lunes, 29 de noviembre de 2021

¿Vamos a ver auroras?

Uno de los destinos geográficos que tengo pendientes y más me apetece llevar a cabo algún día es el de los países nórdicos, especialmente Noruega y Finlandia. Sus inmensas masas boscosas así como lo agreste de su costa y por supuesto sus frías temperaturas son los principales alicientes para mí.

En aquellas latitudes, además de todo lo anterior expuesto, también es posible presenciar un espectáculo natural que aquí en nuestra posición geográfica resulta imposible, me estoy refiriendo a las auroras boreales. Seguro que todo hemos visto este fenómeno, sino en directo, si a través de documentales, fotografías, etc. y ciertamente debe ser toda una experiencia ver esos colores y formas en el cielo.

 

Bueno, pues mientras no tenga oportunidad de ver esas auroras boreales, de vez en cuando siempre puedo disfrutar de otras "diferentes" y que sí nos ofrece en ocasiones, nuestro cielo hispánico. La fotografía que comparto hoy (bueno, fotografías ya que son cinco imágenes verticales "cosidas" para hacer esta panorámica) es de este pasado sábado 27 y cualquier residente en Barcelona o alrededores que hubiera alzado la vista, seguro que disfrutó como yo de semejante espectáculo si bien, desde fuera de la ciudad se apreciaba mucho mejor. 

He visto cielos parecidos en otras ocasiones pero no siempre llevo encima alguna de las cámaras por lo muchas veces estas maravillas de la naturaleza no puedo documentarlas.

El sábado mi intención era  insistir con la búsqueda de una luz y unas condiciones especiales que me permitieran conseguir una fotografía que me ronda la cabeza desde hace muchos meses (ya casi la tengo); y lo que contemplé desde  el lugar donde me encontraba, fue un maravilloso “show” que se proyectó en el cielo tras la puesta del sol bajo un mar de nubes, y que dejó esta paleta sobre el perfil de la ciudad de Barcelona. Seguro que los que conocen la arquitectura de la ciudad reconocen muchas de esas construcciones.

 

Bienvenidos a las "auroras"  mediterráneas.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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jueves, 4 de noviembre de 2021

La sonrisa del Sil

Esta semana pasada durante mi periplo por esas tierras gallegas... tenía programada una excursión a la Ribeira Sacra. Para aquellos que no la conozcan o ni tan siquiera les suene, se trata de una zona comprendida entre el norte de la provincia de Ourense y el sur de la de Lugo, toda ella bajo el influjo de los ríos Miño, Sil y Cabe

La zona, sumergida en algunos casos en un pasado lejano que se remonta siglos atrás, cuenta con su propia denominación de origen por la excelencia de los vinos que allí se producen.

Ya conocía esta zona, tanto desde tierra como desde el río, (hay barcos que realizar diferentes rutas fluviales) pero lo que me apetecía era visitarla en estas fechas, al amparo de la estación otoñal que estaba seguro, dejaría unas estampas de color con los viñedos, realmente hermosas, y así fue.


Pero de viñedos ya mostraré otras imágenes que no tienen desperdició y es que la cultura del vino en este lugar no es cualquier cosa de ahí su sobrenombre, "viticultura heroica".

Pero hoy me voy a centrar en el que es el principal afluente del río Miño, el Sil y que en esta parte de su recorrido queda encauzado en unos profundos cañones sobre los cuales se levantan múltiples miradores que jalonan su curso en ambas orillas.


En la imagen de hoy traigo una panorámica compuesta por cinco fotografías para poder plasmar el meandro del río en esta parte de su curso.


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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Los caminantes

En ocasiones desde el interior del bosque uno también puede esperar con calma el instante preciso como si fuera un depredador... y en parte lo es, jajajajaja.

Hace unos días desde el interior del hayedo de Ordesa unos árboles con un color precioso, pero quería presencia humana en la zona para que le diera un valor extra en la imagen. Y como no deseaba que se reconociera a los senderistas, opté por una velocidad de obturación un poco lenta con el fin de que los mismo quedaran un tanto desfigurados, y este es el resultado.

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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domingo, 17 de octubre de 2021

Los secundarios

Ahora que los bosques comienzan a teñirse de esos colores únicos y exclusivos de esta época, no todos sus miembros son protagonistas. Cómo en cualquier representación teatral o largometraje hay también actores secundarios, quizás menos importantes sí, pero necesarios como complemento y contrapunto de lo que es ese motivo principal.

En el maravilloso entorno de Ordesa, junto a las zonas más próximas al cauce del río Arazas y también en lugares donde todavía las hayas y otros caducifolios pudieron crecer, se desarrolla esa metamorfosis que lo cambia todo hasta crear un ambiente de cuento, casi onírico, y como salido de cualquier sueño infantil; un mundo de colores.

Y mientras todo eso sucede, desde las alturas, desde mucho más arriba, ellos que aguantan las gélidas temperaturas, la nieve, la lluvia y el azote del viento en ramas y hojas, permanecen impertérritos con la mirada hacia la parte baja del valle mientras sus tonalidades verdosas de coníferas, permanecen fiel a su naturaleza. No han pagado entrada pero sin duda ocupan las mejores butacas para presenciar lo que se avecina….

¡¡Que comience el espectáculo!!


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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jueves, 7 de octubre de 2021

La magia de la luz

Una imagen para el recuerdo de este 2021 y concretamente de su verano. Habíamos madrugado para hacer una pequeña excursión saliendo de la ría de Vigo hasta la ría de Muros y Noia. La ruta transcurre por la costa y haciendo pequeñas entradas hacia el interior sobre todo para ver alguna “fervenza” (es como se denomina en gallego a un salto de agua).

Y así disfrutamos de una fantástica jornada no sin antes acercarnos a uno de esos edificios fetichistas para gente como nosotros, me estoy refiriendo a los faros. En este caso por cercanía nos acercamos hasta el faro de Lariño que además acaba de ser inaugurado como hotel tras las reformas realizadas en las dependencias sobre el que se asienta el vigía de los mares.

El cielo estaba cubierto en gran parte por nubes que filtraban la luz de un sol que comenzaba a ponerse por el oeste y que seguramente dejaría una hermosa puesta de sol. La verdad es que no esperamos para ver si efectivamente el crepúsculo ofrecía una bonita luz pero sí que durante unos minutos nos sentamos frente a la inmensidad del Atlántico para saborear la brisa y la luz mágica que en aquel momento ya no quemaba y que rodeaba de calidez la escena.

Hermosos recuerdos de lugares, compañías y sueños…


Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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domingo, 3 de octubre de 2021

Y comer y comer...

En determinadas ocasiones algunos edificios o lugares trascienden más allá del uso para el que fueron concebidos y el de hoy es uno de ellos. Hay varios ejemplos de lugares similares a este en el mundo, y sobre todo en Europa donde hay una mayor tradición de estos espacios tal y como han perdurado hasta nuestros días; estoy hablando de los mercados y si hay un mercado en Barcelona que forma ya parte de las rutas turísticas de la ciudad ese es el de San José o como se le conoce popularmente el de la “Boquería

Los orígenes de este mercado por lo que he podido averiguar datan ya del siglo XIII y a día de hoy resulta toda una atracción para la vista pasear junto a sus puestos y admirar el mimo y el buen gusto con el que se presentan sus productos a los viandantes. Es normal por tanto que los turistas nacionales e internacionales hagan un hueco en su agenda para darse una vuelta por el lugar durante alguna mañana.

Los olores, los colores, sonidos… se entremezclan en un ir y venir que se acentúa notablemente en las primeras horas de la mañana. En pleno centro de la ciudad y ubicado perpendicularmente a las Ramblas en su entrada aparece este gran colgante que avisa al viajero, a la ama de casa, al comerciante, etc. donde está a punto de entrar.

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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jueves, 30 de septiembre de 2021

Descubriendo una isla

Yo no había estado nunca, las islas Baleares eran unas desconocidas para mí igual que lo habían sido las Canarias hasta que hace cuatro años le puse remedio y disfruté una de ellas, Fuerteventura

A lo que iba, mi chica sí que había estado en varias ocasiones tanto en Menorca como en Mallorca e incluso en Ibiza, sin embargo yo no había encontrado todavía la ocasión, pero ya se sabe, “quién la sigue….”. Y esa ocasión llegó, además de la mejor manera posible, a través de alguien oriundo de una de esas islas mediterráneas.

La verdad es que uno se siente afortunado de contar con muchos amigos y conocidos, a lo largo de nuestra geografía, que nos abren las puertas de sus hogares para ir cuando queramos y eso me da que pensar….., seguramente no estamos haciendo del todo mal, algo a lo que yo doy bastante importancia como es mimar, cuidar y preocuparse por aquellos que te importan, sean familia de sangre o de la elegida.

Y de una relación profesional surgió una personal, y con ello la oportunidad de que una menorquina y su familia, nos acogieran durante unos días en su casa,  para estrenarme yo en tan bonita isla; pero entonces apareció el Covid y todo se fue al traste.

Hemos tenido que aplazar nuestra visita algo más de año y medio pero hace una semana, por fin, pudimos cumplir con lo que tanta ilusión nos hacía.

Cuando viajas para conocer otros países, lugares, regiones, etc, lo puedes hacer perfectamente por tu cuenta preparando dicha visita, pero si tienes o conoces a alguien del  lugar para que te aconseje e incluso te acompañe en muchas de las excursiones, entonces la experiencia resulta todavía mucho mejor.

Nosotros además de contar con la inestimable ayuda y compañía de nuestros anfitriones, que nos trataron de maravilla,  llevábamos en mente algunas localizaciones, y en mi caso casi todas  relacionadas con mi afición fotográfica. De este modo uno de los días que nos movimos solos por la isla, nos acercamos a una de esos lugares por los que yo sentía interés.

Menorca tenía para mí,  por todo lo que siempre había visto y escuchado, el concepto de que se trataba de una isla en la que la gente foránea viajaba para descubrir y disfrutar sobremanera, de lo que ofrecen sus bellas y espectaculares playas, calas y demás rincones costeros. Sin embargo, estudiando un poquito la isla, me  pareció que había otros puntos de interés llenos de encanto, y a ellos me ofrecí.

Uno de esos lugares es el llamado “Pont d’en Gil”, un arco natural en medio de un hermoso brazo de roca que se adentra en el mar en forma de acantilado, y que además se ofrece como un lugar de lo más fotogénico.

Allí nos fuimos, y una de las fotografías que yo tenía en mente, por aquello que siempre comento de las referencias, era que mi modelo se situara justo encima del puente natural para que todos los que no conocen el lugar se puedan hacer una idea del tamaño de dicho arco atravesando la roca.

Me pareció realmente un lugar muy bello y donde desde luego, de vivir en la isla, no me cabe duda de que me pasaría muchas horas por allí, donde por cierto, me da la impresión de que se tienen que ver unas puestas de sol maravillosas.

Esto es todo, besos y abrazos.


Ger.

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Vivir con riesgos

E stá claro que uno puede tener una vida "cómoda", adjetivo que por cierto daría para un buen debate si pensamos en lo que esa pal...