martes, 29 de noviembre de 2022

Vetigios medievales

Este sábado pasado nos fuimos al encuentro con la historia  y no precisamente muy reciente. Después de visitar uno de los lugares que teníamos programados nos fuimos ya sobre la marcha, en busca de nuevas “aventuras”.

Todo vino por un banco de niebla que vimos a lo lejos y que en muchas ocasiones da mucho juego a nivel fotográfico  y de este modo  nos fuimos en busca de la carretera que nos llevara hasta él.

Una vez llegamos a la zona, nos dejamos llevar por un cartel que indicaba la cercanía de un poblado de nombre  Guardia de Noguera y desde allí enlazamos con otro que señalaba la existencia de una colegiata y un castillo.

Y que bien seguir las indicaciones de aquellos carteles ya que descubrimos dos edificios con más de mil años de historia a sus espaldas y con un estado de conservación más que notable.

Era ya casi mediodía así que llegamos todavía a tiempo de visitar la colegiata y tener la fortuna de que una guía nos explicara en solitario y de manera pormenorizada, como se conservaron y reprodujeron con posterioridad las pinturas del ábside. Una auténtica pasada lo que se hizo en este lugar y un ejemplo magnífico de cómo aplicar la tecnología más moderna en aras de preservar semejantes muestras de arte.

 

A donde no llegamos a tiempo fue a visitar el castillo por su interior ya que el mismo se encontraba cerrado, pero si pudimos recorrer por el exterior su perímetro. Es este castillo de estilo románico del que se encuentra ya documentación en el año 969, un ejemplo de las  edificaciones  fortificadas de los condados catalanes.

Así pues, apenas a media hora de la localidad ilerdense de Tremp, el castillo y la colegiata de Mur bien merecen una visita sí uno se encuentra por el lugar.

 

Aquí os dejo una vista que tomé este sábado del exterior del castillo y en la que se puede ver en primera instancia, una parte de la torre del homenaje.


Ger.

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Para darse una ducha

Nunca he sentido atracción por aprender otros idiomas, me defiendo con el español y un poquito también con aquellos con los que por diferentes circunstancias he tenido más contacto, llámense gallego, catalán, italiano y un poquito de inglés.

Sin embargo el alemán me resulta lejano y es que lo encuentro un poco "durillo" en todos los sentidos y salvo tres o cuatro palabras no tengo más conocimiento del mismo por eso cuando escucho una nueva palabra intento averiguar su significado para ver que me transmite y como lo interpreta mi cerebro.

 

El término en este caso es el de "Lauterbrunnen"; si, es posible que este vocablo le diga muchas cosas  a más de uno y es que se trata del nombre de uno de los pueblos más bonitos de Suiza. Pero el nombre adoptado por la localidad no es gratuito, el mismo en alemán significa algo así como "fuentes ruidosas", y así es, en este pueblecito de cuento se contabilizan hasta 72 saltos de agua, alguno de los cuales de una altura  más que considerable. 

La verdad es que el lugar no lo explotamos demasiado, turísticamente hablando, nuestro paso fue bastante fugaz para todo lo que ofrece este valle, pero eso quedará para una próxima visita. El caso es que me apetecía llevarme algún recuerdo fotográfico de una de esos saltos de agua y en el mismo pueblo ya tiene uno la posibilidad de inmortalizar el que es uno de los más espectaculares  por la altura del mismo. Pero que sucede, pues lo de siempre, además de la luz, a  "horas normales" siempre hay gente en los lugares más emblemáticos, pero eso no supone un problema sí duermes cerca del lugar ¿no?

Ese día hacíamos noche en Interlaken apenas a 13 kilómetros de este pueblo así que madrugué problema resuelto. Llegué a Lauterbrunnen con las primeras luces reflejadas en las nieves de esas cumbre prodigiosas que sirven de guardianes a estos valles de los Alpes. Sin autobuses de turistas y únicamente con la compañía de un par de autocaravanas, me explayé a gusto para tomar esta imagen cuando el sol asomaba por lo alto de las montañas y mientras la banda sonora la ponía toda esa agua en caída libre.

 

Impresionante manera de comenzar aquel día pero mucho más impresionante el lugar, una maravilla para los sentidos, especialmente para la vista.


Ger.

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viernes, 18 de noviembre de 2022

Amanecer con migas

El mes de Abril todavía nos depara temperaturas fresquitas tanto por la noche como a primera hora de la mañana,  si a eso le unimos determinadas ubicaciones, entonces esas bajas temperaturas las tenemos más que aseguradas. 

Había llegado la noche anterior, en compañía de mis chicas, al coqueto pueblo de Ujué en pleno corazón de Navarra; la idea era recorrer durante unos días, algunos de esos hermosos paisajes todavía inexplorados por nosotros, de las bellas tierras de la comunidad foral.

En los días previos a nuestro viaje, me dediqué a buscar localizaciones cerca de este pueblito para hacer una de esas cosas que tanto me gustan,  madrugar para disfrutar de un hermoso amanecer. Tenía en mente fotografiar la silueta del pueblo a contraluz jugando con la salida del sol, pero no iba a poder ser por la época del año y por donde en esas fechas sale nuestro astro rey. Sin embargo eso era un inconveniente menor, la luz seguía siendo hermosa y no faltaban los motivos a fotografiar aprovechando los tonos anaranjados que empezaban a inundarlo todo.

 

Esa mañana cuando me levanté y salí de nuestro alojamiento, sobre las seis de la mañana, además del sol observé que tendría otro elemento para jugar, la niebla. Me fui con el coche a las afueras de la localidad para situarme en una zona entre campos de cultivo y tierras baldías. Allí disfrutaba de una buena panorámica del cerro sobre el que se asienta Ujué pero también tenía una perspectiva inmejorable y casi sin fin, de pequeñas elevaciones que interrumpían un horizonte en el que  las planicies con cultivos eran los grandes protagonistas.

Así, con la mirada y el objetivo enfilados hacia el este, iba viendo como la niebla y las nubes menos bajas se movían de manera armoniosa acompañando los amarillos y naranjas que poco a poco teñían la escena.

El agradable fresco de la mañana ayudaba si cabe todavía más, a dejar un mejor sabor de boca en ese comienzo de día,  aunque para sabor el que disfruté una hora más tarde para desayunar. Así es, esa misma mañana me estrené comiendo para desayunar  unas migas (nunca las había probado) que además son de enorme fama en esta localidad y sobre todo en el local donde me deleité con las mismas.


Ger.

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miércoles, 16 de noviembre de 2022

El baño fresquito

Hace ya cinco meses de estas fotografías y conservo aquel día en mi mente, igual de fresco que  si hubiera sido ayer mismo. Fue aquella jornada  sin duda, una de las que más disfruté en aquellos días de luna de miel  junto la que acababa de convertirse en mi esposa.

La excursión principal de ese día pasaba por llegar hasta uno de los lagos de montaña más icónicos de los Alpes Suizos. Para esas fechas nuestro campamento base se encontraba en la localidad de Interlaken, y aquel  día tomamos el coche para salvar los casi veinte kilómetros que nos separaban del pequeñito pueblo de Grindelwald.

Me dediqué a cubrir aquel trayecto conduciendo todo lo despacio que podía sin entorpecer la circulación de otros vehículos, para así saborear cada metro de la ruta; y es que conducir en semejante entorno, con esas cumbres, esos bosques y esos praderas sacadas de cualquier paisaje de Heidi, hacen que quieras detenerte a cada instante.

Finalmente y aunque fuera despacito, llegamos a Grindelwald donde estaba el teleférico que nos llevaría al comienzo de nuestra ruta senderista. Sí algo comprobé aquellos días en tierras suizas es que la misma, debido a su orografía, se encuentra salpicada de teleféricos que permiten acercarte a bellos lugares que de otro modo serían inaccesibles salvo para los más aguerridos montañeros y escaladores. Dichos teleféricos no son baratos pero uno no está todos los días en los Alpes,  como para no poder darte algunos caprichos, pero además si la estancia en el país es ya por un tiempo considerable existen fórmulas como abonos y pases que te permiten moverte por muchos de los transportes públicos ("ascensores de montañas" incluidos) a unos precios mucho más asequibles.


Una vez que la cabina llegó al final del trayecto y salimos de la misma comenzamos nuestra ruta por la senda que nos llevaría al lago Bachalpsee. Durante aquella caminata tuve que contenerme y enriquecerme  exclusivamente, con lo que mi mirada alcanzaba a vislumbrar y sin pararme a fotografiar todo lo que hubiera querido, de lo contrario no me habría movido de aquel caminito en todo el día.

La sensación de libertad, junto a un aire que emanaba frescor y una atmosfera limpia, transportaba tu cerebro a un lugar idílico de esos que crees que no existen salvo en nuestra imaginación pero si, ya lo creo que  existen. Con esas cumbres montañosas repletas de nieve y casi al “alcance” de las manos, proseguimos nuestra caminata de casi una hora de duración mientras nos íbamos cruzando con otros excursionistas que ya estaban de regreso.


Y por fin llegamos a nuestro lago, allí estábamos tan tranquilos disfrutando de aquel espejo acuático donde se reflejaba tan idílico entorno cuando entonces apareció el personaje.

Un joven de buena estampa, equipado perfectamente con material de montaña y con una mochila de considerables dimensiones, primero de despojó de la misma y a continuación se descalzó.  Pensaba yo entonces que el muchacho iba a poner sus pies en remojo, pero no, el espigado varón y de aspecto atlético continuó quitándose la ropa hasta quedarse con un simple “slip”. La escena se convirtió en el blanco de casi todas las miradas de los que allí estaban incluido yo, que me encontraba con el teleobjetivo escudriñando los rincones de aquellas montañas majestuosas.

Entonces en un momento dado hubo contacto visual entre el "bañista" y un servidor, y así  mediante señas le di a entender que me gustaría hacerle algunas fotos a lo que él accedió con una sonrisa y un pulgar en alto.

Cuando salió de las fresquitas aguas me acerqué a él mientras se secaba y le enseñé en la cámara algunas de las fotografías que le había hecho además de pedirle su correo electrónico para poder enviárselas. Él se quedó contento con el mini reportaje y yo por tenerlo allí como modelo improvisado.

 

Momentos y anécdotas que recordar. 


Ger.

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lunes, 14 de noviembre de 2022

Aquel pueblo favorito

En el año 2017 los franceses eligieron en algún tipo de votación, a Kayserberg como su "pueblo favorito" y en parte lo entiendo dado lo bonito que es el pueblito y todo lo que lo rodea. Enmarcado en la denominada ruta del vino de Alsacia, esta localidad de poco más de cuatro mil habitantes tiene el encanto de muchos de estos pueblos alsacianos de los que ya os he mostrado algunas vistas.

Destaca entre sus edificaciones la iglesia de la "Santa Cruz" un templo del siglo XIII con esa cúpula verdosa y que aquí puede observarse en esta imagen que tomé desde los restos de su antiguo castillo que cuenta con unas hermosas vistas tanto de la localidad como de los viñedos con ese verde espléndido que lo rodea todo.

Ger.

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domingo, 13 de noviembre de 2022

"Atalayas

Hoy voy a dedicarle una entrada al barrio marinero de mi pueblo, la parroquia de San Pedro de Cesantes. Se trata del principal escaparate marítimo de Redondela con unas vistas espectaculares hacia la ría de Vigo y donde la isla de San Simón hace de parapeto cuando las condiciones del mar se ponen más feas. 

La principal actividad de la población de este barrio está ligada, como no podía ser menos, a la pesca y también al marisqueo.  En Cesantes se encuentra además el principal arenal, que no el único, de Redondela con una playa de más de 1.500 metros de longitud conocida con el nombre de "la Punta" y cuyo nombre lo recoge de la forma que tiene la misma tal y como puede verse a la izquierda de la imagen; en este caso y debido a la perspectiva de la fotografía lo que no puede apreciarse es la playa propiamente dicha al quedar esta tapada por la orografía.

La carretera nacional que une Vigo con Pontevedra atraviesa este barrio y así desde la misma uno puede observar las preciosas vistas que se tienen desde este lugar, de todo el entorno de la ría viguesa así como apreciar las variaciones del paisaje en función de las mareas.

En esta ocasión y desde un lugar más elevado, pude captar esta otra perspectiva de Cesantes en una tarde en la que tuve que correr para hacer la fotografía ya que a los pocos minutos comenzó a llover con intensidad, tal y como ya amenazaba un cielo de gris plomizo.


Ger.

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martes, 8 de noviembre de 2022

Una playa distinta

En España los casi 8.000 kilómetros de costa que poseemos nos proporcionan playas, calas y tal oferta de paisaje costero que hay donde elegir. En este agridulce y último verano decidimos conocer una zona que hasta entonces era de las pocas que faltaban en nuestras visitas a todas las provincias españolas, me estoy refiriendo a la provincia andaluza de Almería.

En nuestro plan figuraba, entre otras cosas, visitar el parque natural de Cabo de  Gata-Nijar y en el mismo conocer algunas de las playas que lo conforman.

Quizás la más renombrada de entre todas ellas sea la que hoy nos ocupa, la llamada "Playa de los Muertos" la cual debe su nombre a los muchos náufragos que tras perecer en las inmediaciones de la costa, acababan arrastrados por las corrientes hasta este lugar.

Lo abrupto del terreno hace que sea una playa de difícil acceso, así tras dejar el coche en un aparcamiento de tierra cerca de la carretera principal que pasa por la zona, es necesario descender por un pequeño camino irregular de tierra y piedras cuyo trayecto hasta la playa es de aproximadamente unos veinte minutos.  Ni que decir tiene que en pleno mes de julio, con el calor que hemos sufrido sobre todo este verano, y con la ayuda del ya de por sí árido terreno, hacen que la caminata bajo el sol la recuerde uno, "con especial cariño".

Esta pequeña dificultad en el acceso a la playa hace precisamente que no te encuentres una ocupación exagerada de la misma, hay gente pero sin agobios. El suelo de la playa es de los que a mí me gustan, una arena no muy fina pero que no molesta  bajo una toalla y al no ser diminuto el grano es fácil quitársela de pies cuando uno decide marcharse.

¿El agua? Tiene de todo….., en la parte positiva está que son aguas cristalinas y de un color azulado turquesa realmente muy precioso, pero en contrapartida la temperatura de la misma es considerable y yo que  busco aguas que refresquen como en Galicia o en el Cantábrico, no me gustó este aspecto.

Durante las horas que pasamos aquella mañana en la zona, aproveché en un momento dado para alejarme un poco y subir a algunas de las pequeñas elevaciones que resguardan la playa, para desde alguna de esas cimas, fotografiar el arenal y sus aledaños, como ese acceso terrestre del que hablaba y donde puede observarse un tramo a la derecha de la imagen. 

Como curiosidad y que puede ser que alguno ya conozca, decir que en esta playa se rodo una escena de la tercera entrega de la saga de películas de "Indiana Jones". En dicha secuencia aparecen los dos actores principales, Harrison Ford y Sean Conery huyendo por la playa de un avión que intenta matarlos.

Y hasta aquí todo lo que puedo contar de esta visita a tan peculiar sitio de la costa más oriental de Andalucía. En fin, aquí muestro una panorámica de esta bonita playa y también del complicado acceso a la misma como puede verse por los caminos que conducen a la misma.

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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Vivir con riesgos

E stá claro que uno puede tener una vida "cómoda", adjetivo que por cierto daría para un buen debate si pensamos en lo que esa pal...