografías en las zonas exteriores de la casa pero no dentro de las dependencias que visitamos; una pena ya que me hubiera gustado dejar plasmados pequeños detalles... se han quedado en mi retina.

En la plaza que lleva su nombre en Busetto
La zona edificada es tremendamente grande y a lo largo de los años Verdi fue ampliando la edificación original. Ni mucho menos vimos toda la casa, tan solo lo que los herederos y dueños actuales permiten al público, entiéndase la habitación y vestidor de Giuseppina, la habitación de Verdi, su estudio, y la habitación donde falleció Verdi en el Gran Hotel de Milán y que fue trasladada a la Casa Museo de Verdi por excelencia.
En la parte trasera pudimos contemplar la colección de carruajes de Verdi cual si hoy en día cualquier adinerado tuviera en el garaje seis o siete coches.

Cruce de caminos
Si la vivienda es enorme, la finca y los jardines que la rodean no lo son menos; a Verdi le gustaba la botánica y así a lo largo de los años fue recopilando diferentes especies de árboles y arbustos de todo el mundo que plantaba en su jardín y que hoy lucen exuberantes en todo su esplendor; merece una mención especial, un ficus de dimensiones inauditas por el tamaño del mismo. Ese frondoso bosque y jardín transcurre mientras se pasea por un sendero que cruza el mismo y donde también es posible ver un pequeño lago.
En resumen, un entorno casi idílico para vivir aislado y con los pies bien enraizados en la tierra, como a Verdi le gustaba, pues no en vano siempre fue fiel a sus orígenes humildes y ligados a la tierra.

Y así, después de algo más de una hora, finalizó la visita que tan buen sabor de boca dejó en mí y suponía un colofón extraordinario a un día cien por cien  verdiano, para enmarcar vaya.
Por aquí os dejo unas cuantas imágenes de la mencionada jornada.

Besos y abrazos.

Ger.



Busto en el interior del teatro de Parma




Monolito al lado de la casa natal



La iglesia de Le Roncole donde llegaría a tocar el órgano de niño.



En un café de Busetto; Verdi, Callas, Del Monaco, Caruso... casi nada



Otra perspectiva de la plaza, esta vez en blanco y negro


Villa Verdi - Santa'Agata


En la parte trasera de Sant'Agata


Vivir con riesgos

E stá claro que uno puede tener una vida "cómoda", adjetivo que por cierto daría para un buen debate si pensamos en lo que esa pal...