domingo, 1 de septiembre de 2013

Vixía Herbeira...


Vista del imponente acantilado


La música para acompañar la lectura del post de hoy,  AQUÍ os la dejo.

Nota: Hacer "click" sobre las imágenes y éstas aparecerán más grandes.

Cuando toco temas como el de hoy la verborrea sale sola y se me acumulan las sensaciones y adjetivos para describir lugares como el que hoy os traigo.... acantilados.
El de hoy no es un acantilado cualquiera no, es el más alto de España pero también el más alto de la Europa continental lo cual no es cualquier cosa; bueno, son 620 metros de altura en plena Sierra da Capelada donde lo único que existe a esas alturas son prados verdes para vacas que pastan a su libre albedrío y un importante complejo eólico que se alimenta de los fuertes vientos que como podéis imaginar hay en esos parajes.
De espaldas al acantilado para mostrar la Garita de vigilancia

Lo de "Vixía" no es gratuito y es que en el punto más alto del acantilado hay una caseta a modo de "garita" construida a principios del siglo XIX y que por lo visto formaba parte de una red de construcciones similares y ubicadas como ésta, en puntos estratégicos desde donde realizar labores de vigilancia.

Cuando uno se encuentra en este lugar, como sucede en otros muchos, te imaginas a otros como tú hace uno, dos, tres siglos atrás... incluso más; el paisaje seguro que apenas ha cambiado de entonces hasta ahora y es que poco margen hay para ello en un lugar tan abrupto y a merced de las duras condiciones meteorológicas; posiblemente los molinos de viento sean el cambio más brusco que han visto estos montes y acantilados a lo largo de su historia.

Pero los acantilados de la localidad de Cariño donde se encuentra el protagonista de hoy así como la zona costera de la vecina Cedeira, además del valor paisajístico y de intensa belleza tienen otro interés para muchos desconocidos; se trata de su valor geológico y es que las piedras y rocas de esta franja costera están catalogadas como una de las cuatro formaciones rocosas más antiguas del planeta lo que ha llevado a que en muchas ocasiones se hallan realizado estudios por parte de diversos investigadores de todo el mundo.
Otro trocito de esta costa preciosa

Aparte de esto, que no es poco, hay un diminuto pero famoso pueblo a pocos kilómetros de este lugar que ha dado más importancia turística a la zona; dicho pueblo es San Andrés de Teixido donde se celebra una romería muy conocida en Galicia y que congrega a gran cantidad de gente durante su celebración.
Vixía Herbeira y la sierra donde se encuentra fue también testigo de un acontecimiento que muchos desconocen y que os comentaré.

Cualquier aficionado al cine con un poco de conocimiento sobre artistas que trabajaron en la industria del celuloide de la primera mitad del siglo XX le sonará el actor inglés Leslie Howard, interprete entre otras de películas como "Lo que el viento se llevó" o "Intermezzo" por citar sólo algunas.
Cartel recordatorio
Lo que ya tantos no sabrán es que el mencionado actor intercalaba sus trabajos cinematográficos con otros de espionaje; si, si habéis leído bien, era espía.

Pero esto también lo sabían los alemanes y por ello al regreso de una misión el avión donde volaba Leslie Howard fue abatido por aviones nazis en esta zona escarpada de Galicia. Para conmemorar dicho acontecimiento en su momento se puso una placa conmemorativa así como un cartel en el que se habla de dicho acontecimiento.


Tres  imágenes más; espero que las fotos y la entrada en general haya sido de vuestro agrado, desde luego es para verlo en vivo  y en directo.


Besos y abrazos.

Ger.


Placa sobre una roca que recuerda lo acontecido



Alrededores del acantilado





Desde lo alto de los 620 metros de la imponente pared







viernes, 30 de agosto de 2013

Entre dos cielos...

Frente la amplia zona costera de la ciudad de Vigo y en la Ría que lleva su nombre se sitúan diferentes localidades, unas más grandes otras más pequeñas pero que en ambos casos tienen muchos lazos, sobre todo económicos, con la ciudad olívica.

Esos lazos se estrechan también gracias a las comunicaciones tanto por mar como por tierra, siendo esta última más fácil desde la década de los setenta cuando se levantó el puente de Rande que une a las dos orillas de la ría de Vigo tal y como se puede observar en esta fotografía.

La imagen de hoy la tomé en el puerto de Domaio y aprovechando la buena fortuna de tener un enorme charco allí mismo jugué con el reflejo para situar el puente del fondo a medio camino entre cielo y tierra o como digo hoy, entre dos cielos.

Espero que os guste.

Ger.


ISO 100      22 mm      f/ 8,0       1/125 seg.      Sin trípode

lunes, 26 de agosto de 2013

Le llaman León...

Así es, ese fue el nombre con el que mis padres decidieron "bautizar" a este cachorro de Pastor alemán que les regalé hace ahora un poco más de un año. Entonces León no era más que una bolita de pelo negro y ahora se ha convertido en un joven apuesto que luce estampa y está repleto de vitalidad. 

Una de las peculiaridades de León es que nació con una mancha negra en la lengua como puede apreciarse en la imagen.




ISO 400      200 mm      f/ 2,8       1/250 seg.      Sin trípode

domingo, 25 de agosto de 2013

Combarro, paseo entre hórreos...


ISO 100      19 mm      f/ 6,7       1/250 seg.      Sin trípode


A tan solo unos siete kilómetros de la localidad de Pontevedra se encuentra uno de esos enclaves diminutos repletos de encanto, una parroquia denominada "Combarro".
Entre las muchas peculiaridades lo que más llama la atención de este pequeño núcleo habitado es la concentración de numerosos hórreos, y muchos dirán ¿que es eso de los hórreos?

El hórreo es una construcción propia del ámbito rural que donde más ha estado presente es en Asturias y sobre todo en Galicia y que tiene también otras construcciones de aspecto similar en diversos lugares de Europa. 

La principal misión del hórreo era almacenar y conservar las cosechas principalmente de cereales pero además protegerlas contra todo tipo de animales, especialmente los roedores. Esto se consegue de un modo muy ingenioso y es que la estructura del hórreo se asienta sobre unos pilares en unos casos de madera en otros casos (los más comunes en Galicia) de piedra, y que se unen a la estructura por formas normalmente redondeadas que sobresalen del pilar y que evitan que el roedor que trepe por el pilar pueda salvar este saliente y llegar así a la estructura propiamente dicha. Así mismo el Hórreo (canastro en Gallego) tiene como función que lo que hay en su interior esté ventilado y ayude a su conservación y es que no se trata de una estructura estanca sino que tanto los de piedra como los de madera dejan un espacio vació cada "X" centímetros para que el aire pueda pasar ventilando lo que allí se almacena. Hoy en día su uso cada vez es menor por lo que poco a poco va quedando relegado a un aspecto más ornamental. 


Retomando el lugar que hoy nos ocupa Combarro, es un reducto pequeño en cuanto a los que el trazado de interés turístico propiamente dicho, se refiere. Hay una "calle" a modo de paseo y que va paralela a la orilla del mar eso sí teniendo entre ambos los mencionados hórreos. 

Hoy en día no faltan ya los locales donde adquirir recuerdos del paso por allí que van desde camisetas, grabados, etc,  hasta productos  gastronómicos de todo tipo como queso o los típicos orujos. También se puede disfrutar de establecimientos de hostelería para en cualquier momento poder reponer fuerzas y degustar en muchos casos gran parte de la riqueza marina de las Rías gallegas.

Lo dicho, el día que os encontréis cerca de Pontevedra o Sangenjo sólo por citar un par de localidades, no dejéis de honrar a Combarro con vuestra visita, estoy seguro que no os defraudará.



Pequeña muestra de este rincón pontevedrés lleno de encanto



Ger.

lunes, 19 de agosto de 2013

A garota de Samil...


Creo que la música que hoy debe acompañar esta entrada no ofrece duda alguna. Es una de mis canciones favoritas y hoy os traigo una versión no de las más conocidas pero también espectacular y en la que además participa su compositor y célebre interprete. Haz click "AQUÍ" y disfruta mientras decides leer lo que hoy tengo que contar...


ISO 100      200 mm      f/ 6,7       1/350 seg.      Sin trípode

Cuando vi esta foto  ya en el ordenador (hasta entonces sólo lo había hecho en la pantalla de la cámara) pensé “No la voy a publicar….”, pero después me puse a pensar en el trasfondo de esa imagen y decidí no sólo enseñarla sino tocar un tema tan de “moda” en nuestros días, la belleza corporal y la cirugía estética.

Me pregunto por qué la gente se mete tan a la ligera en un quirófano para aumentar “aquí”, quitar de “allá”.
Sí se trata de algo meramente de salud lo puedo entender, más allá de eso ¡¡no!!, me parecen riesgos innecesarios y todo  ¿Con que fin, quizás gustar más a los demás, a uno mismo…?

Yo no me considero ningún Adonis pero me niego y jamás se me ha pasado por la cabeza,  operarme de nada ¿para qué?
Lo más inmediato es pensar en que con esas operaciones podamos tener un cuerpo escultural o más bello con los que los demás se queden boquiabiertos, sientan envidia, etc.…  absurdo a mi modo ver.

Los hombres y las mujeres somos animales y tenemos lógicamente instintos y algunos tan primitivos como la propia existencia del hombre y uno de esos instintos es la atracción sexual; cierto que el físico llama la atención de entrada pero plantearos una pregunta ¿De qué nos enamoramos?  Por supuesto de un cuerpo bonito no, quizás es lo primero que nos llama la atención al ver o conocer a alguien pero lo que nos conquistará es su sonrisa, o su sentido del humor,  su carácter, su personalidad….. aspectos todos ellos que en condiciones normales no “empeoran” con el paso del tiempo, el aspecto físico, si.

Jamás se me ocurriría plantearle a mi pareja que se operara de lo que fuese, su vida tiene más valor que el egoísmo y sin sentido de que su fisonomía cambiara ligera o radicalmente para gustarme más a mí.
Es por ello que me sorprende que hoy en día padres y/o maridos  puedan “regalar”  a sus hijas y esposas por citar algunos ejemplos, operaciones de este tipo; todo esto sin hablar del coste económico que estas operaciones suponen y con el panorama monetario que hay en muchas de esas familias… en fin.

Retomando la foto que nos ocupa, se trata de una mujer desconocida y anónima para mí a la que vi paseando por la arena mojada y decidí inmortalizar un instante del paseo que llevaba a cabo. Cuando la observé con detenimiento pensé que muchos, sobre todo mujeres (perdonarme chicas pero vosotras sois vuestras mayores críticas) dirían que la mujer de la imagen tiene piel de naranja, celulitis  y yo que sé cuantas cosas más…

Pero mi pensamiento es otro, es una mujer auténtica y que tiene lo que la naturaleza y después ella con sus hábitos, han forjado a lo largo de los años. Hoy en día los cánones de la estética son para mí falsos y atienden exclusivamente a intereses económicos, como no.  ¿Qué mujer “normal”  puede ponerse esas ridículas tallas más propias de gente que sufre desnutrición? Ciertamente es ridículo lo que se pretende vender como ropa para mujeres jóvenes y no tan jóvenes... me parece un insulto a vuestras formas.
La mujer es sinónimo de curvas, más o menos pronunciadas, pero no un “saco de huesos”. 

¿Por favor mujeres, no poner en riesgo vuestras vidas por un tema meramente estético? Gustáis como sois, y llamareis más la atención por vuestra personalidad que no por tener una talla “X” de pecho.



Dedico esta entrada de hoy en mi blog a esas mujeres, todas bellas, pero que no cumplen con las medidas que las absurdas marcas y los diseñadores intentan imponer hoy en día.

Besos y abrazos.

Ger.

jueves, 18 de julio de 2013

Las décadas de un amor...


Una música que rememora momentos de amor y ternura y que forma parte de la banda sonora de una bellísima película  es la que he escogido para contar esta historia, hacer "click"  AQUÍ  para que os sirva de fondo para la lectura de este post.


Encarna, la verdadera protagonista de esta historia y de este post


E stamos acostumbrados a que las grandes historias de amor sean aquellas que vemos en la televisión, en el cine, las que se reflejan en la prensa del corazón y por supuesto las que los cuentos han divulgado a lo largo de la historia.

Sin embargo yo no vengo a hablaros de ninguna de esas historias que para mi quedan tan  lejanas por no conocerlas de primera mano; lo que ahora os voy a relatar es una historia de carne y hueso,  pero anónima,  casi como todas las historias de amor de nosotros y nuestros conocidos, y es que ese anonimato  es propio de aquellos que no tenemos  ni  "sangre azul",   ni fama, ni  gloria que nos eleve a un estatus diferente al de los simples mortales.


Gracias a mi segunda profesión (la de masajista), en estos diez años que llevo dedicándome a las terapias manuales,  son muchas las personas maravillosas que se han cruzado en mi vida y ello me ha dado grandes satisfacciones  y un ejemplo es  la  persona de la que vengo a hablaros en el día de hoy.

Encarna, que es como se llama la protagonista de esta historia y que me ha autorizado para hablar de ella,  es una mujer de ochenta y.....  tantos años  (como mujer que es, también ella es coqueta por lo que no revelaré exactamente su edad)  a la que conozco desde hace justo un año. 

Una vez por semana voy a su casa y además de trabajar sus maltrechas piernas y espalda, hablamos de nosotros, de la vida,  de sus recuerdos, nos contamos chistes (tiene un sentido del humor fantástico) y alguna vez incluso le he cantado..... algún bolero.... jajajajaja.

Como suele ser habitual y esto es algo que me he encontrado más de una vez en estos años, las personas además de esa terapia física necesitan conversación, cariño, compañía y esto es lo que hago yo por ella, además con muchísimo gusto pues siempre he sentido muchísimo afecto, afinidad  y cariño hacia nuestros mayores.

Reconozco que así como no soy muy niñero,  si que me encantan los abuelos,  que por otro lado están muchas veces igual de desvalidos e indefensos que los niños; sin duda,  se trata de los dos grandes conjuntos de seres indefensos en las sociedades occidentales,  sobre todo el de los mayores,  puesto que a los  niños aun se les presta atención pero esto es algo que brilla por su ausencia en lo que se refiere a  nuestros padres y/o abuelos, es por ello que aprecio y valoro aquellos clanes, pueblos  y  sociedades que veneran, respetan y dan todo su protagonismo a los mayores, forjadores de esos pueblos y sus familias.

Quizás todos los que desprecian y dejan de lado a sus mayores no son conscientes o no asumen, que todos, ellos inclusive, vamos caminando también hacia esos años, esa edad, en que generalmente volvemos a perder un poco, o un mucho,  de la autonomía de la que gozamos desde la juventud hasta la edad madura.

No voy a utilizar ningunas de las palabras y eufemismos que a Encarna no le gustan,  pero desde hace dos años ella vive sola, el que fue su pareja, su marido, su amor y  su compañero  durante  ¡¡60 años!!  se "fue", y esto es algo que ella lleva fatal de ahí que en estos últimos doce meses  y por la intercesión de su hijo (amigo mío) yo le dedico un poco de mi tiempo.


Desde las primeras semanas fue la nuestra una relación muy tierna hasta el punto de que a día de hoy nos hemos  encariñado mucho el uno con el otro.


Os contaré una pequeña anécdota: 
Después de las primeras veces que fui a su casa,  Encarna le dijo a su hijo muchas cosas de mi y una de ellas que.... - este chico no tiene manos, tiene plumas de ángel que me acarician-,  que graciosa, y desde entonces ella nunca me llama ni me nombra por mi nombre, yo para ella soy "ángel", el suyo y que por lo visto le enviaron desde algún lugar para que mire por ella. 

Alguna de esas cartas de amor escritas hace más de medio siglo
Como hablamos tanto, en una ocasión empezó a contarme como se conocieron ella y su marido y claro, yo me quedé embobado porque estas historias de gente con tantos años y experiencias vividas me encantan, con lo que escucharla,  simplemente me fascina.

Como la confianza iba en aumento,  un día me enseñó algo que me dejó boquiabierto y perplejo; tenía perfectamente ordenadas y guardadas las cartas de amor que se enviaban ella y su novio cuando él estaba haciendo el servicio militar  allá por el año 1951. Efectivamente lleva conservando todos estos años  las cartas de amor que ella y su José Luis intercambiaban con la ternura y el cariño que cualquiera a esa cándida edad de los veinte años habría escrito... o quizás no.

Nunca dejé de tener presente todo esto que encarna me había comentado y relatado ella en primer persona como sí le hubiera sucedido hace apenas unos días;  lo tenía y lo tiene siempre presente,  a su José Luis. 

A su "chico"  lo conoció en un baile de aquella época y casi de casualidad; su hermana le insistió para que la acompañara a ella y a una amiga a bailar, y Encarna lo hizo a regañadientes pues ese ambiente de los bailes de aquella época no le gustaba nada pero fue....   y ella relata cómo estando ya dentro del local y en un lugar elevado vio entrar a un grupo de chicos jóvenes entre los cuales se encontraba uno alto y con bigote;  allí mismo le dijo a su hermana que aquel, sería su marido.....  y así fue. 

Menudo ojo el de Encarna,  donde puso la vista encontró un marido,  pero antes hubo un periodo de noviazgo que empezó con una mentirijilla del prometido a su amada;  le comentó al conocerse que el ya había hecho la mili y nada más lejos de la realidad con lo que a los pocos meses de empezar a salir el se fue a cumplir con sus "obligaciones" castrenses y mientras Encarna, a esperar que regresara.

Es en esta época, a principios de la década de los 50 es cuando se fragua su relación epistolar, con cartas llenas de amor, de dulzura, de esperanza y de ilusión por los planes de futuro a realizar juntos. También en estas cartas puede verse como ya entonces era de lo más normal, dibujarse corazones y todo tipo de simbología que muchos podrían pensar que solo se hace  en nuestra época,  para nada,  nuestros abuelos y los anteriores y los demás atrás ya sabían de sobra plasmar todo ese conjunto de sensaciones y emociones que lo tienen a uno en una permanente nube y en un estado de felicidad único que a nada más puede compararse... en definitiva eso es a lo que llamamos  AMOR.

Esa etapa finalizó,  pero las cartas que se enviaban lejos de caer en el olvido Encarna se encargó de guardarlas con mimo y con el mismo amor con el que habían sido escritas. 

Ella cree que nadie da valor a estas cosas pero enseguida me apresuro a decirle que todo lo contrario, que se trata de una muestra detallista de cómo conservar para siempre lo que podría calificarse como la semilla de una gran vida en común.

La buena de Encarna lleva mal, lleva fatal la pérdida de su amor, de un compañero que se fue hace apenas dos años después de llevar juntos la friolera de seis décadas.
Yo como no puede ser de otro modo le digo que puedo entenderla,  pero ese recuerdo permanente no tiene que ser algo que le proporcione únicamente pena y tristeza, que tiene que invertir también los términos y pensar lo afortunada que fue estando todos esos años al lado de su "chico".  
¿Cuantas parejas llegan a semejante cifra de años de convivencia en común? Sinceramente no cuento con datos estadísticos pero no creo que sean más de un 20% de las parejas que empiezan una relación,  y esto siendo generoso,  muy generoso.

Encarna, tú sigue contándome y rememorando para  mi momentos de aquellos años maravillosos y mientras así lo hagas tanto para mí como para ti sola, él jamás abandonará tu corazón y siempre estará a tu lado, y es que la personas es ahí dentro donde viven permanentemente para nosotros, en nuestro corazón y en los recuerdos que de ellos tenemos.

Besos y más besos por tu cariño, tu aprecio y amor hacia mí y por contarme todas esas cosas bonitas.

Eres una ¡¡¡ GRANDÍSIMA  MUJER !!!

P.D.
Las fotos las he realizado yo mismo hace unos días y es curioso comprobar cómo los labios de Encarna cubiertos de carmín y con los que luego ella besaba algunas de las cartas que escribía, han permanecido casi inalterados y con idéntico color sobre el papel que enviaba a principios de la década de los 50 del siglo pasado.



Quiso que nos hiciéramos una foto juntos y para mí no fue un problema complacerla, al contrario

domingo, 14 de julio de 2013

Donde mora el viento...

La imagen de hoy viene muy a propósito de la actualidad deportiva o al menos de algo relacionada con la misma y concretamente con el ciclismo.
No sé si os  gusta el ciclismo, de ser así no hace falta que te diga que el Tour de Francia es el máximo exponente o la carrera de carreras por antonomasia y este año se cumplen 100 años desde su primera edición.

Pues bien, en la etapa de ayer domingo la carrera gala tenía su meta en un lugar mítico y al que yo ascendí hace un par de años; se trata del Mont Ventoux.

Este lugar en si no es peculiar por su altitud que ronda los 1.900 metros pero sus rampas para alcanzar la cima tienen cerca de 20 kilómetros y eso asusta al más pintado.

La geografía de este monte situado en plena Provenza hace que desde mucha distancia se le pueda ver e incluso transmite la sensación de tener nieve en su cumbre pero nada de eso, el color blanquecino de la misma se debe  a que está totalmente pelado de vegetación y la roca de la cima es calcárea otorgando con ese color blanquecino la sensación de estar nevado.

A pesar de hacer la ascensión en coche uno se da perfecta cuenta de cuan dura debe ser la ascensión de la misma en bicicleta por lo serpenteante de la carretera y por lo prolongada que se hace esa continua ascensión.

Este puerto de montaña permanece muchas veces cerrado y no precisamente por la nieve sino por el motivo que le da nombre, el viento. Se han registrados rachas de más de 320 km/ h  provocadas por el viento mistral a su paso por esa zona.

Aquí os dejo esta imagen que tomé en 2011 y donde os comentaré a modo anecdótico que además de la torre de comunicaciones  que hay en lo alto del monte, uno cuando llega a la cima lo que se encuentra son diferentes puestos donde te venden................... "gominolas", si, si habéis leído bien. Y todo el mundo compra gominolas, nosotros también.

Besos y abrazos.

Ger.


ISO 200
      10 mm      f/ 11       1/250 seg.     Sin flash     Sin trípode



Vivir con riesgos

E stá claro que uno puede tener una vida "cómoda", adjetivo que por cierto daría para un buen debate si pensamos en lo que esa pal...