Encaramado en lo alto de un montículo se encuentra el pueblito de Gruyeres, un lugar de una belleza sacada casi de un cuento. Se trata de un lugar donde destaca por encima de todo el castillo que le confiere sin duda su aspecto más hermoso y fotogénico.
Desde la época medieval, concretamente del siglo
XIII data ese castillo-fortaleza que se alza en el interior de la colina
amurallada. Además de disfrutar de su arquitectura y pasear por sus escasos
rincones, aprovechamos nuestra estancia en el pueblito para darnos el
capricho de comer una "foundue".
Sin duda uno de los lugares más bellos de los que he visto en el país centroeuropeo a pesar del calor, incluso cuando se nubló.
Esto es todo, besos y abrazos.
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