martes, 29 de noviembre de 2022

Vetigios medievales

Este sábado pasado nos fuimos al encuentro con la historia  y no precisamente muy reciente. Después de visitar uno de los lugares que teníamos programados nos fuimos ya sobre la marcha, en busca de nuevas “aventuras”.

Todo vino por un banco de niebla que vimos a lo lejos y que en muchas ocasiones da mucho juego a nivel fotográfico  y de este modo  nos fuimos en busca de la carretera que nos llevara hasta él.

Una vez llegamos a la zona, nos dejamos llevar por un cartel que indicaba la cercanía de un poblado de nombre  Guardia de Noguera y desde allí enlazamos con otro que señalaba la existencia de una colegiata y un castillo.

Y que bien seguir las indicaciones de aquellos carteles ya que descubrimos dos edificios con más de mil años de historia a sus espaldas y con un estado de conservación más que notable.

Era ya casi mediodía así que llegamos todavía a tiempo de visitar la colegiata y tener la fortuna de que una guía nos explicara en solitario y de manera pormenorizada, como se conservaron y reprodujeron con posterioridad las pinturas del ábside. Una auténtica pasada lo que se hizo en este lugar y un ejemplo magnífico de cómo aplicar la tecnología más moderna en aras de preservar semejantes muestras de arte.

 

A donde no llegamos a tiempo fue a visitar el castillo por su interior ya que el mismo se encontraba cerrado, pero si pudimos recorrer por el exterior su perímetro. Es este castillo de estilo románico del que se encuentra ya documentación en el año 969, un ejemplo de las  edificaciones  fortificadas de los condados catalanes.

Así pues, apenas a media hora de la localidad ilerdense de Tremp, el castillo y la colegiata de Mur bien merecen una visita sí uno se encuentra por el lugar.

 

Aquí os dejo una vista que tomé este sábado del exterior del castillo y en la que se puede ver en primera instancia, una parte de la torre del homenaje.


Ger.

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Para darse una ducha

Nunca he sentido atracción por aprender otros idiomas, me defiendo con el español y un poquito también con aquellos con los que por diferentes circunstancias he tenido más contacto, llámense gallego, catalán, italiano y un poquito de inglés.

Sin embargo el alemán me resulta lejano y es que lo encuentro un poco "durillo" en todos los sentidos y salvo tres o cuatro palabras no tengo más conocimiento del mismo por eso cuando escucho una nueva palabra intento averiguar su significado para ver que me transmite y como lo interpreta mi cerebro.

 

El término en este caso es el de "Lauterbrunnen"; si, es posible que este vocablo le diga muchas cosas  a más de uno y es que se trata del nombre de uno de los pueblos más bonitos de Suiza. Pero el nombre adoptado por la localidad no es gratuito, el mismo en alemán significa algo así como "fuentes ruidosas", y así es, en este pueblecito de cuento se contabilizan hasta 72 saltos de agua, alguno de los cuales de una altura  más que considerable. 

La verdad es que el lugar no lo explotamos demasiado, turísticamente hablando, nuestro paso fue bastante fugaz para todo lo que ofrece este valle, pero eso quedará para una próxima visita. El caso es que me apetecía llevarme algún recuerdo fotográfico de una de esos saltos de agua y en el mismo pueblo ya tiene uno la posibilidad de inmortalizar el que es uno de los más espectaculares  por la altura del mismo. Pero que sucede, pues lo de siempre, además de la luz, a  "horas normales" siempre hay gente en los lugares más emblemáticos, pero eso no supone un problema sí duermes cerca del lugar ¿no?

Ese día hacíamos noche en Interlaken apenas a 13 kilómetros de este pueblo así que madrugué problema resuelto. Llegué a Lauterbrunnen con las primeras luces reflejadas en las nieves de esas cumbre prodigiosas que sirven de guardianes a estos valles de los Alpes. Sin autobuses de turistas y únicamente con la compañía de un par de autocaravanas, me explayé a gusto para tomar esta imagen cuando el sol asomaba por lo alto de las montañas y mientras la banda sonora la ponía toda esa agua en caída libre.

 

Impresionante manera de comenzar aquel día pero mucho más impresionante el lugar, una maravilla para los sentidos, especialmente para la vista.


Ger.

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viernes, 18 de noviembre de 2022

Amanecer con migas

El mes de Abril todavía nos depara temperaturas fresquitas tanto por la noche como a primera hora de la mañana,  si a eso le unimos determinadas ubicaciones, entonces esas bajas temperaturas las tenemos más que aseguradas. 

Había llegado la noche anterior, en compañía de mis chicas, al coqueto pueblo de Ujué en pleno corazón de Navarra; la idea era recorrer durante unos días, algunos de esos hermosos paisajes todavía inexplorados por nosotros, de las bellas tierras de la comunidad foral.

En los días previos a nuestro viaje, me dediqué a buscar localizaciones cerca de este pueblito para hacer una de esas cosas que tanto me gustan,  madrugar para disfrutar de un hermoso amanecer. Tenía en mente fotografiar la silueta del pueblo a contraluz jugando con la salida del sol, pero no iba a poder ser por la época del año y por donde en esas fechas sale nuestro astro rey. Sin embargo eso era un inconveniente menor, la luz seguía siendo hermosa y no faltaban los motivos a fotografiar aprovechando los tonos anaranjados que empezaban a inundarlo todo.

 

Esa mañana cuando me levanté y salí de nuestro alojamiento, sobre las seis de la mañana, además del sol observé que tendría otro elemento para jugar, la niebla. Me fui con el coche a las afueras de la localidad para situarme en una zona entre campos de cultivo y tierras baldías. Allí disfrutaba de una buena panorámica del cerro sobre el que se asienta Ujué pero también tenía una perspectiva inmejorable y casi sin fin, de pequeñas elevaciones que interrumpían un horizonte en el que  las planicies con cultivos eran los grandes protagonistas.

Así, con la mirada y el objetivo enfilados hacia el este, iba viendo como la niebla y las nubes menos bajas se movían de manera armoniosa acompañando los amarillos y naranjas que poco a poco teñían la escena.

El agradable fresco de la mañana ayudaba si cabe todavía más, a dejar un mejor sabor de boca en ese comienzo de día,  aunque para sabor el que disfruté una hora más tarde para desayunar. Así es, esa misma mañana me estrené comiendo para desayunar  unas migas (nunca las había probado) que además son de enorme fama en esta localidad y sobre todo en el local donde me deleité con las mismas.


Ger.

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miércoles, 16 de noviembre de 2022

El baño fresquito

Hace ya cinco meses de estas fotografías y conservo aquel día en mi mente, igual de fresco que  si hubiera sido ayer mismo. Fue aquella jornada  sin duda, una de las que más disfruté en aquellos días de luna de miel  junto la que acababa de convertirse en mi esposa.

La excursión principal de ese día pasaba por llegar hasta uno de los lagos de montaña más icónicos de los Alpes Suizos. Para esas fechas nuestro campamento base se encontraba en la localidad de Interlaken, y aquel  día tomamos el coche para salvar los casi veinte kilómetros que nos separaban del pequeñito pueblo de Grindelwald.

Me dediqué a cubrir aquel trayecto conduciendo todo lo despacio que podía sin entorpecer la circulación de otros vehículos, para así saborear cada metro de la ruta; y es que conducir en semejante entorno, con esas cumbres, esos bosques y esos praderas sacadas de cualquier paisaje de Heidi, hacen que quieras detenerte a cada instante.

Finalmente y aunque fuera despacito, llegamos a Grindelwald donde estaba el teleférico que nos llevaría al comienzo de nuestra ruta senderista. Sí algo comprobé aquellos días en tierras suizas es que la misma, debido a su orografía, se encuentra salpicada de teleféricos que permiten acercarte a bellos lugares que de otro modo serían inaccesibles salvo para los más aguerridos montañeros y escaladores. Dichos teleféricos no son baratos pero uno no está todos los días en los Alpes,  como para no poder darte algunos caprichos, pero además si la estancia en el país es ya por un tiempo considerable existen fórmulas como abonos y pases que te permiten moverte por muchos de los transportes públicos ("ascensores de montañas" incluidos) a unos precios mucho más asequibles.


Una vez que la cabina llegó al final del trayecto y salimos de la misma comenzamos nuestra ruta por la senda que nos llevaría al lago Bachalpsee. Durante aquella caminata tuve que contenerme y enriquecerme  exclusivamente, con lo que mi mirada alcanzaba a vislumbrar y sin pararme a fotografiar todo lo que hubiera querido, de lo contrario no me habría movido de aquel caminito en todo el día.

La sensación de libertad, junto a un aire que emanaba frescor y una atmosfera limpia, transportaba tu cerebro a un lugar idílico de esos que crees que no existen salvo en nuestra imaginación pero si, ya lo creo que  existen. Con esas cumbres montañosas repletas de nieve y casi al “alcance” de las manos, proseguimos nuestra caminata de casi una hora de duración mientras nos íbamos cruzando con otros excursionistas que ya estaban de regreso.


Y por fin llegamos a nuestro lago, allí estábamos tan tranquilos disfrutando de aquel espejo acuático donde se reflejaba tan idílico entorno cuando entonces apareció el personaje.

Un joven de buena estampa, equipado perfectamente con material de montaña y con una mochila de considerables dimensiones, primero de despojó de la misma y a continuación se descalzó.  Pensaba yo entonces que el muchacho iba a poner sus pies en remojo, pero no, el espigado varón y de aspecto atlético continuó quitándose la ropa hasta quedarse con un simple “slip”. La escena se convirtió en el blanco de casi todas las miradas de los que allí estaban incluido yo, que me encontraba con el teleobjetivo escudriñando los rincones de aquellas montañas majestuosas.

Entonces en un momento dado hubo contacto visual entre el "bañista" y un servidor, y así  mediante señas le di a entender que me gustaría hacerle algunas fotos a lo que él accedió con una sonrisa y un pulgar en alto.

Cuando salió de las fresquitas aguas me acerqué a él mientras se secaba y le enseñé en la cámara algunas de las fotografías que le había hecho además de pedirle su correo electrónico para poder enviárselas. Él se quedó contento con el mini reportaje y yo por tenerlo allí como modelo improvisado.

 

Momentos y anécdotas que recordar. 


Ger.

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lunes, 14 de noviembre de 2022

Aquel pueblo favorito

En el año 2017 los franceses eligieron en algún tipo de votación, a Kayserberg como su "pueblo favorito" y en parte lo entiendo dado lo bonito que es el pueblito y todo lo que lo rodea. Enmarcado en la denominada ruta del vino de Alsacia, esta localidad de poco más de cuatro mil habitantes tiene el encanto de muchos de estos pueblos alsacianos de los que ya os he mostrado algunas vistas.

Destaca entre sus edificaciones la iglesia de la "Santa Cruz" un templo del siglo XIII con esa cúpula verdosa y que aquí puede observarse en esta imagen que tomé desde los restos de su antiguo castillo que cuenta con unas hermosas vistas tanto de la localidad como de los viñedos con ese verde espléndido que lo rodea todo.

Ger.

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domingo, 13 de noviembre de 2022

"Atalayas

Hoy voy a dedicarle una entrada al barrio marinero de mi pueblo, la parroquia de San Pedro de Cesantes. Se trata del principal escaparate marítimo de Redondela con unas vistas espectaculares hacia la ría de Vigo y donde la isla de San Simón hace de parapeto cuando las condiciones del mar se ponen más feas. 

La principal actividad de la población de este barrio está ligada, como no podía ser menos, a la pesca y también al marisqueo.  En Cesantes se encuentra además el principal arenal, que no el único, de Redondela con una playa de más de 1.500 metros de longitud conocida con el nombre de "la Punta" y cuyo nombre lo recoge de la forma que tiene la misma tal y como puede verse a la izquierda de la imagen; en este caso y debido a la perspectiva de la fotografía lo que no puede apreciarse es la playa propiamente dicha al quedar esta tapada por la orografía.

La carretera nacional que une Vigo con Pontevedra atraviesa este barrio y así desde la misma uno puede observar las preciosas vistas que se tienen desde este lugar, de todo el entorno de la ría viguesa así como apreciar las variaciones del paisaje en función de las mareas.

En esta ocasión y desde un lugar más elevado, pude captar esta otra perspectiva de Cesantes en una tarde en la que tuve que correr para hacer la fotografía ya que a los pocos minutos comenzó a llover con intensidad, tal y como ya amenazaba un cielo de gris plomizo.


Ger.

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martes, 8 de noviembre de 2022

Una playa distinta

En España los casi 8.000 kilómetros de costa que poseemos nos proporcionan playas, calas y tal oferta de paisaje costero que hay donde elegir. En este agridulce y último verano decidimos conocer una zona que hasta entonces era de las pocas que faltaban en nuestras visitas a todas las provincias españolas, me estoy refiriendo a la provincia andaluza de Almería.

En nuestro plan figuraba, entre otras cosas, visitar el parque natural de Cabo de  Gata-Nijar y en el mismo conocer algunas de las playas que lo conforman.

Quizás la más renombrada de entre todas ellas sea la que hoy nos ocupa, la llamada "Playa de los Muertos" la cual debe su nombre a los muchos náufragos que tras perecer en las inmediaciones de la costa, acababan arrastrados por las corrientes hasta este lugar.

Lo abrupto del terreno hace que sea una playa de difícil acceso, así tras dejar el coche en un aparcamiento de tierra cerca de la carretera principal que pasa por la zona, es necesario descender por un pequeño camino irregular de tierra y piedras cuyo trayecto hasta la playa es de aproximadamente unos veinte minutos.  Ni que decir tiene que en pleno mes de julio, con el calor que hemos sufrido sobre todo este verano, y con la ayuda del ya de por sí árido terreno, hacen que la caminata bajo el sol la recuerde uno, "con especial cariño".

Esta pequeña dificultad en el acceso a la playa hace precisamente que no te encuentres una ocupación exagerada de la misma, hay gente pero sin agobios. El suelo de la playa es de los que a mí me gustan, una arena no muy fina pero que no molesta  bajo una toalla y al no ser diminuto el grano es fácil quitársela de pies cuando uno decide marcharse.

¿El agua? Tiene de todo….., en la parte positiva está que son aguas cristalinas y de un color azulado turquesa realmente muy precioso, pero en contrapartida la temperatura de la misma es considerable y yo que  busco aguas que refresquen como en Galicia o en el Cantábrico, no me gustó este aspecto.

Durante las horas que pasamos aquella mañana en la zona, aproveché en un momento dado para alejarme un poco y subir a algunas de las pequeñas elevaciones que resguardan la playa, para desde alguna de esas cimas, fotografiar el arenal y sus aledaños, como ese acceso terrestre del que hablaba y donde puede observarse un tramo a la derecha de la imagen. 

Como curiosidad y que puede ser que alguno ya conozca, decir que en esta playa se rodo una escena de la tercera entrega de la saga de películas de "Indiana Jones". En dicha secuencia aparecen los dos actores principales, Harrison Ford y Sean Conery huyendo por la playa de un avión que intenta matarlos.

Y hasta aquí todo lo que puedo contar de esta visita a tan peculiar sitio de la costa más oriental de Andalucía. En fin, aquí muestro una panorámica de esta bonita playa y también del complicado acceso a la misma como puede verse por los caminos que conducen a la misma.

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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lunes, 7 de noviembre de 2022

Un bonito paseo

Uno de los paseos marítimos más hermosos de la provincia de Pontevedra tanto para realizar a pie, en bicicleta o en coche, es el que transcurre entre las localidades de BayonaLa Guardia. Quizás sean excesivos esos aproximadamente treinta kilómetros que las separan, como para hacer dicho trayecto caminando, pero en coche tenemos un recorrido de lo más agradable para deleitar nuestra vista. Con una carretera  que transcurre paralela a la costa, tenemos en todo momento ante nosotros la inmensidad del océano atlántico; se trata de una franja costera en la que las playas son escasas, apenas alguna que otra cala, y es que en este tramo del litoral pontevedrés a pesar de no contar con grandes acantilados sin embargo abundan las rocas con lo que en días un poco ventosos o  con mar de fondo resulta todo un espectáculo ver romper las olas contra dichas piedras.

 

Toda la ruta está salpicada de lugares y miradores donde pararse y recrear la vista, uno de ellos se encuentra a poco de abandonar Bayona. Un accidente geográfico, cabo Silleiro, da nombre al faro que vigila la entrada en la ría de Vigo junto con  su vecino de la Islas Cíes unos doce kilómetros más al norte. Entre ambos y un tercero que es el de cabo Home, custodian perfectamente esa bocana de entrada a la ría con más tráfico marítimo de todas las que conforman las Rías Baixas.

El de cabo Silleiro no es un faro de grandes proporciones pero sí lo suficientemente importante para cumplir con creces su misión de velar por la seguridad del tráfico marítimo de la zona. Pintado de rojo y blanco el faro tiene un alcance de más de 40 kilómetros y el acceso hasta el mismo puede realizarse en coche pudiendo aparcar en sus inmediaciones. Una vez allí es posible pasear alrededor de las instalaciones desde donde se tienen unas vistas privilegiadas y donde merece una mención la belleza de las puestas de sol que desde aquí pueden contemplarse.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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martes, 1 de noviembre de 2022

La ignorancia del Arte...

El arte, en sus múltiples facetas, siempre he considerado que es la mejor herencia de cualquier persona a la humanidad. Ejemplos nos sobran en forma de escritores, compositores, arquitectos, pintores, músicos, actores y un largo etc. Todos ellos han dejado una impronta, que con el paso del tiempo no decae y persiste, sino que incluso tras el fallecimiento de dichos protagonistas la fama y popularidad aumenta notablemente. Para apreciar todas esas facetas artísticas no es necesario ser un erudito en la materia, en la percepción más simple de un ser humano, todos sabemos si algo nos gusta o no y ello viene simplemente determinado por aquello que percibe nuestro cerebro y nuestra propia sensibilidad.

Estos días en Galicia he tenido el placer de encontrarme casualmente con una vecina de mi pueblo que unas décadas atrás compartíamos lugar de trabajo y estudio cuando yo cursaba en el instituto el BUP y el COU. En la breve charla que mantuvimos, hablamos precisamente de esto que explicaba; uno en ocasiones no tiene conocimientos de pintura, de música, etc... pero sabe si algo le gusta y le hipnotiza o simplemente le carece de interés. Dicho esto también soy de la opinión de que en ocasiones, cierto desconocimiento e ignorancia en determinados aspectos, hace que disfrutemos más de aquello que tenemos delante y no tanto cuando se vuelve mucho más crítico. Así me veo yo reflejado cuando veo fotografía o escucho ópera; no soy un experto en ambas materias, pero quizás mi estudio, afición y el tiempo dedicado a lo largo de mi vida puede hacer que  eso me haga disfrutar menos por ser muchísimo más crítico.

He aquí un ejemplo de admiración unida a la ignorancia, la mía en este caso. A pesar de no haber cursado estudios de arquitectura ni tampoco de historia  del arte, cuando llegas por ejemplo a un edificio como el Monasterio de Batalha uno se da cuenta de que ante sí no solo hay una obra de enormes proporciones físicas, sino también con una carga artística incalculable.

Este monasterio ubicado geográficamente casi en el centro de Portugal, tuvo una construcción que se alargó en el tiempo durante más de dos siglos y que pese a ello, nunca se finalizó del todo.

Esta imagen sería un poco, el resumen de la disertación de hoy. Estamos ante una vista de las llamadas, "capillas inacabadas" (capillas imperfeitas en portugués). La belleza es innegable, sobre todo cuando te encuentras personalmente en el lugar y observas con detalle todo el trabajo de paredes columnas y demás; sin embargo la paralización de las obras impidió que se ejecutara la colocación de la cúpula a esta capilla, y así desde el suelo sí uno alza la vista, lo que se encuentra es este bonito marco de forma circular donde imagino que en noches estrelladas seguro que debe ser un espectáculo, observar el firmamento a través de esa apertura.

Sí alguno tiene oportunidad de acercarse en alguna ocasión por el lugar, que no deje de visitar esta obra maestra consideradas una de las consideradas "7 maravillas de Portugal".


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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lunes, 24 de octubre de 2022

La climatología y deseos por cumplir

Mientras en el Mediterráneo seguimos de manga corta y con bermudas "sufriendo" este clima veraniego que no desea irse, en otras latitudes de la península, el otoño, por no decir ya el invierno, muestra alguna de sus caras más espectaculares.

Estos días la borrasca -Beatrice- golpea con fuerza la comunidad gallega con fuertes precipitaciones y rachas de viento que han llegado en algunos lugares a sobrepasar los 100 km/h y que en el mar se han traducido por olas de más de siete metros de altura.

No quiero, o si, imaginarme ese espectáculo desde un lugar privilegiado como el que hoy traigo en esta fotografía; en ese tramo de costa coruñesa conocida como "Costa da morte" y que a lo largo de la historia ha sido devastadora con infinidad de barcos que han naufragado, estas inclemencias se hacen, si cabe, más palpables.

 

En la imagen, una panorámica de cinco tomas verticales que tomé este pasado mes de septiembre, puede verse la silueta de Cabo Vilán y su imponente faro, vigilante de esta costa desde 1896 siendo el primer faro eléctrico de todos los que recorren el litoral español. El antiguo faro de 1854 puede apreciarse a la izquierda en otra pequeña elevación, pero que siempre desde su creación, tenía una acción limitada por no cubrir las necesidades que el peligroso paraje requería. La tragedia del buque-escuela inglés -Serpent-  en una noche de 1890 y que dejaría 170 muertos,  agilizó la construcción del nuevo faro para evitar en la medida de lo posible, más hechos luctuosos.

 

Así de fiera puede ser en ocasiones la naturaleza y concretamente el mar, y eso es lo que me falta por fotografiar en este tramo de costa, una imponente tormenta donde las olas, la lluvia y el viento muestran su cara más espectacular. Viviendo lejos de esta zona será complicado conseguirlo pero nunca se sabe, quizás algún día, cuando las obligaciones laborales me lo permitan es posible que pueda dedicarme a "perseguir" borrascas como Beatrice, por la costa gallega.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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domingo, 16 de octubre de 2022

El surfista incipiente

No sé si a todos les sucede lo mismo pero yo soy de los que piensa que cuando uno es pequeño, cuando se es niño, nuestros primeros grandes héroes son los padres y me refiero a los dos, tanto a la madre como al padre. Acabas de llegar a la vida y ellos están presentes en todo  momento, luego, con los años, pierden algo de protagonismo porque cada vez somos más autónomos pero el vínculo afectivo, cariñoso y de admiración no se acaba nunca. 

Y es a esa tierna edad de nuestra infancia cuando nos gusta, muchas veces,  hacer todo tipo de demostraciones delante de ellos para sentirnos orgullosos y que ellos también se sientan así de nosotros.

Esto es un poco lo que imaginaba en mi cabeza mientras seguí los pasos de este jovencito esperando a que algún instante llamara mi atención, para disparar con la cámara.

 

A unos cuantos centenares de metros y con la discreción que te da un teleobjetivo me fijé que mi protagonista paseaba junto al que parece ser su padre; aunque no sea fotógrafo de fauna o de retratos, en ocasiones me paro a contemplar "otras cosas" que no sean paisajes; situaciones que a mí me transmiten "algo", aunque sólo sea por la película que yo mismo me monto con imaginación en mi cabeza.

 

El lugar donde mis actores y yo mismo nos encontrábamos no es baladí, estaban ellos pisando la arena de la <Playa delnorte> mientras yo me mantenía a cierta distancia y unos cuantos metros por encima del nivel del mar y esa playa de arena dorada, en pleno crepúsculo.

El nombre de esa playa a muchos no le dirá gran cosa, pero si al nombre le sumo que está en la localidad portuguesa de Nazaré, algunos ya sabrán un poco más de que hablo. Efectivamente, en esa playa van a morir algunas de las olas más grandes que se producen en todo el planeta y que son un reclamo, desde hace años, para los amantes del  surf. Estamos hablando de olas que muchas veces superan los  veinte metros de altura, que se dice pronto, pero eso lo ves a pie de playa y la sensación es bastante impresionante.

 

Este día el mar estaba en calma, y aun así puede apreciarse cómo eran las olas que llegaban a la playa. Allí, en la esquina opuesta, está el jovencito imitando con su típico saludo en ambas manos, a esos jinetes sobre tablas.

 

Posaba sobre la arena con ese fondo de agua batida y espumosa presagiando quizás,  que algún día, allí mismo estará el surfeando sobre esas míticas olas..... orgullo de hijo.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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lunes, 10 de octubre de 2022

Recuerdos monacales

 Como todos los domingos, el hermano Anselmo, un maestro en los fogones,  se había lucido y esmerado en cocinar algo especial en el día del Señor. La verdad es que no había queja con la comida el resto de la semana pero el domingo,  todos llegábamos ansiosos al refectorio para degustar aquellas delicias cocinadas con amor y paciencia.

Tras una breve sobremesa, cada uno de los hermanos eligieron diferentes caminos para aprovechar la tarde; algunos decidieron retirarse a sus celdas para descansar y hacer la digestión con una leve siesta, otros optaron por la lectura sentados a ese suave sol que a mediados de octubre nos acompaña y los menos se decidieron por un pequeño paseo por los alrededores del monasterio.

En mi caso había decidido unirme a este último grupo pero cuando vi el juego de luces y sombras que teníamos en el claustro me apresuré a ir a la celda donde en mi pequeña estantería de madera y junto a una pequeña colección de libros, guardaba la vetusta cámara fotográfica que en su día me regalara el prior y que había pertenecido a su abuelo.

Finalmente dejé el paseo para otra ocasión y preferí realizar algunas fotografías desde distintos ángulos y encuadres; de entre toda la serie finalmente decidí quedarme con esta.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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miércoles, 5 de octubre de 2022

Lejos del bosque...

Muchas veces nuestro tamaño y el de nuestro entorno nos impiden observar con claridad meridiana, el conjunto de algo que ya conocemos pero de manera parcial.

Sí hablamos como en este caso, de una ciudad, podemos pasear por la misma y ver una o varias calles, algunos edificios así como otras construcciones pero siempre de manera muy localizadas, por eso muchas veces hay que "alejarse del bosque" para verlo en su totalidad.


Esta fotografía panorámica, formada por siete tomas verticales, creo que les llamará a todos aquellos que viven en Vigo y en toda su zona metropolitana.

Así es, se trata de una vista diferente de la ciudad olívica y que está tomada desde un lugar elevado del municipio de Redondela, y en la que aquellos que medianamente bien la comarca, detectarán muchos de los lugares y edificios más representativos.

Haciendo un pequeño “estudio” de la imagen, en primer término nos encontramos con la pista y terminal del aeropuerto de Peinador, a la izquierda del mismo parte del recinto ferial y justo como si estuviera encima de este, el Hospital del Meixoeiro.

Siguiendo con edificios sanitarios llamo vuestra atención por ese edificio que aparece casi en el centro de la fotografía; se trata del que en su día se bautizó popularmente como "el pirulí" pero cuyo verdadero nombre era el de Residencia Almirante Vierna. Este hospital, inaugurado por Franco en 1955 fue todo un hito en la época y cabe decir que en aquellos años, ese gigante de 18 plantas, era el segundo edificio más alto de España.

 

Dejando un poco de lado la mano del hombre, vamos a por las islas. A la izquierda del todo tenemos la isla de Toralla con su conocida "aberración" urbanística,  y ya, ocupando un papel protagonista indiscutible en la imagen, aparecen las islas Cíes, guardianas de la ría de Vigo y que forman parte del Parque Nacional de las islas atlánticas. Siguiendo hacia la derecha y como uno de los puntos más próximos a este archipiélago,  tenemos el pequeño saliente de punta Subrido.


Seguro que muchos de mis paisanos encontrarán más lugares en la imagen que les resultarán familiares. Cómo puede apreciarse, el día estaba encapotado, amenazaba lluvia, y finalmente acabó lloviendo, por momentos además de un modo bastante intenso. Prestando atención a la zona derecha de la fotografía puede apreciarse levemente las cortinas de agua que por aquella zona ya lo empapaban todo. No me dio tiempo a mucho más, enseguida recogí los bártulos y me fui al coche a guarecerme del chaparrón que se me vino encima.

 

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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Pensando en el Amor

E n mi día a día, uno de los momentos en que mi cerebro se evade y en el mismo afloran pensamientos y recuerdos de todo tipo es cuando condu...